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Editorial - 23 junio, 2025

Que por lo menos se alcance la meta intermedia de compra de tierras en el Cesar

Vemos que ad portas de la recta final del mandato del presidente Gustavo Petro, muchos de los anuncios hechos al inicio de este gobierno se quedaron a mitad de camino, entre ellos la compra de tierras, específicamente en el departamento del Cesar en donde se aspiraba adquirir 28.000 hectáreas por año.

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Vemos que ad portas de la recta final del mandato del presidente Gustavo Petro, muchos de los anuncios hechos al inicio de este gobierno se quedaron a mitad de camino, entre ellos la compra de tierras, específicamente en el departamento del Cesar en donde se aspiraba adquirir 28.000 hectáreas por año.

Según se pudo conocer, en todo lo transcurrido del presente gobierno solo se han comprado un poco más de 25.000 hectáreas en este departamento, cuando la meta mínima eran 100.000 en el cuatrienio.

En el camino perdieron fuerza los anuncios que se pregonaban con frases como “impulso al desarrollo rural”, “reforma agraria con visión sostenible”, “más tierra para el campesinado”, entre otros. Muchos fueron los obstáculos que impidieron el cumplimiento de esas ambiciosas metas, algunos políticos, otros técnicos y algunos derivados de la compleja tramitología propia de la falta de articulación del sistema institucional.

El siete de agosto de 2023, al cumplirse el primer año de gobierno del presidente Gustavo Petro, ya ese incumplimiento se veía venir y así lo registramos en la nota editorial de esa fecha, cuando advertimos que “el candidato Petro prometía convertir al Cesar en una potencia verde, agroindustrial, productora de alimentos para el consumo interno y de exportación. Se manifestó por la Agencia Nacional de Tierras, ANT, que comprarían 28.000 hectáreas anuales, estamos expectantes de si habrá una transformación económica estructural, la creación de una nueva clase de campesinos propietarios…”, pero pasó el tiempo y nada de eso ha ocurrido hasta el momento.

Pero es mejor no llorar sobre la leche derramada y en cambio sí afrontar con determinación lo que aún se puede hacer para lo menos cumplir con la meta intermedia de la que se había propuesto el gobierno del presidente Gustavo Petro en el Cesar, la cual sería la de alcanzar la compra de unas 50 mil hectáreas o un poco más en lo que aún le queda al actual gobierno.

Con esa cantidad de tierra se podría comenzar a saldar esa deuda con el campesinado en el Cesar y disminuir un tanto el desequilibrio existente en la tenencia de la tierra en este departamento que ha sido epicentro de conflictos agrarios, despojo y desigualdad.

Destacamos el dinamismo de la asesora general de la ANT en el Cesar, Alexandra Pineda, quien es optimista y cree que sí se podrían alcanzar la compra de 50.000 mil hectáreas antes de que termine el mandato Petro. Pero también somos conscientes que eso solo se logra si se superan las trabas burocráticas y esa falta de articulación institucional, lo mismo que la resistencia de grandes propietarios de tierras y la inestabilidad en zonas rurales que aún enfrentan problemas de seguridad. También se requiere que haya la suficiente voluntad operativa más que política, tras considerarse que existen las herramientas para avanzar, las que deben aplicarse en un ciento por ciento para que la ejecución del programa de compra de tierras sea más ágil.

El avance de ese programa es necesario para alcanzar ese componente establecido en el proceso que cimienta el acuerdo de paz, tal es el desarrollo rural y la equidad social. El Cesar, con sus profundas cicatrices de despojo y conflicto armado, no puede seguir esperando. Los campesinos que han depositado su esperanza en este gobierno merecen acciones concretas.

Con un año por delante, el gobierno aún tiene una oportunidad, aunque limitada, de enderezar el rumbo. Alcanzar las 50 mil hectáreas sería un paso importante, bajo el entendido que entre más propietarios existan habrá mayor número de productores. El tiempo apremia. La historia no juzgará las buenas intenciones, sino los resultados.

Editorial
23 junio, 2025

Que por lo menos se alcance la meta intermedia de compra de tierras en el Cesar

Vemos que ad portas de la recta final del mandato del presidente Gustavo Petro, muchos de los anuncios hechos al inicio de este gobierno se quedaron a mitad de camino, entre ellos la compra de tierras, específicamente en el departamento del Cesar en donde se aspiraba adquirir 28.000 hectáreas por año.


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Vemos que ad portas de la recta final del mandato del presidente Gustavo Petro, muchos de los anuncios hechos al inicio de este gobierno se quedaron a mitad de camino, entre ellos la compra de tierras, específicamente en el departamento del Cesar en donde se aspiraba adquirir 28.000 hectáreas por año.

Según se pudo conocer, en todo lo transcurrido del presente gobierno solo se han comprado un poco más de 25.000 hectáreas en este departamento, cuando la meta mínima eran 100.000 en el cuatrienio.

En el camino perdieron fuerza los anuncios que se pregonaban con frases como “impulso al desarrollo rural”, “reforma agraria con visión sostenible”, “más tierra para el campesinado”, entre otros. Muchos fueron los obstáculos que impidieron el cumplimiento de esas ambiciosas metas, algunos políticos, otros técnicos y algunos derivados de la compleja tramitología propia de la falta de articulación del sistema institucional.

El siete de agosto de 2023, al cumplirse el primer año de gobierno del presidente Gustavo Petro, ya ese incumplimiento se veía venir y así lo registramos en la nota editorial de esa fecha, cuando advertimos que “el candidato Petro prometía convertir al Cesar en una potencia verde, agroindustrial, productora de alimentos para el consumo interno y de exportación. Se manifestó por la Agencia Nacional de Tierras, ANT, que comprarían 28.000 hectáreas anuales, estamos expectantes de si habrá una transformación económica estructural, la creación de una nueva clase de campesinos propietarios…”, pero pasó el tiempo y nada de eso ha ocurrido hasta el momento.

Pero es mejor no llorar sobre la leche derramada y en cambio sí afrontar con determinación lo que aún se puede hacer para lo menos cumplir con la meta intermedia de la que se había propuesto el gobierno del presidente Gustavo Petro en el Cesar, la cual sería la de alcanzar la compra de unas 50 mil hectáreas o un poco más en lo que aún le queda al actual gobierno.

Con esa cantidad de tierra se podría comenzar a saldar esa deuda con el campesinado en el Cesar y disminuir un tanto el desequilibrio existente en la tenencia de la tierra en este departamento que ha sido epicentro de conflictos agrarios, despojo y desigualdad.

Destacamos el dinamismo de la asesora general de la ANT en el Cesar, Alexandra Pineda, quien es optimista y cree que sí se podrían alcanzar la compra de 50.000 mil hectáreas antes de que termine el mandato Petro. Pero también somos conscientes que eso solo se logra si se superan las trabas burocráticas y esa falta de articulación institucional, lo mismo que la resistencia de grandes propietarios de tierras y la inestabilidad en zonas rurales que aún enfrentan problemas de seguridad. También se requiere que haya la suficiente voluntad operativa más que política, tras considerarse que existen las herramientas para avanzar, las que deben aplicarse en un ciento por ciento para que la ejecución del programa de compra de tierras sea más ágil.

El avance de ese programa es necesario para alcanzar ese componente establecido en el proceso que cimienta el acuerdo de paz, tal es el desarrollo rural y la equidad social. El Cesar, con sus profundas cicatrices de despojo y conflicto armado, no puede seguir esperando. Los campesinos que han depositado su esperanza en este gobierno merecen acciones concretas.

Con un año por delante, el gobierno aún tiene una oportunidad, aunque limitada, de enderezar el rumbo. Alcanzar las 50 mil hectáreas sería un paso importante, bajo el entendido que entre más propietarios existan habrá mayor número de productores. El tiempo apremia. La historia no juzgará las buenas intenciones, sino los resultados.