Fenómenos como el mototaxismo han demostrado, no solo en Valledupar, sino en la mayoría de ciudades de Colombia, que si el problema no se trata a tiempo, después se vuelve incontrolable. Esa es la amenaza que en estos momentos enfrenta la capital del Cesar con el auge que comienza a tomar en esta ciudad el uso de las motocicletas eléctricas.
Fenómenos como el mototaxismo han demostrado, no solo en Valledupar, sino en la mayoría de ciudades de Colombia, que si el problema no se trata a tiempo, después se vuelve incontrolable. Esa es la amenaza que en estos momentos enfrenta la capital del Cesar con el auge que comienza a tomar en esta ciudad el uso de las motocicletas eléctricas.
Por ello resulta muy oportuno el debate que 18 concejales de Bogotá han puesto sobre el tapete para que se analice a profundidad un proyecto de ley que cursa en el Congreso de la República mediante el cual se busca regular la venta y uso de este tipo de motocicletas.
Un informe publicado por EL PILÓN revela que en Valledupar se presenta un “crecimiento explosivo de la movilidad eléctrica”, situación que tiene preocupadas a las distintas autoridades en razón a que ya se han presentado muchos accidentes que obedecen a la falta de control de las motocicletas eléctricas, tanto para su uso por parte de la ciudadanía como para los establecimientos encargados de las ventas de esos pequeños automotores.
El problema se presenta porque en la actualidad no hay suficiente claridad legal sobre la naturaleza misma de este tipo de motocicletas que podrían circular sin ninguna restricción como lo hacen las bicicletas, sin SOAT, sin licencia de conducción, sin placas, sin casco y, lo más delicado, hasta por ciclorrutas y algunas vías peatonales.
Pero por encima de todo, lo que está en juego es la seguridad vial y en eso las autoridades en Valledupar, independiente del marco legal que aún está en estudio, deben tomar medidas concretas que permitan garantizar un control efectivo de la situación antes de que esto se dispare y se vuelva inmanejable como está sucediendo con el mototaxismo.
Valledupar no puede someterse a otro problema más de movilidad, suficiente tiene con los que enfrenta en estos momentos. Es una ciudad en donde a la mayoría de la gente se le olvidó el respeto por las normas de tránsito y no hay autoridad alguna que las haga cumplir, por ello se requiere actuar a tiempo. Es momento de anticiparse con mecanismos que permitan bajarle el ritmo al uso indebido de las motocicletas eléctricas.
Al igual que en Bogotá, los concejales de Valledupar, la academia y muchos otros sectores, deberían unirse y, de manera conjunta con las autoridades competentes, abordar el tema para estudiar las posibles medidas y decisiones que ayuden a ponerle cierto grado de control a la movilidad eléctrica en esta capital, en especial en zonas claves como el Centro Histórico, sector comercial y en los principales parques de la ciudad, donde ya se han producidos algunos accidentes.
Las medidas deben ir encaminadas desde la venta ilegal de esas motocicletas eléctricas hasta su uso. No se puede permitir que se tergiverse una idea que comenzó como una alternativa ecológica y económica, frente a los vehículos tradicionales, para convertirse en una amenaza, en un foco de inseguridad vial, en un caos en la movilidad y en grandes riesgos para la salud pública.
Le hacemos el llamado al gobierno local, para que a través de las secretarías de Tránsito y de Gobierno, con el apoyo de la Policía Nacional, asuman el control y sanción de la venta ilegal y del uso irregular de ese tipo de transporte particular.
Somos partidarios en que la movilidad eléctrica debe ser parte de la solución al problema ambiental y de transporte, pero asimismo no se puede aceptar que esta se convierta en un agravante de la crisis urbana que vive Valledupar. Se debe tener claro que regular no es prohibir, es garantizar que el desarrollo tecnológico vaya de la mano con la seguridad, la legalidad y el bienestar colectivo, a eso es que se le debe apuntar en la capital del Cesar.
Fenómenos como el mototaxismo han demostrado, no solo en Valledupar, sino en la mayoría de ciudades de Colombia, que si el problema no se trata a tiempo, después se vuelve incontrolable. Esa es la amenaza que en estos momentos enfrenta la capital del Cesar con el auge que comienza a tomar en esta ciudad el uso de las motocicletas eléctricas.
Fenómenos como el mototaxismo han demostrado, no solo en Valledupar, sino en la mayoría de ciudades de Colombia, que si el problema no se trata a tiempo, después se vuelve incontrolable. Esa es la amenaza que en estos momentos enfrenta la capital del Cesar con el auge que comienza a tomar en esta ciudad el uso de las motocicletas eléctricas.
Por ello resulta muy oportuno el debate que 18 concejales de Bogotá han puesto sobre el tapete para que se analice a profundidad un proyecto de ley que cursa en el Congreso de la República mediante el cual se busca regular la venta y uso de este tipo de motocicletas.
Un informe publicado por EL PILÓN revela que en Valledupar se presenta un “crecimiento explosivo de la movilidad eléctrica”, situación que tiene preocupadas a las distintas autoridades en razón a que ya se han presentado muchos accidentes que obedecen a la falta de control de las motocicletas eléctricas, tanto para su uso por parte de la ciudadanía como para los establecimientos encargados de las ventas de esos pequeños automotores.
El problema se presenta porque en la actualidad no hay suficiente claridad legal sobre la naturaleza misma de este tipo de motocicletas que podrían circular sin ninguna restricción como lo hacen las bicicletas, sin SOAT, sin licencia de conducción, sin placas, sin casco y, lo más delicado, hasta por ciclorrutas y algunas vías peatonales.
Pero por encima de todo, lo que está en juego es la seguridad vial y en eso las autoridades en Valledupar, independiente del marco legal que aún está en estudio, deben tomar medidas concretas que permitan garantizar un control efectivo de la situación antes de que esto se dispare y se vuelva inmanejable como está sucediendo con el mototaxismo.
Valledupar no puede someterse a otro problema más de movilidad, suficiente tiene con los que enfrenta en estos momentos. Es una ciudad en donde a la mayoría de la gente se le olvidó el respeto por las normas de tránsito y no hay autoridad alguna que las haga cumplir, por ello se requiere actuar a tiempo. Es momento de anticiparse con mecanismos que permitan bajarle el ritmo al uso indebido de las motocicletas eléctricas.
Al igual que en Bogotá, los concejales de Valledupar, la academia y muchos otros sectores, deberían unirse y, de manera conjunta con las autoridades competentes, abordar el tema para estudiar las posibles medidas y decisiones que ayuden a ponerle cierto grado de control a la movilidad eléctrica en esta capital, en especial en zonas claves como el Centro Histórico, sector comercial y en los principales parques de la ciudad, donde ya se han producidos algunos accidentes.
Las medidas deben ir encaminadas desde la venta ilegal de esas motocicletas eléctricas hasta su uso. No se puede permitir que se tergiverse una idea que comenzó como una alternativa ecológica y económica, frente a los vehículos tradicionales, para convertirse en una amenaza, en un foco de inseguridad vial, en un caos en la movilidad y en grandes riesgos para la salud pública.
Le hacemos el llamado al gobierno local, para que a través de las secretarías de Tránsito y de Gobierno, con el apoyo de la Policía Nacional, asuman el control y sanción de la venta ilegal y del uso irregular de ese tipo de transporte particular.
Somos partidarios en que la movilidad eléctrica debe ser parte de la solución al problema ambiental y de transporte, pero asimismo no se puede aceptar que esta se convierta en un agravante de la crisis urbana que vive Valledupar. Se debe tener claro que regular no es prohibir, es garantizar que el desarrollo tecnológico vaya de la mano con la seguridad, la legalidad y el bienestar colectivo, a eso es que se le debe apuntar en la capital del Cesar.