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Columnista - 17 octubre, 2013

Problemas estructurales de la ciudad (1)

Calidad de vida no es solo una interpretación del nivel de ingresos monetarios que posee una sociedad para satisfacer sus necesidades a través de la adquisición y consumo de los necesarios bienes y servicios, pues si fuera así los gobiernos nada más se enfocarían en las estrategias de crecimiento económico para lograr el bienestar colectivo.

Por José Gregorio Díaz Calderón

Calidad de vida no es solo una interpretación del nivel de ingresos monetarios que posee una sociedad para satisfacer sus necesidades a través de la adquisición y consumo de los necesarios bienes y servicios, pues si fuera así los gobiernos nada más se enfocarían en las estrategias de crecimiento económico para lograr el bienestar colectivo.

Pero la realidad es que al gobierno lo juzgan no solo por estos resultados de índole macro, sino por su capacidad de interpretar y responder por las necesidades de sus electores en los más diversos frentes: seguridad, espacio público, acceso y calidad a la justicia y a los servicios domiciliarios, movilidad, conectividad, aire puro, contaminación auditiva y visual, hasta el funcionamiento de los hospitales y escuelas.

En este aspecto no solo son importantes las estadísticas duras, sino también las encuestas de percepción de los ciudadanos sobre sus dirigentes de la cosa pública y por resultado se obtiene una evaluación de cómo se están desarrollando las políticas prometidas en campaña y los impactos positivos o negativos, de estas en la sociedad dirigida por la administración de turno.

En este sentido, el Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ realiza desde el año 2010 un ejercicio didáctico, participativo que propende la construcción de espacios para construir ciudad a partir de la capacidad de la oferta institucional local y sus políticas estructuradas para lograr de Valledupar una ciudad con alta calidad de vida.

En estos tres años las estadísticas emanadas del ejercicio institucional de las políticas públicas y percepción ciudadana muestran problemas persistentes en nuestra ciudad, resistentes a promesas y programas electorales que no se enfocan en brindar solución con análisis serios, participativos con los estamentos locales; sino que son abordados en ejercicios de índole fiscal y programas exitosos diseñados en otras ciudades, con afán de reflejarlas en obras públicas, beneficiando un sector privilegiado, olvidando que la ciudad es un conjunto de muchos intereses.

Coordinador Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’.

Columnista
17 octubre, 2013

Problemas estructurales de la ciudad (1)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Gregorio Díaz Calderón

Calidad de vida no es solo una interpretación del nivel de ingresos monetarios que posee una sociedad para satisfacer sus necesidades a través de la adquisición y consumo de los necesarios bienes y servicios, pues si fuera así los gobiernos nada más se enfocarían en las estrategias de crecimiento económico para lograr el bienestar colectivo.


Por José Gregorio Díaz Calderón

Calidad de vida no es solo una interpretación del nivel de ingresos monetarios que posee una sociedad para satisfacer sus necesidades a través de la adquisición y consumo de los necesarios bienes y servicios, pues si fuera así los gobiernos nada más se enfocarían en las estrategias de crecimiento económico para lograr el bienestar colectivo.

Pero la realidad es que al gobierno lo juzgan no solo por estos resultados de índole macro, sino por su capacidad de interpretar y responder por las necesidades de sus electores en los más diversos frentes: seguridad, espacio público, acceso y calidad a la justicia y a los servicios domiciliarios, movilidad, conectividad, aire puro, contaminación auditiva y visual, hasta el funcionamiento de los hospitales y escuelas.

En este aspecto no solo son importantes las estadísticas duras, sino también las encuestas de percepción de los ciudadanos sobre sus dirigentes de la cosa pública y por resultado se obtiene una evaluación de cómo se están desarrollando las políticas prometidas en campaña y los impactos positivos o negativos, de estas en la sociedad dirigida por la administración de turno.

En este sentido, el Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’ realiza desde el año 2010 un ejercicio didáctico, participativo que propende la construcción de espacios para construir ciudad a partir de la capacidad de la oferta institucional local y sus políticas estructuradas para lograr de Valledupar una ciudad con alta calidad de vida.

En estos tres años las estadísticas emanadas del ejercicio institucional de las políticas públicas y percepción ciudadana muestran problemas persistentes en nuestra ciudad, resistentes a promesas y programas electorales que no se enfocan en brindar solución con análisis serios, participativos con los estamentos locales; sino que son abordados en ejercicios de índole fiscal y programas exitosos diseñados en otras ciudades, con afán de reflejarlas en obras públicas, beneficiando un sector privilegiado, olvidando que la ciudad es un conjunto de muchos intereses.

Coordinador Programa ‘Valledupar Cómo Vamos’.