Las obras de infraestructura contratadas por la Gobernación del Cesar en los últimos cuatro años han tenido, en su gran mayoría, problemas de edificación.

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Así lo demuestran denuncias e investigaciones hechas sobre escenarios como el Estadio Armando Maestre Pavajeau, la vía El Zanjón-Pueblo Bello, el Complejo Tenístico y la cancha de fútbol del barrio Las Flores en Valledupar, esta última terminó sin techo la noche del 16 de septiembre de 2016, luego de que vientos huracanados acompañados de lluvia derribaran parte de la estructura.

Según indicó el secretario de Infraestructura Departamental, Federico Martínez Daza, el escenario llamado José Fernando Cuadrado será entregado por los contratistas que asumieron la reparación de las columnas, paredes y cubiertas afectadas.

“La próxima semana debe estar lista. Ya está instalada la estructura principal, que es metálica reforzada en acero. Una vez se termine de estructurarla se montará la lámina o el techo, que también está en el sitio y es el final”, advirtió Martínez Daza, quien dijo pidieron que colocaran unos tensores adicionales y arreglaran otros defectos constructivos.

Recalcó que “son recursos propios del contratista; hicimos un seguimiento y exigimos las garantías de obras para que tengamos nuevamente un sitio del que se beneficie la comunidad sin temores”.

Finalmente, el funcionario explicó al terminar los trabajos se reunirá una comisión para evaluar los trabajos y en caso de estar acorde se recibirá y se cierra el capítulo con las firmas Ángel Rincón Barón & Cía. Ltda., Laguna Morante S.A y Equiver Ltda.
Inversión departamental

La inversión para este proyecto fue de $3.966 millones, aunque el total de los recursos fue de $6.228.634.464, debido a que la convocatoria incluyó la construcción de espacio público en el corregimiento de Badillo, norte de Valledupar. Esta fue otra de las adecuaciones hechas en la administración de Luis Alberto Monsalvo Gnecco.

Además se terminará el montaje de las vigas y luego el techo que también está ubicado en inmediaciones del barrio Garupal.

Por Carlos Mario Jiménez
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