No hay que dejar de insistir en la precaria y lamentable situación en que vive este departamento, especialmente ahora con esta crisis que tiene penosamente como ningún otro territorio de Colombia 7 gobernadores involucrados en caso de corrupción.

Aún con este antecedente, para el evento de la consulta popular del 26 de agosto del presente año denominada Consulta Anticorrupción, los habitantes de La Guajira dieron un ejemplo lamentable de no haber votado masivamente esta consulta por el SI como un alto guarismo y se dieron el gran lujo que de 586.862 ciudadanos habilitados para votar solo lo hicieron aproximadamente 13% ¡Qué horror!, esto no tiene presentación que uno de los departamentos más afectados por la corrupción fue el que menos participó.

Tenemos que lamentar que éste que podemos calificar de paria, de un millón de habitantes aproximadamente tiene 510 mil en situación de pobreza tenemos el récord después del Chocó de ser el segundo departamento más pobre de Colombia con un porcentaje de 45% de necesidades básicas insatisfechas. Nos preguntamos, ¿dónde está el dinero que recibió La Guajira antes de cambiar el sistema de repartición de regalías? ¿Será mentira que goza de portentosas riquezas y viven como pobres? ¿Será que es un error llamarla pobre Guajira rica?

No nos equivocamos al manifestar que de los 15 municipios que tiene La Guajira ninguno de sus habitantes recibe agua potable las 24 horas de día, mientras que se dan el lujo de tener almacenado más 198 millones de metros cúbicos de agua en la represa El Cercado. Los posibles municipios a beneficiarse con esta agua padecen penurias por el líquido (Barrancas, Distracción, Hatonuevo, Manaure, Uribía, Fonseca, Maicao y San Juan del Cesar).

Por favor, donde está la clase dirigente política y cívica de La Guajira y cuál es la gestión que se ha realizado para poner a funcionar un proyecto estratégico multipropósito como el del Ranchería, que serviría para abastecer de agua a 9 municipios con más 354 mil habitantes.

Es más, esta infraestructura también se proyectó para suministrar a gua a gran escala destinada al riego de cultivos en aproximadamente 18.500 hectáreas en los distritos de riego El Ranchería y San Juan, y como si fuera poco, permitiría el funcionamiento de una central hidroeléctrica para dar energía a 3 mil viviendas. Esta obra tuvo una inversión en su primera fase de 650 mil millones de pesos y fue culminada en el año 2010, faltando solamente la segunda fase de conexión a los distritos de riego y llevar agua a los municipios que padecen o sufren de intensa sequía, así como escases de alimentos como quiera que viven una crisis humanitaria. Hoy podemos calificar esta obra de elefante blanco en donde su única función es regular el caudal del Río Ranchería. A la fecha, la esperanza esta fincada en este nuevo gobierno para que su intervención se convierta en una realidad para el funcionamiento de esta obra.

¿Será que habrá que convocar un movimiento cívico para que se cumpla con esta justa y noble pretensión de los guajiros?
*Especializado en gestión ambiental.

Por Hernán Maestre Martínez