Pilar Quintana reflexionó sobre la maternidad y el ser mujer durante su conversatorio en Felva 2025, explorando los abismos y espejos de la literatura en la Feria del Libro de Valledupar.
Durante la Tercera Feria del Libro de Valledupar, realizada del 4 al 8 de junio y organizada por el periódico EL PILÓN y la Alcaldía de Valledupar, el conversatorio “Pilar Quintana: la literatura como abismo y espejo” se convirtió en un espacio de hombres y mujeres que llenaron el auditorio de la Casa de la Cultura no solo para ver a la ganadora del Premio Alfaguara de novela 2021, también para reflexionar sobre la experiencia de ser mujer y las múltiples dimensiones de la maternidad en la obra de la escritora caleña.
Quintana, reconocida por novelas como La perra y Los abismos, compartió con el público sus inquietudes literarias y vitales, abordando sin tapujos las complejidades, imposiciones y contradicciones que atraviesa la vida de las mujeres en Colombia.
Quintana inició el conversatorio cuestionando la visión idealizada de la infancia. “Siempre me sorprendía oír decir a las personas que la infancia era el momento más feliz de la existencia. Yo siempre pensaba: ‘Necesitan terapia’. La infancia es un lugar feliz, pero también triste, es un lugar de ruptura y como los otros de la vida, tiene muchos momentos difíciles”.
Esta mirada, que atraviesa su novela Los abismos, se convierte en un espejo de la experiencia femenina: la protagonista, una niña, descubre que el mundo adulto está lleno de desencanto, que las mujeres pueden tener hijos sin desearlo y que la maternidad no es necesariamente un destino feliz.
Uno de los ejes centrales del diálogo fue el abordaje de la maternidad como mandato social y como deseo individual. Quintana relató cómo su propia vida estuvo marcada por la presión de “ser madre”, especialmente durante los años que vivió en el Pacífico colombiano: “Todo el tiempo me preguntaban y para cuándo los bebés y yo decía, ‘No, yo no, no, no, para nunca porque no quiero tener bebés’. Y me miraban con lástima porque sentían que lo que estaba pasando era que yo sí quería, pero no podía, entonces me inventaba que no quería, porque no concebían que una mujer no quisiera tener hijos”. Esta experiencia personal nutre la construcción de sus personajes, que desafían o sufren las expectativas tradicionales sobre la maternidad.
En La perra, Quintana explora la maternidad deseada y frustrada, mientras que en Los abismos se adentra en la maternidad no deseada, mostrando a una madre que pierde su individualidad y se ve obligada a vivir una vida que no eligió: “Claudia es obligada a casarse con alguien que no le gusta, el esposo no la permite ir a trabajar, no le permite estudiar… La maternidad se ve claramente no deseada”, mencionó Melisa Lambraño, educadora y gestora cultural que conversó con la escritora colombiana. Seguido, la autora puso en evidencia la violencia simbólica y real que implica reducir a las mujeres al rol de madres y niega la diversidad de deseos y proyectos femeninos. “La maternidad no es nuestro destino, debe ser una elección”, enfatizó Quintana.
Quintana también reflexionó sobre su formación en un colegio feminista de Cali en los años 80, donde se promovía la idea de la “supermujer”: profesional, madre y bella. “Era una exigencia muy difícil, debíamos ser médicas, ingenieras, arquitectas, abogadas, pero lo artístico no estaba bien visto… Eso era una cosa de furcias y mujeres de mala vida”. Esta tensión entre lo que la sociedad espera de las mujeres y sus propios deseos atraviesa su vida y su obra, y se refleja en la elección de la literatura como camino de autodefinición y rebeldía.
La naturaleza, omnipresente en sus novelas, se convierte en una metáfora de la animalidad y la autenticidad: “Mi tema fundamental ha sido la animalidad, quiénes somos por dentro si nos quitamos las capas sociales, si nos quitamos el disfraz que tenemos que ponernos para estar en sociedad, quiénes somos”. En Los abismos, las plantas y la selva funcionan como símbolos de vida y de encierro, de lo que crece y lo que se marchita en el interior de las mujeres.
Durante el conversatorio, Quintana también mencionó su participación en un proyecto con la Biblioteca Nacional de Colombia. Este proyecto busca acercar la literatura a públicos diversos y fomentar la reflexión sobre temas de género, maternidad y feminidad a través de talleres, charlas y actividades de promoción de lectura. La colaboración de Quintana con la Biblioteca Nacional es una extensión de su compromiso por visibilizar las voces femeninas y los relatos que desafían los estereotipos tradicionales, permitiendo que más mujeres encuentren en la literatura un espacio de reconocimiento y transformación.
El conversatorio con Pilar Quintana en la Feria del Libro de Valledupar dejó claro que la literatura puede ser tanto abismo como espejo: un espacio donde mirar de frente los miedos, las rupturas y los deseos que conforman la experiencia femenina. Al abordar la maternidad desde la complejidad y la honestidad, Quintana invita a repensar los relatos sobre ser mujer, a desafiar los mandatos y a reconocer la diversidad de caminos posibles. Al final, invitó a los asistentes a leer autoras colombianas, cuya literatura termina retratando el panorama completo de la humanidad.
Por: Redacción EL PILÓN
Pilar Quintana reflexionó sobre la maternidad y el ser mujer durante su conversatorio en Felva 2025, explorando los abismos y espejos de la literatura en la Feria del Libro de Valledupar.
Durante la Tercera Feria del Libro de Valledupar, realizada del 4 al 8 de junio y organizada por el periódico EL PILÓN y la Alcaldía de Valledupar, el conversatorio “Pilar Quintana: la literatura como abismo y espejo” se convirtió en un espacio de hombres y mujeres que llenaron el auditorio de la Casa de la Cultura no solo para ver a la ganadora del Premio Alfaguara de novela 2021, también para reflexionar sobre la experiencia de ser mujer y las múltiples dimensiones de la maternidad en la obra de la escritora caleña.
Quintana, reconocida por novelas como La perra y Los abismos, compartió con el público sus inquietudes literarias y vitales, abordando sin tapujos las complejidades, imposiciones y contradicciones que atraviesa la vida de las mujeres en Colombia.
Quintana inició el conversatorio cuestionando la visión idealizada de la infancia. “Siempre me sorprendía oír decir a las personas que la infancia era el momento más feliz de la existencia. Yo siempre pensaba: ‘Necesitan terapia’. La infancia es un lugar feliz, pero también triste, es un lugar de ruptura y como los otros de la vida, tiene muchos momentos difíciles”.
Esta mirada, que atraviesa su novela Los abismos, se convierte en un espejo de la experiencia femenina: la protagonista, una niña, descubre que el mundo adulto está lleno de desencanto, que las mujeres pueden tener hijos sin desearlo y que la maternidad no es necesariamente un destino feliz.
Uno de los ejes centrales del diálogo fue el abordaje de la maternidad como mandato social y como deseo individual. Quintana relató cómo su propia vida estuvo marcada por la presión de “ser madre”, especialmente durante los años que vivió en el Pacífico colombiano: “Todo el tiempo me preguntaban y para cuándo los bebés y yo decía, ‘No, yo no, no, no, para nunca porque no quiero tener bebés’. Y me miraban con lástima porque sentían que lo que estaba pasando era que yo sí quería, pero no podía, entonces me inventaba que no quería, porque no concebían que una mujer no quisiera tener hijos”. Esta experiencia personal nutre la construcción de sus personajes, que desafían o sufren las expectativas tradicionales sobre la maternidad.
En La perra, Quintana explora la maternidad deseada y frustrada, mientras que en Los abismos se adentra en la maternidad no deseada, mostrando a una madre que pierde su individualidad y se ve obligada a vivir una vida que no eligió: “Claudia es obligada a casarse con alguien que no le gusta, el esposo no la permite ir a trabajar, no le permite estudiar… La maternidad se ve claramente no deseada”, mencionó Melisa Lambraño, educadora y gestora cultural que conversó con la escritora colombiana. Seguido, la autora puso en evidencia la violencia simbólica y real que implica reducir a las mujeres al rol de madres y niega la diversidad de deseos y proyectos femeninos. “La maternidad no es nuestro destino, debe ser una elección”, enfatizó Quintana.
Quintana también reflexionó sobre su formación en un colegio feminista de Cali en los años 80, donde se promovía la idea de la “supermujer”: profesional, madre y bella. “Era una exigencia muy difícil, debíamos ser médicas, ingenieras, arquitectas, abogadas, pero lo artístico no estaba bien visto… Eso era una cosa de furcias y mujeres de mala vida”. Esta tensión entre lo que la sociedad espera de las mujeres y sus propios deseos atraviesa su vida y su obra, y se refleja en la elección de la literatura como camino de autodefinición y rebeldía.
La naturaleza, omnipresente en sus novelas, se convierte en una metáfora de la animalidad y la autenticidad: “Mi tema fundamental ha sido la animalidad, quiénes somos por dentro si nos quitamos las capas sociales, si nos quitamos el disfraz que tenemos que ponernos para estar en sociedad, quiénes somos”. En Los abismos, las plantas y la selva funcionan como símbolos de vida y de encierro, de lo que crece y lo que se marchita en el interior de las mujeres.
Durante el conversatorio, Quintana también mencionó su participación en un proyecto con la Biblioteca Nacional de Colombia. Este proyecto busca acercar la literatura a públicos diversos y fomentar la reflexión sobre temas de género, maternidad y feminidad a través de talleres, charlas y actividades de promoción de lectura. La colaboración de Quintana con la Biblioteca Nacional es una extensión de su compromiso por visibilizar las voces femeninas y los relatos que desafían los estereotipos tradicionales, permitiendo que más mujeres encuentren en la literatura un espacio de reconocimiento y transformación.
El conversatorio con Pilar Quintana en la Feria del Libro de Valledupar dejó claro que la literatura puede ser tanto abismo como espejo: un espacio donde mirar de frente los miedos, las rupturas y los deseos que conforman la experiencia femenina. Al abordar la maternidad desde la complejidad y la honestidad, Quintana invita a repensar los relatos sobre ser mujer, a desafiar los mandatos y a reconocer la diversidad de caminos posibles. Al final, invitó a los asistentes a leer autoras colombianas, cuya literatura termina retratando el panorama completo de la humanidad.
Por: Redacción EL PILÓN