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Piel mestiza, tapabocas blancos: ¿Democracia pandémica en la era del pos humanismo viral?

La primera parte del título hace referencia a un ensayo escrito por Franz Fanon en 1952 titulado: ‘Piel negra, máscaras blancas’, allí se analiza el tema racial mostrando las estrategias de la colonización y sus efectos en la gente negra, efectos que serían funcionales a la discriminación. Este eje racial no es cosa del ayer, aun hoy lamentablemente ser blanco equivale a ser humano negándole esta posibilidad a los ‘otros’. Tal clasificación y jerarquización por raza/etnia no ha desaparecido, simplemente se ha adaptado. A esta matriz de poder racial/étnica y de larga duración el sociólogo peruano Aníbal Quijano la llamó colonialidad del poder.

Ahora y en la actual coyuntura pandémica, dicha matriz de poder se reajusta, y al discurso de la blancura y pureza se le suma el de contagio viral, con el que se pretende ahora ejercer un poder disciplinar y de control a los ‘sin parte’ en el espacio social, es decir, a los cuerpos pobres racializados se les sumaría el de potentes agentes poseedores y transmisores de carga viral para la covid-19. Todo un círculo vicioso y alienante del poder.

Los informes noticiosos nos muestran a diario dónde el virus está haciendo más estragos, especialmente en los sectores populares y cinturones de miseria pero no su entronque racial. En un proceso perverso de ‘democratización’ de la pandemia, las zonas donde la colonialidad del poderpervive con mayor fuerza, la crudeza del virus genera mayores  estragos. Para el caso Colombiano; el Pacifico, el Amazonas, el Caribe. Una fórmula simple pero muy poco percibida y que gracias al discurso del mestizaje nacional se oculta muy bien.

Tapabocas, caretas, aplicaciones en teléfonos inteligentes, cámaras de temperatura, botones de pánico, termómetros infrarrojos son todas las nuevas herramientas que modelarán la vida, elementos tecnológicos que se sumarían a los ya existentes en eso que se ha venido a llamar la era pos humanista. El punto sigue siendo que quienes primero obtienen estas herramientas son una pequeña parte del cuerpo social. Los tapabocas para los ‘blancos’ sería la fórmula de este ejercicio para nada democrático y por el contrario sí arbitrario, al no llegar a todos la tan glorificada ‘tecnociencia salvadora’.

La democracia no es solo un tema de mecanismos de elección, también es una forma de gobernar la vida, en el que el ‘demos’, es decir el pueblo, es cuidado y protegido por igual. Aquí la democracia-plutocrática-racial-étnica ha funcionado repartiendo al pueblo los problemas pero excluyéndolo de las posibles soluciones, donde solo los pocos, es decir, las elites raciales-étnicas (locales, regionales, nacionales) viven, el resto está condenado a sobrevivir.

Esos mismos pobres racializados que son los primeros en el frente de trabajo, en encarar en las calles el virus, todo para mantener la maquina capitalista encendida, serán quienes con mayor letalidad padezcan la pandemia. La comorbilidad raza/etnia y pobreza esta servida para el virus. La era viral crudamente devela que todos somos iguales pero que no todos vivimos en igualdad de condiciones para afrontar la vida, pero la vacuna frente a este otro virus ya fue inventada y es la democracia, hoy necesariamente más popular y plebeya que siempre.

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Jaime Juyo Hernandez: