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Informes Especiales - 31 agosto, 2018

Panorama de la juventud en Valledupar y el Cesar

Hoy que culmina el mes de la juventud, el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales presenta un informe pormenorizado sobre la situación actual de los jóvenes en esta zona del país.

Demografía

De acuerdo con las proyecciones poblacionales del DANE, en Valledupar hay 133 mil jóvenes entre 15 y 29 años, de los cuales cerca de 68 mil (51%) son hombres y 65 mil son mujeres (49%). Una buena parte de estos vallenatos está entre los 15 y 19 años (47.000), los demás jóvenes se distribuyen entre los 20 y 24 años (44.500) y entre los 25 y 29 años (41.500). Ver gráfico 1.

Este buen número de jóvenes pone de manifiesto la importancia de esta población en la capital cesarense. En consecuencia, este panorama abre las puertas para preguntarse sobre las condiciones educativas, de oportunidades laborales y de salud sexual y reproductiva para ellos. En línea con lo anterior, es relevante entender las posibles estrategias que en materia de política pública deben seguirse para enfrentar los retos que permitan generar un escenario en donde la juventud esté calificada, rodeada de oportunidades y por ende alineada con las necesidades de la capital vallenata y del departamento.

El desempleo juvenil

Los NINIS son aquellos jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni se capacitan, y desafortunadamente en Valledupar es una población muy alta. De acuerdo con el PNUD son 23% del total de jóvenes para el 2017. Es una población cercana a los 30.000, hombres y mujeres, quienes están en estos momentos desaprovechando su capacidad intelectual, productiva y de aporte a la sociedad. Hay que verlos cómo un gran potencial para el desarrollo de iniciativas de emprendimiento y desarrollos culturales, por ejemplo.

Ahora bien, los niveles de ocupación laboral son la otra cara de la moneda, la cual es de vital importancia en términos de ingresos para los hogares y condiciones de vida para los mismos jóvenes. Aquí, se encuentra seguramente un cuello de botella preocupante en la ciudad, pues al analizar a la población por rangos de edad se observa cómo las tasas de desempleo para los jóvenes -20%- superan ampliamente la tasa de desempleo de Valledupar (15%) de por sí ya muy elevada, la tercera más alta entre todas las capitales del país y alcanza niveles de 28% en el caso de las mujeres entre 18-22 años. Las más afectadas por el fenómeno de desempleo son mujeres en general.

Educación: cobertura y calidad

Una mirada al sistema educativo del departamento del Cesar indica que la tasa de cobertura de educación superior (número de estudiantes matriculados en pregrado sobre la población entre 17 y 21 años) ha tenido un importante incremento al pasar de 13% en el 2000 a cerca de 32% en 2016, cifra muy parecida al promedio de los departamentos de la región caribe (Córdoba, Atlántico, Magdalena, Bolívar y Sucre) pero inferior a la tasa de cobertura nacional (52%). En términos prácticos, esto significa que en el departamento del Cesar se matricularon para todos los semestres, para todas las carreras profesionales y técnicas, 33.283 estudiantes en el 2017 en Instituciones de Educación Superior (IES), de los cuales el 91% lo hizo en Valledupar.

Otra aproximación que da cuenta de las oportunidades creadas hacia la juventud tiene que ver con la capacidad de absorción de bachilleres al menos un año después de haber culminado sus estudios hacia la Educación Superior, indicador conocido como Tasa de absorción inmediata a la ES el cual se muestra en el Gráfico 4 y captura el número de personas que ingresan a la ES sobre el total de estudiantes que no ingresaron. Con el fin de ampliar las oportunidades de los jóvenes y formar un mejor capital humano que sirva de motor de desarrollo en Valledupar, la ciudad debe enfrentar el reto de aumentar el número de bachilleres que salen de los colegios y buscan formarse en IES, pues para 2015, de acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional, de cerca de 7.000 bachilleres egresados solo 2.092 entraron a la Educación Superior (ES). Este indicador preocupa en la medida en que el mercado laboral no sea capaz de absorber a estos jóvenes que no pudieron acceder a la ES.


De otro lado, si bien el acceso a la Educación Superior es importante para los jóvenes, también lo es la calidad de la educación en tanto, esta tiene serias implicaciones sobre la productividad laboral y la generación de ideas. Una mirada al desempeño en pruebas Saber en estudiantes vallenatos de grado 11 (ver panel A del gráfico 5), enseña que en general los bachilleres vallenatos obtienen resultados superiores al promedio nacional en lectura crítica y en matemáticas, lo cual es loable y positivo- Sin embargo, la situación del departamento del Cesar es diferente pues existe un rezago importante respecto del promedio nacional. En contraste, a nivel universitario y en los resultados de Saber Pro (examen de Estado a estudiantes universitarios de último semestre), Valledupar presenta un nivel inferior en lectura crítica (7 puntos) y en razonamiento cuantitativo (8 puntos) en comparación con los estudiantes universitarios de otras zonas del país. Y de manera más pronunciada, la brecha entre hombres y mujeres, particularmente en razonamiento cuantitativo.

Salud sexual y reproductiva

Este panorama de falta de oportunidades en los jóvenes al ser comparado con las condiciones de salud también debería prender las alarmas de las autoridades. En la línea de salud sexual y reproductiva, las mujeres que actualmente tienen 23 y 27 años tuvieron su primera relación sexual a los 16,8 años mientras que los hombres en este rango de edad lo hicieron a los 15,6 años de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

El embarazo adolescente es una situación que afecta la vida psicológica de las madres al tener hijos a tan temprana edad, pero también desde el punto de vista socioeconómico es conocido como una de las más fuertes “trampas de la pobreza”. Una madre adolescente, escasamente está culminando o a recién terminado sus estudios de bachillerato. La gran mayoría de ellas, cerca del 80%, interrumpe sus estudios, y posteriormente cuando salen a buscar trabajo con sólo título de bachiller, sí lo logran, consiguen empleos de baja remuneración y por ende les resulta muy difícil salir de las condiciones de pobreza en que están inmersas.

Al analizar la información del DANE, se observa que en 2017 en el Cesar nacieron 283 bebés de madres entre 10 y 14 años, de los cuales 101 fueron en Valledupar. Mientras que se presentaron 1.542 nacimientos en Valledupar de madres adolescentes entre 15 y 19 años y 4.595 en todo el departamento. (ver panel A de la gráfica 6). Lo que debe llamar la atención es justamente las condiciones educativas de las madres adolescentes y jóvenes, quienes en su gran mayoría tienen formación solo en educación primaria y muy baja formación en educación superior. Por el contrario, en las madres adultas la incidencia de la educación superior es mayor.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Son varias las medidas que recomienda CESORE que se deben promocionar de manera multi- sectorial (sectores públicos, privado, academia, etc.) y desde diferentes instituciones.

– Incentivar a que jóvenes que aún no han terminado su ciclo educativo, lo hagan y en lo posible generar una serie de incentivos para dicho fin. Que terminen sus estudios de secundaria, o que se enrolen en estudios tecnológicos o universitarios. Recuperar a los NINIs para el estudio por ejemplo.

– Intensificar la enseñanza de salud sexual y reproductiva, con énfasis en los temas de prevención del embarazo adolescente. Perder el miedo a transmitir dicha enseñanza al adolescente del departamento. El nacimiento de 283 bebés de madres menores de 14 años en el 2017 es realmente un hecho alarmante que debe llamar la atención de las autoridades.

– Definitivamente promover emprendimientos alternativos: culturales, musicales, gastronómicos, ecoturísticos, avistamiento de aves, que son apropiados para el territorio.

– Movilizar recursos nacionales, llevar a cabo gestiones ante el gobierno central con el fin de avanzar en proyectos generadores de empleo.

– Preparar a grupos de jóvenes para participar el año entrante en las nuevas elecciones para cuerpos colegiados juveniles, para que ellos mismos propongan alternativas a su propia situación, que seguro surgirán muchas ideas creativas.

– Cumplir por parte de la Administración Municipal lo prometido en el acuerdo programático firmado con la Plataforma de Juventudes Valledupar que incluía temas tales como el apoyo a un sistema general de participación juvenil; la creación de una red de jóvenes comunitarios y de la oficina de juventud; la actualización de la política pública de juventud; el establecimiento de la tarifa diferencial de trasporte público; la reactivación de los servicios amigables en las IPS para la prevención del embarazo adolescente y la creación de un fondo para el empleo y la competitividad para los jóvenes en Valledupar, entre otros.

– Finalmente se requiere seguir estudiando con mayor detalle la problemática juvenil del Cesar

Por Fernando Herrera Araújo y Juan Manuel Monroy | EL PILÓN.

Informes Especiales
31 agosto, 2018

Panorama de la juventud en Valledupar y el Cesar

Hoy que culmina el mes de la juventud, el Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales presenta un informe pormenorizado sobre la situación actual de los jóvenes en esta zona del país.


Demografía

De acuerdo con las proyecciones poblacionales del DANE, en Valledupar hay 133 mil jóvenes entre 15 y 29 años, de los cuales cerca de 68 mil (51%) son hombres y 65 mil son mujeres (49%). Una buena parte de estos vallenatos está entre los 15 y 19 años (47.000), los demás jóvenes se distribuyen entre los 20 y 24 años (44.500) y entre los 25 y 29 años (41.500). Ver gráfico 1.

Este buen número de jóvenes pone de manifiesto la importancia de esta población en la capital cesarense. En consecuencia, este panorama abre las puertas para preguntarse sobre las condiciones educativas, de oportunidades laborales y de salud sexual y reproductiva para ellos. En línea con lo anterior, es relevante entender las posibles estrategias que en materia de política pública deben seguirse para enfrentar los retos que permitan generar un escenario en donde la juventud esté calificada, rodeada de oportunidades y por ende alineada con las necesidades de la capital vallenata y del departamento.

El desempleo juvenil

Los NINIS son aquellos jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni se capacitan, y desafortunadamente en Valledupar es una población muy alta. De acuerdo con el PNUD son 23% del total de jóvenes para el 2017. Es una población cercana a los 30.000, hombres y mujeres, quienes están en estos momentos desaprovechando su capacidad intelectual, productiva y de aporte a la sociedad. Hay que verlos cómo un gran potencial para el desarrollo de iniciativas de emprendimiento y desarrollos culturales, por ejemplo.

Ahora bien, los niveles de ocupación laboral son la otra cara de la moneda, la cual es de vital importancia en términos de ingresos para los hogares y condiciones de vida para los mismos jóvenes. Aquí, se encuentra seguramente un cuello de botella preocupante en la ciudad, pues al analizar a la población por rangos de edad se observa cómo las tasas de desempleo para los jóvenes -20%- superan ampliamente la tasa de desempleo de Valledupar (15%) de por sí ya muy elevada, la tercera más alta entre todas las capitales del país y alcanza niveles de 28% en el caso de las mujeres entre 18-22 años. Las más afectadas por el fenómeno de desempleo son mujeres en general.

Educación: cobertura y calidad

Una mirada al sistema educativo del departamento del Cesar indica que la tasa de cobertura de educación superior (número de estudiantes matriculados en pregrado sobre la población entre 17 y 21 años) ha tenido un importante incremento al pasar de 13% en el 2000 a cerca de 32% en 2016, cifra muy parecida al promedio de los departamentos de la región caribe (Córdoba, Atlántico, Magdalena, Bolívar y Sucre) pero inferior a la tasa de cobertura nacional (52%). En términos prácticos, esto significa que en el departamento del Cesar se matricularon para todos los semestres, para todas las carreras profesionales y técnicas, 33.283 estudiantes en el 2017 en Instituciones de Educación Superior (IES), de los cuales el 91% lo hizo en Valledupar.

Otra aproximación que da cuenta de las oportunidades creadas hacia la juventud tiene que ver con la capacidad de absorción de bachilleres al menos un año después de haber culminado sus estudios hacia la Educación Superior, indicador conocido como Tasa de absorción inmediata a la ES el cual se muestra en el Gráfico 4 y captura el número de personas que ingresan a la ES sobre el total de estudiantes que no ingresaron. Con el fin de ampliar las oportunidades de los jóvenes y formar un mejor capital humano que sirva de motor de desarrollo en Valledupar, la ciudad debe enfrentar el reto de aumentar el número de bachilleres que salen de los colegios y buscan formarse en IES, pues para 2015, de acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional, de cerca de 7.000 bachilleres egresados solo 2.092 entraron a la Educación Superior (ES). Este indicador preocupa en la medida en que el mercado laboral no sea capaz de absorber a estos jóvenes que no pudieron acceder a la ES.


De otro lado, si bien el acceso a la Educación Superior es importante para los jóvenes, también lo es la calidad de la educación en tanto, esta tiene serias implicaciones sobre la productividad laboral y la generación de ideas. Una mirada al desempeño en pruebas Saber en estudiantes vallenatos de grado 11 (ver panel A del gráfico 5), enseña que en general los bachilleres vallenatos obtienen resultados superiores al promedio nacional en lectura crítica y en matemáticas, lo cual es loable y positivo- Sin embargo, la situación del departamento del Cesar es diferente pues existe un rezago importante respecto del promedio nacional. En contraste, a nivel universitario y en los resultados de Saber Pro (examen de Estado a estudiantes universitarios de último semestre), Valledupar presenta un nivel inferior en lectura crítica (7 puntos) y en razonamiento cuantitativo (8 puntos) en comparación con los estudiantes universitarios de otras zonas del país. Y de manera más pronunciada, la brecha entre hombres y mujeres, particularmente en razonamiento cuantitativo.

Salud sexual y reproductiva

Este panorama de falta de oportunidades en los jóvenes al ser comparado con las condiciones de salud también debería prender las alarmas de las autoridades. En la línea de salud sexual y reproductiva, las mujeres que actualmente tienen 23 y 27 años tuvieron su primera relación sexual a los 16,8 años mientras que los hombres en este rango de edad lo hicieron a los 15,6 años de acuerdo con la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS, 2015).

El embarazo adolescente es una situación que afecta la vida psicológica de las madres al tener hijos a tan temprana edad, pero también desde el punto de vista socioeconómico es conocido como una de las más fuertes “trampas de la pobreza”. Una madre adolescente, escasamente está culminando o a recién terminado sus estudios de bachillerato. La gran mayoría de ellas, cerca del 80%, interrumpe sus estudios, y posteriormente cuando salen a buscar trabajo con sólo título de bachiller, sí lo logran, consiguen empleos de baja remuneración y por ende les resulta muy difícil salir de las condiciones de pobreza en que están inmersas.

Al analizar la información del DANE, se observa que en 2017 en el Cesar nacieron 283 bebés de madres entre 10 y 14 años, de los cuales 101 fueron en Valledupar. Mientras que se presentaron 1.542 nacimientos en Valledupar de madres adolescentes entre 15 y 19 años y 4.595 en todo el departamento. (ver panel A de la gráfica 6). Lo que debe llamar la atención es justamente las condiciones educativas de las madres adolescentes y jóvenes, quienes en su gran mayoría tienen formación solo en educación primaria y muy baja formación en educación superior. Por el contrario, en las madres adultas la incidencia de la educación superior es mayor.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Son varias las medidas que recomienda CESORE que se deben promocionar de manera multi- sectorial (sectores públicos, privado, academia, etc.) y desde diferentes instituciones.

– Incentivar a que jóvenes que aún no han terminado su ciclo educativo, lo hagan y en lo posible generar una serie de incentivos para dicho fin. Que terminen sus estudios de secundaria, o que se enrolen en estudios tecnológicos o universitarios. Recuperar a los NINIs para el estudio por ejemplo.

– Intensificar la enseñanza de salud sexual y reproductiva, con énfasis en los temas de prevención del embarazo adolescente. Perder el miedo a transmitir dicha enseñanza al adolescente del departamento. El nacimiento de 283 bebés de madres menores de 14 años en el 2017 es realmente un hecho alarmante que debe llamar la atención de las autoridades.

– Definitivamente promover emprendimientos alternativos: culturales, musicales, gastronómicos, ecoturísticos, avistamiento de aves, que son apropiados para el territorio.

– Movilizar recursos nacionales, llevar a cabo gestiones ante el gobierno central con el fin de avanzar en proyectos generadores de empleo.

– Preparar a grupos de jóvenes para participar el año entrante en las nuevas elecciones para cuerpos colegiados juveniles, para que ellos mismos propongan alternativas a su propia situación, que seguro surgirán muchas ideas creativas.

– Cumplir por parte de la Administración Municipal lo prometido en el acuerdo programático firmado con la Plataforma de Juventudes Valledupar que incluía temas tales como el apoyo a un sistema general de participación juvenil; la creación de una red de jóvenes comunitarios y de la oficina de juventud; la actualización de la política pública de juventud; el establecimiento de la tarifa diferencial de trasporte público; la reactivación de los servicios amigables en las IPS para la prevención del embarazo adolescente y la creación de un fondo para el empleo y la competitividad para los jóvenes en Valledupar, entre otros.

– Finalmente se requiere seguir estudiando con mayor detalle la problemática juvenil del Cesar

Por Fernando Herrera Araújo y Juan Manuel Monroy | EL PILÓN.