El jugador cesarense volvió a marcar en el fútbol colombiano después de aquel 30 de julio de 2012, cuando el vallenato anotó en la victoria de Millonarios 2-0 ante Santa Fe, en el clásico capitalino número 268.
El atacante vallenato Humberto Osorio Botello ya sacó el primer grito de gol con la camiseta de Independiente Santa Fe, al marcar el tanto de la victoria 1-0 sobre Atlético Bucaramanga.
Los primeros minutos del encuentro dejaron ver un partido enredado y con pocas opciones de gol, Bucaramanga sacaba provecho de algunos problemas en la defensa de Santa Fe y generó un par de llegadas que no fueron de mayor exigencia para el arquero Robinson Zapata.
Pero a partir del primer cuarto de hora, la balanza se inclinó a favor de los ‘cardenales’, que empezaron a explotar las bandas y sacar provecho del juego aéreo que ponía al delantero Manuel Falcón como su hombre más insistente.
El tiempo pasaba y Santa Fe seguía haciéndose dueño de la pelota, pero carecía de profundidad y efectividad, a tal punto, que le tocó acudir a los remates de larga distancia para generar algo de peligro. Yulián Anchico y Humberto Osorio pusieron en aprietos al guardameta uruguayo Jorge Bava, quien supo resolver con eficiencia y conservó el arco bumangués en cero.
Para la parte complementaria, el juego entró en un estado de monotonía y aburrimiento que poco dejó para la vista. Un Santa Fe que tenía el balón y tocaba con cierto orden, pero carente de chispa y con poca imaginación para llegar al arco ‘búcaro’.
Pero fue en una de esas jugadas elaboradas que Santa Fe logró romper la paridad y abrir el marcador, un bálsamo para un encuentro que se tornaba complicado y ya despertaba la angustia en la afición. Al minuto 23 Humberto Osorio Botello tras un buen pase de Roa y una excelente definición dentro del área, logro poner a celebrar a una tribuna que no ocultaba su molestia. Además, la entrada de Kevin Salazar le dio un aire al equipo ‘cardenal’: con su dominio y clase con la pelota, llevó a los rojos a tener más opciones de gol y despertar al encuentro de su letargo.
Fue un partido enredado y sufrido para los cardenales que aún no convence a la hinchada capitalina en este segundo semestre.
Por Nibaldo Bustamante / EL PILÓN
El jugador cesarense volvió a marcar en el fútbol colombiano después de aquel 30 de julio de 2012, cuando el vallenato anotó en la victoria de Millonarios 2-0 ante Santa Fe, en el clásico capitalino número 268.
El atacante vallenato Humberto Osorio Botello ya sacó el primer grito de gol con la camiseta de Independiente Santa Fe, al marcar el tanto de la victoria 1-0 sobre Atlético Bucaramanga.
Los primeros minutos del encuentro dejaron ver un partido enredado y con pocas opciones de gol, Bucaramanga sacaba provecho de algunos problemas en la defensa de Santa Fe y generó un par de llegadas que no fueron de mayor exigencia para el arquero Robinson Zapata.
Pero a partir del primer cuarto de hora, la balanza se inclinó a favor de los ‘cardenales’, que empezaron a explotar las bandas y sacar provecho del juego aéreo que ponía al delantero Manuel Falcón como su hombre más insistente.
El tiempo pasaba y Santa Fe seguía haciéndose dueño de la pelota, pero carecía de profundidad y efectividad, a tal punto, que le tocó acudir a los remates de larga distancia para generar algo de peligro. Yulián Anchico y Humberto Osorio pusieron en aprietos al guardameta uruguayo Jorge Bava, quien supo resolver con eficiencia y conservó el arco bumangués en cero.
Para la parte complementaria, el juego entró en un estado de monotonía y aburrimiento que poco dejó para la vista. Un Santa Fe que tenía el balón y tocaba con cierto orden, pero carente de chispa y con poca imaginación para llegar al arco ‘búcaro’.
Pero fue en una de esas jugadas elaboradas que Santa Fe logró romper la paridad y abrir el marcador, un bálsamo para un encuentro que se tornaba complicado y ya despertaba la angustia en la afición. Al minuto 23 Humberto Osorio Botello tras un buen pase de Roa y una excelente definición dentro del área, logro poner a celebrar a una tribuna que no ocultaba su molestia. Además, la entrada de Kevin Salazar le dio un aire al equipo ‘cardenal’: con su dominio y clase con la pelota, llevó a los rojos a tener más opciones de gol y despertar al encuentro de su letargo.
Fue un partido enredado y sufrido para los cardenales que aún no convence a la hinchada capitalina en este segundo semestre.
Por Nibaldo Bustamante / EL PILÓN