Hace algunas semanas el país se escandalizó con la decisión del alcalde de Cartagena de descubrir una placa en homenaje a miles de bandidos ingleses que sistemáticamente saqueaban las naves españolas cargadas de oro que viajaban de América a España y atacaban tratando de destrozar Cartagena de Indias; es decir, que una pléyade de delincuentes […]
Hace algunas semanas el país se escandalizó con la decisión del alcalde de Cartagena de descubrir una placa en homenaje a miles de bandidos ingleses que sistemáticamente saqueaban las naves españolas cargadas de oro que viajaban de América a España y atacaban tratando de destrozar Cartagena de Indias; es decir, que una pléyade de delincuentes ingleses atacaba a otro grupo de delincuentes españoles que también se creían con derecho a llevarse todas las riquezas de América hacia su patria.
En nuestro refranero popular existe la vieja expresión. “Ladrón que le roba a otro ladrón, tiene cien años de perdón”. Uno podría pensar que en esta premisa se basó el alcalde de Cartagena, aprovechando la visita del príncipe Carlos y su esposa, para destapar una placa en honor a los ingleses caídos en la toma de la ciudad en 1741 y con ello mojar prensa nacional. Lastimosamente hay intenciones de risa que terminan en morisquetas, expresa otro adagio. El alcalde en lugar brillar con lucidez, salió cuestionado por tan descabellado homenaje, aunque el objetivo sí se cumplió, pues el burgomaestre Vélez fue conocido a nivel nacional e internacional en redes sociales, prensa escrita y radial por lo que hizo. Fue un vitrinazo efectivo para darse a conocer.
Solo basta echar una mirada a Wikipedia o preguntarle a cualquier cartagenero de pura cepa qué fue lo que sucedió hace más de dos siglos en la toma de la ciudad de Cartagena para entender a quién realmente se debía homenajear, pues por encima de los miles de ingleses invasores, se levantaron hombres americanos, indios, negros y criollos comandados por Blas de Lezo, quienes defendieron los intereses de la ciudad y derrotaron a los británicos a pesar de la superioridad numérica.
Rafael Escalona, en ‘El Medallón’, uno de sus cantos vallenatos, hace un hermoso homenaje al verdadero héroe de la contienda, a Blas de Lezo, cuando lo pone por encima de los piratas. Escalona le ofrece a su amada como regalo un medallón de alta valía histórica: “De Cartagena te traigo yo, el medallón que usaba un pirata que Blas de Lezo se lo robó, para regalárselo a sus muchachas”.
La gran moraleja de todo esto que pasó, es que es necesario conocer la historia para no caer en ridículos. Es necesario leer e instruirse para no cometer errores estruendosos que coincidentemente se dan en Cartagena como el caso de afirmar que Nelson Mandela fue el fundador del reinado de belleza de Cartagena y el de la placa conmemorativa a delincuentes invasores, convertidos en mártires por parte del alcalde cartagenero, que pretendía robarle la gloria al valiente Blas de Lezo y a su ejército de valientes defensores del corralito de piedras.
Afortunadamente todo pasa con el tiempo y ahora es historia el suceso de la placa, pero debe ser una historia que se conozca para no volver a repetirla. Para eso la lectura es fundamental o el escuchar buenos vallenatos como los de Escalona que se convierten en excelentes crónicas que ayudan consolidar nuestra identidad.
Necesitamos urgentemente trabajar sobre nuestra identidad que cada día se desdibuja en el deseo de parecernos a los de afuera y olvidarnos de lo que hemos sido y lo que somos.
@Oscararizadaza
Hace algunas semanas el país se escandalizó con la decisión del alcalde de Cartagena de descubrir una placa en homenaje a miles de bandidos ingleses que sistemáticamente saqueaban las naves españolas cargadas de oro que viajaban de América a España y atacaban tratando de destrozar Cartagena de Indias; es decir, que una pléyade de delincuentes […]
Hace algunas semanas el país se escandalizó con la decisión del alcalde de Cartagena de descubrir una placa en homenaje a miles de bandidos ingleses que sistemáticamente saqueaban las naves españolas cargadas de oro que viajaban de América a España y atacaban tratando de destrozar Cartagena de Indias; es decir, que una pléyade de delincuentes ingleses atacaba a otro grupo de delincuentes españoles que también se creían con derecho a llevarse todas las riquezas de América hacia su patria.
En nuestro refranero popular existe la vieja expresión. “Ladrón que le roba a otro ladrón, tiene cien años de perdón”. Uno podría pensar que en esta premisa se basó el alcalde de Cartagena, aprovechando la visita del príncipe Carlos y su esposa, para destapar una placa en honor a los ingleses caídos en la toma de la ciudad en 1741 y con ello mojar prensa nacional. Lastimosamente hay intenciones de risa que terminan en morisquetas, expresa otro adagio. El alcalde en lugar brillar con lucidez, salió cuestionado por tan descabellado homenaje, aunque el objetivo sí se cumplió, pues el burgomaestre Vélez fue conocido a nivel nacional e internacional en redes sociales, prensa escrita y radial por lo que hizo. Fue un vitrinazo efectivo para darse a conocer.
Solo basta echar una mirada a Wikipedia o preguntarle a cualquier cartagenero de pura cepa qué fue lo que sucedió hace más de dos siglos en la toma de la ciudad de Cartagena para entender a quién realmente se debía homenajear, pues por encima de los miles de ingleses invasores, se levantaron hombres americanos, indios, negros y criollos comandados por Blas de Lezo, quienes defendieron los intereses de la ciudad y derrotaron a los británicos a pesar de la superioridad numérica.
Rafael Escalona, en ‘El Medallón’, uno de sus cantos vallenatos, hace un hermoso homenaje al verdadero héroe de la contienda, a Blas de Lezo, cuando lo pone por encima de los piratas. Escalona le ofrece a su amada como regalo un medallón de alta valía histórica: “De Cartagena te traigo yo, el medallón que usaba un pirata que Blas de Lezo se lo robó, para regalárselo a sus muchachas”.
La gran moraleja de todo esto que pasó, es que es necesario conocer la historia para no caer en ridículos. Es necesario leer e instruirse para no cometer errores estruendosos que coincidentemente se dan en Cartagena como el caso de afirmar que Nelson Mandela fue el fundador del reinado de belleza de Cartagena y el de la placa conmemorativa a delincuentes invasores, convertidos en mártires por parte del alcalde cartagenero, que pretendía robarle la gloria al valiente Blas de Lezo y a su ejército de valientes defensores del corralito de piedras.
Afortunadamente todo pasa con el tiempo y ahora es historia el suceso de la placa, pero debe ser una historia que se conozca para no volver a repetirla. Para eso la lectura es fundamental o el escuchar buenos vallenatos como los de Escalona que se convierten en excelentes crónicas que ayudan consolidar nuestra identidad.
Necesitamos urgentemente trabajar sobre nuestra identidad que cada día se desdibuja en el deseo de parecernos a los de afuera y olvidarnos de lo que hemos sido y lo que somos.
@Oscararizadaza