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Columnista - 10 diciembre, 2018

¡Ojo con la pólvora!

La tradición se define como la transmisión o comunicación de noticias, literatura popular, doctrinas, ritos, costumbres etc., que se mantiene de generación en generación. Y dentro de esta tradición están las fiestas navideñas, que viene acompañada de villancicos, música, luces y desde luego, con la manipulación de la pólvora. Tristemente, esta práctica, deja año tras […]

La tradición se define como la transmisión o comunicación de noticias, literatura popular, doctrinas, ritos, costumbres etc., que se mantiene de generación en generación. Y dentro de esta tradición están las fiestas navideñas, que viene acompañada de villancicos, música, luces y desde luego, con la manipulación de la pólvora. Tristemente, esta práctica, deja año tras año, un saldo elevado de víctimas, muy a pesar de las prohibiciones, y controles ejercidos por las autoridades. En el Valle del Cauca, van hasta el momento 11 los casos de personas lesionadas por la manipulación de pólvora, según el Centro de Regulación de Urgencias y Emergencias, entre los que se encuentran 9 adultos y dos menores, llevándose el deshonroso primer lugar a nivel nacional.

Es de vital importancia, tener en cuenta que, según el Código de la Infancia y Adolescencia, la responsabilidad que se tiene en la atención, el cuidado y la protección de los niños, involucra a la familia, la sociedad y el Estado. En ese orden de ideas, la responsabilidad por cada niño quemado, es de su representante legal a cuyo cuidado se encuentra. Aquí si debemos ser radicales, pues no podemos ser tolerantes frente a estas prácticas lesivas, y menos tratándose de niños.

Ahora bien, la venta de pólvora a menores de edad, y a personas en estado de embriaguez está prohibida en todo el territorio nacional, por virtud del artículo 2° del Decreto 4481 de 2006, y si el menor es sorprendido manipulando pólvora, ésta le será decomisada y el infractor será puesto a disposición del Defensor de Familia, quien iniciará proceso de restablecimiento de Derechos, en virtud del cual se instaurarán las denuncias ante las autoridades competentes, e iniciará proceso de atención psicológica y social con las familias y realizará la verificación de la garantía de derechos de otros niños al cuidado de dicha familia.

Además el Sistema de Vigilancia de Salud Pública (Sivigila), los casos de lesionados por la manipulación de pólvora activan la ruta, y deben ser reportados al ICBF, de manera inmediata.

Así las cosas, el consejo es prevenir dolores de cabeza, y estar atento a nuestros hijos, pues los accidentes por la manipulación de pólvora, pueden ser muy graves, incluso pueden causar la muerte, entonces, ¡Ojo con la pólvora!

NOTA DE CIERRE: Esta columna reaparecerá en enero de 2019, si Papito Dios quiere. A mis amables lectores, les deseo una Feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo, en unión a sus seres queridos. [email protected]

Por Darío Arregocés

Columnista
10 diciembre, 2018

¡Ojo con la pólvora!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Dario Arregoces

La tradición se define como la transmisión o comunicación de noticias, literatura popular, doctrinas, ritos, costumbres etc., que se mantiene de generación en generación. Y dentro de esta tradición están las fiestas navideñas, que viene acompañada de villancicos, música, luces y desde luego, con la manipulación de la pólvora. Tristemente, esta práctica, deja año tras […]


La tradición se define como la transmisión o comunicación de noticias, literatura popular, doctrinas, ritos, costumbres etc., que se mantiene de generación en generación. Y dentro de esta tradición están las fiestas navideñas, que viene acompañada de villancicos, música, luces y desde luego, con la manipulación de la pólvora. Tristemente, esta práctica, deja año tras año, un saldo elevado de víctimas, muy a pesar de las prohibiciones, y controles ejercidos por las autoridades. En el Valle del Cauca, van hasta el momento 11 los casos de personas lesionadas por la manipulación de pólvora, según el Centro de Regulación de Urgencias y Emergencias, entre los que se encuentran 9 adultos y dos menores, llevándose el deshonroso primer lugar a nivel nacional.

Es de vital importancia, tener en cuenta que, según el Código de la Infancia y Adolescencia, la responsabilidad que se tiene en la atención, el cuidado y la protección de los niños, involucra a la familia, la sociedad y el Estado. En ese orden de ideas, la responsabilidad por cada niño quemado, es de su representante legal a cuyo cuidado se encuentra. Aquí si debemos ser radicales, pues no podemos ser tolerantes frente a estas prácticas lesivas, y menos tratándose de niños.

Ahora bien, la venta de pólvora a menores de edad, y a personas en estado de embriaguez está prohibida en todo el territorio nacional, por virtud del artículo 2° del Decreto 4481 de 2006, y si el menor es sorprendido manipulando pólvora, ésta le será decomisada y el infractor será puesto a disposición del Defensor de Familia, quien iniciará proceso de restablecimiento de Derechos, en virtud del cual se instaurarán las denuncias ante las autoridades competentes, e iniciará proceso de atención psicológica y social con las familias y realizará la verificación de la garantía de derechos de otros niños al cuidado de dicha familia.

Además el Sistema de Vigilancia de Salud Pública (Sivigila), los casos de lesionados por la manipulación de pólvora activan la ruta, y deben ser reportados al ICBF, de manera inmediata.

Así las cosas, el consejo es prevenir dolores de cabeza, y estar atento a nuestros hijos, pues los accidentes por la manipulación de pólvora, pueden ser muy graves, incluso pueden causar la muerte, entonces, ¡Ojo con la pólvora!

NOTA DE CIERRE: Esta columna reaparecerá en enero de 2019, si Papito Dios quiere. A mis amables lectores, les deseo una Feliz Navidad y un venturoso Año Nuevo, en unión a sus seres queridos. [email protected]

Por Darío Arregocés