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Editorial - 15 abril, 2019

No pecar con las especies silvestres

La Semana Mayor además de ser una temporada de reflexión y recogimiento tiene un gran componente gastronómico, puesto que muchas familias se reúnen en torno a los dulces y platos típicos de cada región.

La Semana Mayor además de ser una temporada de reflexión y recogimiento tiene un gran componente gastronómico, puesto que muchas familias se reúnen en torno a los dulces y platos típicos de cada región.
Pero lamentablemente en estos días santos en nuestra región Caribe también aumenta el consumo de especies de la fauna silvestre en vía de extinción, como morrocoy, hicotea y guartinaja, entre otros.

Debemos ser conscientes de la importancia de las animales y su aporte al equilibrio de los ecosistemas. El consumo descontrolado de huevos de iguana y peces en época que no corresponden rompen los procesos de reproducción y ponen en riesgo la supervivencia de las especies.

En el Cesar se registra la problemática de tráfico de especies silvestres en distintas zonas, especialmente Aguas Blancas, Mariangola, Cuatro Vientos y El Desastre, poblaciones señaladas como rojas por la Policía Nacional y la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, cosa que hemos registrado en nuestras páginas, tanto la problemática como los buenos resultados por parte de las autoridades, sin embargo, persiste la práctica.

En las orillas de la carretera a diario de ofrecen a los viajeros conejos, venados, guardatinajas, armadillos, ñeques, mojanes e iguanas. Las especies son transportadas y camufladas en sacos, cajetas, bolsos, entre otros, y cuando ya han sido sacrificadas utilizan recipientes cerrados, como neveras portátiles, por lo que se complican los controles para las autoridades ambientales.

Esperamos que la gula con las especies silvestres no se convierta en el principal pecado capital de esta Semana Santa. Y también instamos a la Fuerza Pública a que a través de sus componentes ambientales se den resultados en este sentido: capturas de traficantes, decomiso de especies, retorno de las mismas a los centros especializados como la Red de Fauna y Flora de Corpocesar, en donde con frecuencia son curadas y liberadas especies en peligro.

Por otra parte felicitamos la iniciativa de la Diócesis de Valledupar, que en concordancia con le encíclica del papa Francisco, Laudato si’, han decidido profesar respeto por las especies silvestres de flora; el Domingo de Ramos insistieron en no promover el uso de palmas y ramas de algunas especies de la región. Y en el caso de la misa de Mayales Plaza Comercial promovieron la siembra de 1.400 árboles por parte de los feligreses, una iniciativa que desde EL PILÓN aplaudimos.

Editorial
15 abril, 2019

No pecar con las especies silvestres

La Semana Mayor además de ser una temporada de reflexión y recogimiento tiene un gran componente gastronómico, puesto que muchas familias se reúnen en torno a los dulces y platos típicos de cada región.


La Semana Mayor además de ser una temporada de reflexión y recogimiento tiene un gran componente gastronómico, puesto que muchas familias se reúnen en torno a los dulces y platos típicos de cada región.
Pero lamentablemente en estos días santos en nuestra región Caribe también aumenta el consumo de especies de la fauna silvestre en vía de extinción, como morrocoy, hicotea y guartinaja, entre otros.

Debemos ser conscientes de la importancia de las animales y su aporte al equilibrio de los ecosistemas. El consumo descontrolado de huevos de iguana y peces en época que no corresponden rompen los procesos de reproducción y ponen en riesgo la supervivencia de las especies.

En el Cesar se registra la problemática de tráfico de especies silvestres en distintas zonas, especialmente Aguas Blancas, Mariangola, Cuatro Vientos y El Desastre, poblaciones señaladas como rojas por la Policía Nacional y la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, cosa que hemos registrado en nuestras páginas, tanto la problemática como los buenos resultados por parte de las autoridades, sin embargo, persiste la práctica.

En las orillas de la carretera a diario de ofrecen a los viajeros conejos, venados, guardatinajas, armadillos, ñeques, mojanes e iguanas. Las especies son transportadas y camufladas en sacos, cajetas, bolsos, entre otros, y cuando ya han sido sacrificadas utilizan recipientes cerrados, como neveras portátiles, por lo que se complican los controles para las autoridades ambientales.

Esperamos que la gula con las especies silvestres no se convierta en el principal pecado capital de esta Semana Santa. Y también instamos a la Fuerza Pública a que a través de sus componentes ambientales se den resultados en este sentido: capturas de traficantes, decomiso de especies, retorno de las mismas a los centros especializados como la Red de Fauna y Flora de Corpocesar, en donde con frecuencia son curadas y liberadas especies en peligro.

Por otra parte felicitamos la iniciativa de la Diócesis de Valledupar, que en concordancia con le encíclica del papa Francisco, Laudato si’, han decidido profesar respeto por las especies silvestres de flora; el Domingo de Ramos insistieron en no promover el uso de palmas y ramas de algunas especies de la región. Y en el caso de la misa de Mayales Plaza Comercial promovieron la siembra de 1.400 árboles por parte de los feligreses, una iniciativa que desde EL PILÓN aplaudimos.