Aunque a veces sea considerado como una arenga revolucionaria construir sociedad y nación es una misión compleja. “Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro”: John F. Kennedy; sin embargo, en Colombia las circunstancias sistemáticas determinan que los niños son violados, sometidos sin ningún pudor a la hostilidad de nuestro conflicto, a través del reclutamiento ejercido por la guerrilla, paramilitares y las bandas criminales.
La incompetencia institucional en nuestro país llena de incertidumbre el futuro inmediato cuando descuida el bienestar de sus niños. Los Derechos y Garantías que ampara la Constitución Política, continuamente son pisoteados por la ilegalidad y la corrupción, para resolver esta situación vergonzosa es menester que la institucionalidad actué conforme a sus funciones. En vigencia del proceso de paz el imperativo de justicia ha sido invocado permanentemente como argumento que admite la negociación, sin lugar a dudas la exigencia es pertinente, como las marchas inherentes realizadas.
No descubro nada nuevo cuando he dicho que con el conflicto hacen política, hoy lo refrendo al observar la timidez concerniente al cartel que se está robando los recursos de la alimentación de los niños matriculados en los colegios más pobres del país. Según el Ministerio de Educación, administrador de los dineros del programa de comida escolar, el año pasado en el departamento de La Guajira a los contratistas les pagaron 54.000 millones de pesos por suministrar la comida para los estudiantes de las escuelas más pobres; no obstante, solo 6.600 millones se gastaron realmente en alimentación.
El caso sucedido recientemente en Aguachica, Cesar, confirma que el problema principal del país es la corrupción. Penosamente departamento de la Región Caribe, incluso el Cesar hace parte de semejante podredumbre. Ninguno de nosotros decidió convocar a la ciudadanía para exigir justicia ni protección para la profesora Claribel Rodríguez, seguimos muy temerosos a la hora de salvaguardar nuestros derechos, tampoco avanzamos en el debate, el hilo conductor es monotemático, mientras tanto, las Farc hacen proselitismo en pueblos desprovistos de institucionalidad y liderazgo, y los muertos de hambre, rateros de la plata del Programa de Alimentación Escolar, posan de honorables.
El robo de los recursos del Programa de Alimentación Escolar tipifica incompetencia institucional y connivencia entre los administradores de los recursos y los contratistas, sugerir soluciones constituye un enfoque retorico, teniendo en cuenta que es robusta la normatividad en materia de contratación pública, ese blindaje legal es fácilmente doblegado por los que interactúan en la concepción y ejecución de los contratos. Mientras persistan esas prácticas corruptas en la administración pública, ineficiencia de los organismos de control y el temor ciudadano, serán inútiles las condiciones relativas a experiencia y conocimiento, calidad de los productos alimentarios, oportunidad en la entrega, la cultura alimentaria de los grupos de escolares y la suscripción del fin del conflicto.
@LuchoDiaz12