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Editorial - 7 junio, 2019

No bajemos los brazos contra la ilegalidad

Debemos preguntarnos cuáles son los resultados de la Policía Fiscal y Aduanera en su lucha frente al contrabando de gasolina, cigarrillo, licores, textiles, reses, entre otros.

Debemos preguntarnos cuáles son los resultados de la Policía Fiscal y Aduanera en su lucha frente al contrabando de gasolina, cigarrillo, licores, textiles, reses, entre otros. Es hora de hacer un nuevo balance y es pertinente aprovechar el lanzamiento del Centro Integrado contra el Contrabando de Hidrocarburos que esta seccional de la Policía Nacional lanzará hoy en las instalaciones de Fendipetroleo seccional Cesar.

Queremos saber por qué, pese los recursos invertidos en personal y equipo tecnológico, seguimos observando gasolina de contrabando en las esquinas de la calle 44, avenida Los Militares en inmediaciones del estadio Erasmo Camacho Calamar, Comuna cuatro de Valledupar, así como en sectores de la Comuna dos. Ni que decir de las entradas al municipio de San Juan del Cesar y otros más cercanos a la frontera con Venezuela, por obvias razones los puntos más críticos.

Celebramos la llegada de más herramientas para combatir el fenómeno, pero como este Centro Integrado se han anunciado medidas de choque y el problema persiste.

Por supuesto, un capítulo especial de esta queja es precisamente para los ciudadanos que representamos. Pedimos a la ciudadanía que acuda a otros medios de desarrollo económico, a través de la formalidad, para dejar atrás el expendio del combustible que se constituye en bomba de tiempo; solo basta una imprudencia para la tragedia y esto ya se ha comprobado en La Paz, Cesar, (15 de noviembre de 2013 – siete viviendas incineradas, millonarias pérdidas).

A la Alcaldía de Valledupar, como corresponde, le invitamos a que se reactiven los programas de reconversión sociolaboral. Uno de estos alcanzó a avanzar con los carromuleros, pero con los ‘pimpineros’ no conocemos avances. Está a punto de concluir el mandato del abogado Augusto Ramírez Uhía y podría, con los esfuerzos que quedan, dejar una huella importante en ese sentido, cumplir lo prometido con los expendedores ilegales y en general todo el conglomerado en la informalidad.

Al sector privado no está de más recordarle que sin su aporte muchos ciudadanos no podrán abandonar la informalidad a través de sus ofertas de empleo. Deben ponerse la camiseta y contribuir, de la mano con las entidades de formación académica como el Sena, a la disminución de los índices de empleo.

Así que esto concluye donde debe, en reconocer que se necesita instalar una mesa de trabajo conjunto para salir del atolladero. Debemos ser persistentes, tercos, hasta que los índices representen mejores cifras para el desarrollo y esto redunde en mejores condiciones para las familias que por ejemplo viven de la gasolina de contrabando.

Hoy pediremos cuentas a la Polfa a través de un diálogo propositivo pero también firme pues es obvio que no estamos cerca de vencer el flagelo del contrabando. Unámonos todos para prevenir accidentes, promover y consolidar la formalidad, a través del empleo, el emprendimiento y la creatividad.

Editorial
7 junio, 2019

No bajemos los brazos contra la ilegalidad

Debemos preguntarnos cuáles son los resultados de la Policía Fiscal y Aduanera en su lucha frente al contrabando de gasolina, cigarrillo, licores, textiles, reses, entre otros.


Debemos preguntarnos cuáles son los resultados de la Policía Fiscal y Aduanera en su lucha frente al contrabando de gasolina, cigarrillo, licores, textiles, reses, entre otros. Es hora de hacer un nuevo balance y es pertinente aprovechar el lanzamiento del Centro Integrado contra el Contrabando de Hidrocarburos que esta seccional de la Policía Nacional lanzará hoy en las instalaciones de Fendipetroleo seccional Cesar.

Queremos saber por qué, pese los recursos invertidos en personal y equipo tecnológico, seguimos observando gasolina de contrabando en las esquinas de la calle 44, avenida Los Militares en inmediaciones del estadio Erasmo Camacho Calamar, Comuna cuatro de Valledupar, así como en sectores de la Comuna dos. Ni que decir de las entradas al municipio de San Juan del Cesar y otros más cercanos a la frontera con Venezuela, por obvias razones los puntos más críticos.

Celebramos la llegada de más herramientas para combatir el fenómeno, pero como este Centro Integrado se han anunciado medidas de choque y el problema persiste.

Por supuesto, un capítulo especial de esta queja es precisamente para los ciudadanos que representamos. Pedimos a la ciudadanía que acuda a otros medios de desarrollo económico, a través de la formalidad, para dejar atrás el expendio del combustible que se constituye en bomba de tiempo; solo basta una imprudencia para la tragedia y esto ya se ha comprobado en La Paz, Cesar, (15 de noviembre de 2013 – siete viviendas incineradas, millonarias pérdidas).

A la Alcaldía de Valledupar, como corresponde, le invitamos a que se reactiven los programas de reconversión sociolaboral. Uno de estos alcanzó a avanzar con los carromuleros, pero con los ‘pimpineros’ no conocemos avances. Está a punto de concluir el mandato del abogado Augusto Ramírez Uhía y podría, con los esfuerzos que quedan, dejar una huella importante en ese sentido, cumplir lo prometido con los expendedores ilegales y en general todo el conglomerado en la informalidad.

Al sector privado no está de más recordarle que sin su aporte muchos ciudadanos no podrán abandonar la informalidad a través de sus ofertas de empleo. Deben ponerse la camiseta y contribuir, de la mano con las entidades de formación académica como el Sena, a la disminución de los índices de empleo.

Así que esto concluye donde debe, en reconocer que se necesita instalar una mesa de trabajo conjunto para salir del atolladero. Debemos ser persistentes, tercos, hasta que los índices representen mejores cifras para el desarrollo y esto redunde en mejores condiciones para las familias que por ejemplo viven de la gasolina de contrabando.

Hoy pediremos cuentas a la Polfa a través de un diálogo propositivo pero también firme pues es obvio que no estamos cerca de vencer el flagelo del contrabando. Unámonos todos para prevenir accidentes, promover y consolidar la formalidad, a través del empleo, el emprendimiento y la creatividad.