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Columnista - 2 noviembre, 2019

Nacer con estrella

Eso se llama ‘Nacer con Estrella’. Se lanzó al Concejo de Valledupar y fue elegido concejal; se candidatizó a la Asamblea y salió proclamado diputado del Cesar, y ahora tomó la decisión de aspirar a la Alcaldía de Valledupar y es electo alcalde de la ciudad, enigma que es fácil de descifrar para referirnos a […]

Eso se llama ‘Nacer con Estrella’. Se lanzó al Concejo de Valledupar y fue elegido concejal; se candidatizó a la Asamblea y salió proclamado diputado del Cesar, y ahora tomó la decisión de aspirar a la Alcaldía de Valledupar y es electo alcalde de la ciudad, enigma que es fácil de descifrar para referirnos a José Santos Castro González, hipocorísticamente conocido como ¡El Mello Va! , porque de tres elecciones van tres ganadas.

Carismático como su abuelo José Guillermo Castro ‘Pepe Castro’, y no es cuestión de azar, porque la buena suerte es la estimación que tiene un perezoso acerca del éxito de un hombre trabajador, esto es, que el perezoso atribuye el éxito a la buena suerte, no al trabajo que forjaba el exsenador y exgobernador, sin tregua ni horario en la labor cotidiana, sus incursiones en la narrativa literaria “El cuento de Pepe”, y el servicio público que ejercía guiado por la lógica y el sentido común, exhalando boñiga y apretando para no zafarse del compadrazgo y de sus amigos que tarareaban en una plaza pública “Sino es porque Pepe aprieta, sino es que sabe apretá”.

“No se debe proclamar la victoria antes de tiempo”, y menos en política, donde nada está escrito. El gran consenso de opinión daba como ganador a Ernesto Orozco Durán, aún elegido por los más fanáticos, pero también se rajaron las encuestas y la engañosa publicidad.

Está bien que en política hay que sumar, pero….hay sumas que restan, cuando adhieren personas desgastadas y con muy poca credibilidad que representan un karma. Hay un término que los define: “Dinosaurios en vía de extinción”, que hay a montón y se arrogan el triunfo, “que tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana”.

Es muy fácil ser sabio después del evento, reza el proverbio inglés, pero la sabiduría popular, sin mayor esfuerzo, mira con desagrado la clase política tradicional, y observa con suspicacia los compromisos que determinados candidatos a alcaldías pactan con concesiones y grandes consorcios que financian campañas electorales a cambio de la contratación pública, que amarran durante los 4 años marginando a ingenieros y arquitectos nuestros, en la indigencia, desocupados y desplazados por oferta laboral foránea.

La denuncia sobre este monopolio se hizo viral en las redes sociales, incluida la mal llamada Concesión de Alumbrado Público de Valledupar, catalogada por los mismos concejales como la empresa más leonina para el municipio, obligado a sacrificar sus finanzas sin retribución para los usuarios que exponen sus vidas en medio de la oscuridad de la ciudad.

‘Robó, pero hizo’, tratan de justificar quienes rodean al alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía ‘Tuto’ Uhía, pero lo ideal es que haga, pero que no robe, aunque… si obró o no con transparencia, lo dirán los organismos de control o la misma justicia, pero sin toga, en la medida en que ésta no se deje comprar.

Una cosa es ser tentado y otra caer en la tentación, dilema para obrar rectamente. Y para completar la cereza del pastel, los tertuliaderos políticos hablan del endiosamiento de Ape Cuello que hoy saborea la mueca amarga de la derrota, en tanto Cielo Gnecco con gobernación y alcaldía, las mieles del triunfo.

Columnista
2 noviembre, 2019

Nacer con estrella

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Miguel Aroca Yepez

Eso se llama ‘Nacer con Estrella’. Se lanzó al Concejo de Valledupar y fue elegido concejal; se candidatizó a la Asamblea y salió proclamado diputado del Cesar, y ahora tomó la decisión de aspirar a la Alcaldía de Valledupar y es electo alcalde de la ciudad, enigma que es fácil de descifrar para referirnos a […]


Eso se llama ‘Nacer con Estrella’. Se lanzó al Concejo de Valledupar y fue elegido concejal; se candidatizó a la Asamblea y salió proclamado diputado del Cesar, y ahora tomó la decisión de aspirar a la Alcaldía de Valledupar y es electo alcalde de la ciudad, enigma que es fácil de descifrar para referirnos a José Santos Castro González, hipocorísticamente conocido como ¡El Mello Va! , porque de tres elecciones van tres ganadas.

Carismático como su abuelo José Guillermo Castro ‘Pepe Castro’, y no es cuestión de azar, porque la buena suerte es la estimación que tiene un perezoso acerca del éxito de un hombre trabajador, esto es, que el perezoso atribuye el éxito a la buena suerte, no al trabajo que forjaba el exsenador y exgobernador, sin tregua ni horario en la labor cotidiana, sus incursiones en la narrativa literaria “El cuento de Pepe”, y el servicio público que ejercía guiado por la lógica y el sentido común, exhalando boñiga y apretando para no zafarse del compadrazgo y de sus amigos que tarareaban en una plaza pública “Sino es porque Pepe aprieta, sino es que sabe apretá”.

“No se debe proclamar la victoria antes de tiempo”, y menos en política, donde nada está escrito. El gran consenso de opinión daba como ganador a Ernesto Orozco Durán, aún elegido por los más fanáticos, pero también se rajaron las encuestas y la engañosa publicidad.

Está bien que en política hay que sumar, pero….hay sumas que restan, cuando adhieren personas desgastadas y con muy poca credibilidad que representan un karma. Hay un término que los define: “Dinosaurios en vía de extinción”, que hay a montón y se arrogan el triunfo, “que tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana”.

Es muy fácil ser sabio después del evento, reza el proverbio inglés, pero la sabiduría popular, sin mayor esfuerzo, mira con desagrado la clase política tradicional, y observa con suspicacia los compromisos que determinados candidatos a alcaldías pactan con concesiones y grandes consorcios que financian campañas electorales a cambio de la contratación pública, que amarran durante los 4 años marginando a ingenieros y arquitectos nuestros, en la indigencia, desocupados y desplazados por oferta laboral foránea.

La denuncia sobre este monopolio se hizo viral en las redes sociales, incluida la mal llamada Concesión de Alumbrado Público de Valledupar, catalogada por los mismos concejales como la empresa más leonina para el municipio, obligado a sacrificar sus finanzas sin retribución para los usuarios que exponen sus vidas en medio de la oscuridad de la ciudad.

‘Robó, pero hizo’, tratan de justificar quienes rodean al alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía ‘Tuto’ Uhía, pero lo ideal es que haga, pero que no robe, aunque… si obró o no con transparencia, lo dirán los organismos de control o la misma justicia, pero sin toga, en la medida en que ésta no se deje comprar.

Una cosa es ser tentado y otra caer en la tentación, dilema para obrar rectamente. Y para completar la cereza del pastel, los tertuliaderos políticos hablan del endiosamiento de Ape Cuello que hoy saborea la mueca amarga de la derrota, en tanto Cielo Gnecco con gobernación y alcaldía, las mieles del triunfo.