Como ha sido costumbre estos días, transmitir en vivo por nuestras cuentas de Instagram y Facebook ha sido muy valioso para nosotros, tanto como para nuestros lectores. Estos recorridos en la valiosa compañía del equipo periodístico de EL PILÓN nos han permitido verificar con preocupación que, como decimos popularmente en la región, la gente se está ‘fresqueando’.

Es una sensible observación, pero a la vez es notable: hay más gente en las calles, por x o y razón. Ya no son solo los vendedores ambulantes que no han bajado una línea desde que se decretó la cuarentena.

Hay todo tipo de público recorriendo calles céntricas. En los barrios ya es conocido el balance, pero está aumentando. La gente compra, visita, recorre, se reúne cada vez más, y la clave de que salgamos adelante en esta crisis es que la cuarentena se cumpla.

Un llamado de atención a los gobiernos departamental y municipal. Debemos abonar la iniciativa del alcalde Mello Castro, la mano dura que está proyectando con su mensaje: “El que ande en la calle sin justificación, pa´l camión”, pero detectamos en su primera ‘recogida’ de infractores a muchos habitantes de calle, a venezolanos sin vivienda, entre otros que poco podrán o querrán hacer cuarentena.

Entonces hay que apretar, los casos positivos están subiendo y la gente afuera. Mucha reunión de esquina y, casualmente, los atracos incrementando levemente. ¿Coincidencia? Los tenderos y hasta los trabajadores domiciliarios son blanco del atracador a mano armada y el peligro vuelve a aparecer.

Atención a esos casos, los inescrupulosos no escasean, aquellos que sin el más mínimo temor al virus salen a quitarle a los trabajadores su producto, su salario, sus pertenencias.

Mucha gente en la calle y aún nos faltan nueve días de una cuarentena que parece que se extenderá. Ya debemos empezar a hacer los balances y avanzar. Precisamente, y como lo mencionamos en días pasados, un sobrevuelo del Ejército Nacional por Valledupar reafirmó que son los barrios periféricos los más inconscientes con las medidas decretadas. Persiste esta desconexión de la comunidad periférica con la autoridad, sea cual sea el origen. Ahí radica el primer balance que nos deja esta circunstancia sin precedentes. Esa desatención de la comunidad a las normas en las más críticas condiciones no cambió en nada.

Muchos ciudadanos aprovechando el ‘pico y cédula’ para hacer vida social. Demasiadas contingencias bancarias que no se han podido solucionar a través de las plataformas digitales; otro asunto a revisar.

Familias en Acción y otras diligencias no han ayudado en mucho, y las aglomeraciones están a la orden del día. No bajemos la guardia, juntos podemos salir de esto.