El Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), como instrumento de planeación y gestión para la conservación de los bienes de interés cultural, no ha podido ser aplicado de tal forma que pueda frenar que el desarrollo urbano descontrolado siga comiéndose los centros de manzana de la zona fundacional de Valledupar. En nuestro tema del día […]
El Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), como instrumento de planeación y gestión para la conservación de los bienes de interés cultural, no ha podido ser aplicado de tal forma que pueda frenar que el desarrollo urbano descontrolado siga comiéndose los centros de manzana de la zona fundacional de Valledupar.
En nuestro tema del día publicado ayer explicamos que uno de los primeros centros de manzana en desaparecer fue el de la calle 16 con carrera sexta, porque paulatinamente los propietarios de los predios vecinos fueron ocupando terreno del espacio público y hoy solo hay un callejón, convertido en parqueadero.
Solo hay dos centros de manzana que conservan gran parte de su entorno original: el que tiene salida por la carrera cuarta, entre las calles 15 y la 14, detrás del patio colonial de la Cámara de Comercio, y el de ‘Concha Moreno’, en la carrera 8, entre calles 14 y 15, detrás del diario EL PILÓN. Todavía hay tiempo para salvarlos.
Los centros de manzana son espacios comunales, diseñados en la época colonial, espacios públicos a los que les fue apareciendo dueños a lo largo de la historia y algunos de sus titulares, pese a tener los documentos de propiedad, han tenido trabas jurídicas a la hora de adelantar sus construcciones. En ‘Concha Moreno’ actualmente hay una obra a medias que el año pasado fue sellada por la Oficina de Planeación Municipal, y hoy el predio está a la venta. Advertimos que quienes compran esos predios compran un dolor de cabeza.
Sin embargo, los que pasan desapercibidos ante los controles de las autoridades locales han ido sepultando la historia del viejo Valledupar. La privatización del espacio público debe ser contralada.
El centro histórico tiene otra gran cantidad de problemas, como la inseguridad y drogadicción, pero en medio de ese panorama sombrío destacamos el nuevo respiro que los emprendedores le han dado al sector, han ayudado a recobrar su vida nocturna con diferentes restaurantes, bares y un teatro.
Hay que decir que actualmente el centro histórico no pasa por su mejor momento, los comerciantes del marco de la plaza están pasando las verdes, mientras avanzan las obras de remodelación del mítico escenario que estar terminado antes del próximo mes de abril.
Antes de finalizar septiembre, mes del patrimonio a nivel nacional, la Junta Local de Patrimonio de Valledupar realizará una reunión para discutir las acciones necesarias para recuperar los centros de manzana.
La tarea también está pendiente con los callejones. En el centro histórico está el Callejón de la Estrella, de la Purrututú, de Mahoma y de Luis Carlos Castilla, entre otros. El Callejón de la Estrella es un ejemplo en la intervención del espacio público, pues la empresa Gases del Caribe lo apadrinó mejorando las condiciones del bien de interés cultural; eso demuestra que proteger y conservar el centro histórico es un reto del Estado, de los empresarios y de la comunidad.
El Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), como instrumento de planeación y gestión para la conservación de los bienes de interés cultural, no ha podido ser aplicado de tal forma que pueda frenar que el desarrollo urbano descontrolado siga comiéndose los centros de manzana de la zona fundacional de Valledupar. En nuestro tema del día […]
El Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP), como instrumento de planeación y gestión para la conservación de los bienes de interés cultural, no ha podido ser aplicado de tal forma que pueda frenar que el desarrollo urbano descontrolado siga comiéndose los centros de manzana de la zona fundacional de Valledupar.
En nuestro tema del día publicado ayer explicamos que uno de los primeros centros de manzana en desaparecer fue el de la calle 16 con carrera sexta, porque paulatinamente los propietarios de los predios vecinos fueron ocupando terreno del espacio público y hoy solo hay un callejón, convertido en parqueadero.
Solo hay dos centros de manzana que conservan gran parte de su entorno original: el que tiene salida por la carrera cuarta, entre las calles 15 y la 14, detrás del patio colonial de la Cámara de Comercio, y el de ‘Concha Moreno’, en la carrera 8, entre calles 14 y 15, detrás del diario EL PILÓN. Todavía hay tiempo para salvarlos.
Los centros de manzana son espacios comunales, diseñados en la época colonial, espacios públicos a los que les fue apareciendo dueños a lo largo de la historia y algunos de sus titulares, pese a tener los documentos de propiedad, han tenido trabas jurídicas a la hora de adelantar sus construcciones. En ‘Concha Moreno’ actualmente hay una obra a medias que el año pasado fue sellada por la Oficina de Planeación Municipal, y hoy el predio está a la venta. Advertimos que quienes compran esos predios compran un dolor de cabeza.
Sin embargo, los que pasan desapercibidos ante los controles de las autoridades locales han ido sepultando la historia del viejo Valledupar. La privatización del espacio público debe ser contralada.
El centro histórico tiene otra gran cantidad de problemas, como la inseguridad y drogadicción, pero en medio de ese panorama sombrío destacamos el nuevo respiro que los emprendedores le han dado al sector, han ayudado a recobrar su vida nocturna con diferentes restaurantes, bares y un teatro.
Hay que decir que actualmente el centro histórico no pasa por su mejor momento, los comerciantes del marco de la plaza están pasando las verdes, mientras avanzan las obras de remodelación del mítico escenario que estar terminado antes del próximo mes de abril.
Antes de finalizar septiembre, mes del patrimonio a nivel nacional, la Junta Local de Patrimonio de Valledupar realizará una reunión para discutir las acciones necesarias para recuperar los centros de manzana.
La tarea también está pendiente con los callejones. En el centro histórico está el Callejón de la Estrella, de la Purrututú, de Mahoma y de Luis Carlos Castilla, entre otros. El Callejón de la Estrella es un ejemplo en la intervención del espacio público, pues la empresa Gases del Caribe lo apadrinó mejorando las condiciones del bien de interés cultural; eso demuestra que proteger y conservar el centro histórico es un reto del Estado, de los empresarios y de la comunidad.