Por: ANTONIO HERNÁNDEZ GAMARRA

En el foro que tuvo lugar en Valledupar el pasado 30 de abril, Antanas Mockus dijo que deberíamos concebir la creación y el desarrollo de la Región Caribe como una minga y no como una piñata. Expresión que amerita cabal entendimiento, puesto que se va a la piñata a repartirse una cantidad predeterminada de dulces y se va a la minga a hacer un trabajo en común en bien de todos los participantes.

Entendidas así las cosas expreso total acuerdo con lo señalado por Mockus, ya que ese es el espíritu que ha animado a quienes, en el Observatorio del Caribe y en el Centro de Estudios Regionales del Banco de la República, sucursal Cartagena, hemos propuesto el diseño de una política nacional que tenga como propósito reducir las disparidades inter e intra regionales que hoy existen en Colombia.

En busca de ese fin último, no estamos nosotros proponiendo, simplemente, una mayor tajada presupuestal para la región caribe. De hecho, en Santa Marta el 8 de octubre de 2009, con ocasión del encuentro con quienes en ese momento habían hecho pública su voluntad de aspirar a la Presidencia de la República, señalé que al proponer la creación del Fondo de Compensación Regional “no perseguimos participar en un juego de suma cero, pues no se trata de quitarle recursos a unas regiones para favorecer a otras. Lo que buscamos es que al crecer más rápidamente las regiones más pobres potencien el crecimiento del resto del país y de la nación como un todo. Así se lograría una convergencia en las condiciones de bienestar de las distintas regiones de la nación, haciendo que se cierre la amplia brecha que hoy existe entre ellas.”

Es por eso que hemos enfatizado en la necesidad de una política nacional que propicie equidad en el Caribe, pero también en el Urabá Antioqueño, en la Costa Pacífica, en la Amazonia, en el sur del Huila y el Tolima, en la Orinoquia y en el Norte de Santander.

En cada una de esas regiones y subregiones necesitamos que haya mingas para acelerar el crecimiento económico, hacerlo más incluyente y preservar, razonablemente, los recursos naturales; para que la protección a la infancia y la lucha contra el hambre, la desnutrición y el analfabetismo sean pan de cada día; para que el sistema tributario regional sea más fuerte y más equitativo; para que el manejo probo de los recursos públicos, una mejor gerencia pública, el combate a la corrupción y la defensa de la identidad en medio de la pluralidad, alienten el querer colectivo; y, para que, sin atentar contra la unidad nacional, exista más autonomía.

Pensando en esos fines fue legítimo que los gobernadores de nuestra región les preguntaran a los candidatos presidenciales su opinión sobre el futuro de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial y del Fondo de Compensación Regional. Y por ello mismo fue desafortunado que indagaran por los “ministerios con chequera para el Caribe”.

Digo esto último porque  si como todo indica Antanas Mockus será, para bien, el próximo presidente de los colombianos – la mejor defensa del voto caribe consistirá en exponer con toda claridad las razones que nos asisten para proponer nuestra propia minga antes que andar indagando por chequeras cuyos fondos no sabemos aún como vamos a gastarnos.