Mauricio Zequeda:
Mauricio Zequeda, pintor bogotano con raíces vallenatas, egresado de la Universidad Nacional, es uno de los artistas que participan en el 14º Salón Regional de artistas. Se desempeñó como profesor de arte en la Universidad Popular del Cesar; en el año 2007 fue ganador del Premio Botero 2007 en su tercera versión, situación que lo obligó a radicarse en Bogotá, debido a los compromisos adquiridos con la Fundación Jóvenes Artistas Colombianos.
Participó en el Salón con el proyecto Pandora, una instalación “in situ” o en el mismo lugar donde se hace la exposición, al lado de su ex alumno Ronald Prado.
Con un gran formato y con la técnica del carboncillo, Zequeda quiere llamar la atención del público para que se involucre en su obra, con una serie de personajes que parecen tener vida propia, con movimiento a varias escalas que llaman al espectador para que mire, toque, se agache y hasta borre así lo así lo desea.
El Pilón:¿Qué hace ahora Mauricio en Bogotá?
Mauricio Zequeda:
Estoy dedicado a la producción artística y también dicto clase en dos academias; estoy produciendo un trabajo para Miami y me llamaron para participar en el 14º Salón Regional de Artistas del Caribe, siempre que me llaman vengo, porque estoy muy ligado a esta tierra.
E.P. ¿Como se llegó a este proceso?
M.Z. Me estas remontando a ocho años atrás cuando era profesor en la UPC, Ronald Prado era mi alumno y cuando llegué a Valledupar venía trabajando sobre la tesis de cómo hacer que el espectador participe y encuentre que dentro del museo está la vida normal que está afuera, donde a diario caminas y te pierdas dentro de las paredes. Fue una búsqueda muy grande que ya hoy tiene resultado. Ahora le metimos algo nuevo que es el Facebook.
E.P.¿Este tipo de trabajo es limitado en el tiempo?
M.Z. En el arte contemporáneo se utiliza mucho lo efímero, porque hay muchos procesos, la vida es un constante proceso y lo que hago se parece mucho a la vida misma. Me gusta demorarme poco y los grandes formatos que pueden complementarse con materiales de tela y otros adicionantes que agrandan el espacio.
E.P. ¿Cómo se comunica con la gente para lograr que ellos manden las propuestas de lo que quieren ver?
M.Z. Actualmente utiliza mucho Facebook, Twitter, con estas redes hicimos una convocatoria una semana antes para recoger imágenes y escoger las que tengan movimiento, que no sean tan posudas y elaborar el proyecto directamente.
E.P.¿La idea es copiar la imagen de una foto?
M.Z. Actualmente hay muchas formas de hacer trampa, se puede decir, para la construcción de imágenes, está el video beam, el calco entre otras, pero yo parto de una manera más arcaica que es la imagen, la pared y el traslado visual sin tener que calcar. Aquí lo que cuenta es la capacidad manual, es como una caligrafía y el gesto que dejan las imágenes.
E.P. ¿Como ha sido la reacción del público con su obra?
M.Z. La gente hace muchas preguntas, siempre quiere identificar a alguien y las preguntas obligadas son por qué tan grande, los van a borrar, a ustedes les pagan, intervienen y empiezan a mirar y para mí esa imagen es muy agradable. La gente se ha encontrado una nueva forma de ver la imagen.
El Salón ya estuvo en Santa Marta, la reacción fue muy interesante, porque la gente miraba, se acercaba a centímetros de la obras, se empinaba para ver detalles en lo alto y cuando uno toma las fotos en blanco y negro, de lo que pasó, no se sabe qué es ficción y qué es realidad y dónde está el limite porque empiezan a mezclarse totalmente los personajes y el público.
E.P. ¿Dónde queda el óleo ahora?
M.Z. El óleo sigue mandato en muchas cosas, pero la forma de mirar el óleo es otra y la pintura es otra. Yo soy teóricamente clásico, tradicional, pero la propuesta que tenemos es hacerlo de una manera más contemporánea, más cercana al espectador que la gente quiera tocar, manchar, hacerle algo, jugar con elementos que vemos a diario.