Provenientes de 26 departamentos colombianos, en Bogotá se reunieron cerca de 600 campesinos para conocer los avances de sus procesos de reparación colectiva.

En el encuentro expresaron su su apoyo al acuerdo para poner fin al conflicto armado y le dijeron ‘Sí a la paz’ este jueves, en el vigésimo sexto Congreso de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), que tuvo lugar en la Plaza de los Artesanos de Bogotá, con la presencia del Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, y el director de la Unidad para las Víctimas, Alan Jara.

“Aquí lanzamos la expedición de la ANUC por la paz de Colombia”, afirmó Luis Alejandro Jiménez, presidente de la asociación, al mostrar su “compromiso” con la pedagogía de paz en los territorios. Esto se traducirá en formación para sus miembros acerca de las implicaciones del acuerdo para el fin del conflicto en términos de desarrollo rural y reparación a víctimas, entre otros temas.

“Celebro que la ANUC ponga en marcha ese gran esfuerzo de pedagogía”, dijo a los asistentes Sergio Jaramillo, Alto Comisionado para la Paz, quien aseguró que esta iniciativa tiene “extraordinaria importancia”.

Reparación colectiva a los campesinos, esencial para un futuro de paz

El Congreso de la ANUC se dio en el marco del proceso de reparación colectiva que actualmente la organización adelanta con la Unidad para las Víctimas y que cuenta con un plan de reparación colectiva aprobado, cuyas medidas se implementarán progresivamente en los próximos meses.

En ese esfuerzo, “es necesaria la participación de todas las entidades del Estado y la sociedad entera”, opinó Alan Jara, director de la Unidad para las Víctimas. En este sentido, en el encuentro intervinieron también Alfonso Prada, director del SENA; Paula Gaviria, consejera presidencial para los Derechos Humanos; y Juan Felipe García, profesor de la Universidad Javeriana y asesor político en el Consejo de la ANUC, entre otros.

Para la Embajada de Suecia, quien apoyó el evento, “más allá del fortalecimiento de su organización, (el plan de reparación colectiva) muestra la voluntad genuina del Estado por reparar integralmente a una de las poblaciones más afectadas del conflicto”: los campesinos del país.

“La reparación colectiva no es otra cosa que la construcción de paz”, refirió Alan Jara. Para el director de la Unidad para las Víctimas, es fundamental “atender la particularidad de los territorios” y “tener en cuenta el enfoque étnico, su relación con lo campesino, y los enfoques etario y de género”.

El plan de reparación colectiva pretende reparar daños ocasionados como consecuencia del conflicto armado al paisaje campesino, al proyecto político de la ANUC, a sus derechos, a la identidad campesina, a sus prácticas organizativas y culturales, y a la economía campesina, daño que afecta especialmente a todos los colombianos. Dicho plan fue aprobado después de más de 10 eventos regionales y la participación de más de 5.000 campesinos.
La voz de los campesinos, vital en la reparación

Jóvenes, mujeres, octogenarios… Representantes de la ANUC de 26 departamentos presentaron propuestas, inquietudes y anhelos acerca del proceso de reparación colectiva y la construcción de paz en los territorios.

“Aquí están los verdaderos héroes de la patria”, dijo uno de los asistentes más mayores, “aquí están los campesinos que les ha tocado cruzar ríos, senderos, por defender la vida y defender un hijo o un sobrino, para no ser arrebatado de sus hogares”. Por parte de los jóvenes, se alzaron voces de “rechazo total contra el conflicto armado” y rotundos gritos de “Sí a la paz”.

Para el profesor universitario Juan Felipe García, son los campesinos quienes tienen el “saber profundo del habitar el campo” y son ellos quienes “han alimentado a este país en medio de la guerra”.

“Cuando conocí a la ANUC, desde mi trabajo en la Unidad para las Víctimas, la organización estaba profundamente afectada por el conflicto. Muchas de las victimizaciones sufridas por la ANUC han sido por su defensa de los derechos humanos en Colombia. Hoy la ANUC ha renacido, está fortalecida y asume un rol trascendental en la defensa de los derechos de los campesinos y en la construcción de la paz de Colombia”, aseguró Paula Gaviria.

“Es necesario que esa voz de la cordura y de la sensatez, sea atendida, sea escuchada”, afirmó Alan Jara, quien fuera secuestrado durante más de siete años por la guerrilla de las FARC-EP. “Que nuestros hijos y nuestros nietos no tengan que vivir lo que nosotros hemos pasado”, concluyó.