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Columnista - 21 diciembre, 2011

Marketing de ciudad

VALLEDUPAR COMO VAMOS Por: JOSE GREGORIO DIAZ CALDERON Tal vez desde el eslogan muy fijado en la mente de los vallenatos en la década de los años 80 del pasado siglo XX, fue “Sorpresa Caribe” pues nos distinguía ante las demás ciudades de la región Caribe y de Colombia como una ciudad limpia, ordenada, arborizada, […]

VALLEDUPAR COMO VAMOS

Por: JOSE GREGORIO DIAZ CALDERON
Tal vez desde el eslogan muy fijado en la mente de los vallenatos en la década de los años 80 del pasado siglo XX, fue “Sorpresa Caribe” pues nos distinguía ante las demás ciudades de la región Caribe y de Colombia como una ciudad limpia, ordenada, arborizada, excelentes servicios públicos, que respondía a un ejercicio de planificación adecuado  y lo más importante: llena de gente amable. Este cúmulo de factores positivos nos posicionó, aún con carencia de industrias, entre las ciudades más bellas y promisorias del país.
Este prototipo de ciudad permitió junto a nuestro máximo evento cultural, el Festival de la Leyenda Vallenata, crear –implícitamente-  todo un marketing ciudad que nos permitió incrementar intercambios de todo tipo: educativos, culturales, políticos, económicos, religiosos,  financieros y tecnológicos con las distintas redes sociales del país. Ganamos en las demandas que anhelamos para la construcción de una ciudad importante. Lástima que todo el entorno cambió con la violencia de los extremos políticos, el narcotráfico, los vicios políticos, la corrupción, el desplazamiento forzado y con el paso de años, fuimos perdiendo esa reconocida dirección estratégica en la gestión de ciudad.
Después de aquellos años, quedamos con rotativos apellidos, según el nombre del programa de gobierno de los distintos alcaldes. Para el año 2007 se lanzó un plan sobre ciudad educadora, que compaginaba en exclusiva con la estrategia de avanzar en la cobertura educativa, más no en la construcción de una oferta de ciudad. Se ha perdido mucho tiempo en la adopción de un plan estratégico, operativo de branding o construcción de marca para la ciudad. Hay resultados fenomenales de incremento de intercambios múltiples entre la oferta de ciudad y la demanda de los distintos colectivos de la ciudad, como lo ha sido el branding de Bogotá “2.600 metros más cerca de las estrellas” que ayudó a reconvertir a la antigua Atenas de América del Sur en una moderna ciudad: cultural, industrial, financiera, con movilidad, amigable con el medio ambiente,  educada, desde la cual se irrigan servicios para todo el país. Cambió la concepción del centro administrativo del país hacia una ciudad global, universal.
Hoy se tiene claro, que la inversión extranjera y nacional que recibió Bogotá, que le permitió llegar a niveles de ingreso per-cápita cercano a los US$ 15.000 se debe a este marketing. También el sentido de pertenencia de los bogotanos hacia su ciudad cambio trascendentalmente hacia la búsqueda de cosas positivas. Lástima aparecieron los primos Nule y otras cosas malas, pero van a salir de estos problemas.
Valledupar lleva dando un giro interesante hacia el redescubrimiento del potencial turístico que la naturaleza divina nos colocó por sostén, además cuenta con una inquieta red de universidades que requieren realizar investigación, un consolidado sector de derivados lácteos, cultivos de agrocombustibles, diversidad de medios de comunicación locales; expresiones culturales, religiosas y folklóricas definidas, niveles de cobertura en servicios públicos considerados muy buenos y hasta colegios de bachillerato entre los mejores del país, y una población joven pero formada. Tiene toda una demanda ávida de incrementar relaciones desde aquí con otras redes de ciudades, un patrimonio de por si valioso para generar economía creativa.
La entrante administración tiene retos inmensos, y una buena estrategia para brindar soluciones puede ser este camino, pues para diseñar la oferta de ciudad ya tiene el insumo de la percepción ciudadana en el Índice de Calidad de Vida ICV que le resumen la identidad de ciudad y la imagen percibida, le queda plasmar la imagen que lo que se quiere sea la ciudad, el resto debe ser un proceso operativo de marketing que seguro nos debe traer jugosos dividendos en la necesidad de transformación de valores que requerimos y de transacciones de toda dimensión.
@valleduparcomov

Columnista
21 diciembre, 2011

Marketing de ciudad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Gregorio Díaz Calderón

VALLEDUPAR COMO VAMOS Por: JOSE GREGORIO DIAZ CALDERON Tal vez desde el eslogan muy fijado en la mente de los vallenatos en la década de los años 80 del pasado siglo XX, fue “Sorpresa Caribe” pues nos distinguía ante las demás ciudades de la región Caribe y de Colombia como una ciudad limpia, ordenada, arborizada, […]


VALLEDUPAR COMO VAMOS

Por: JOSE GREGORIO DIAZ CALDERON
Tal vez desde el eslogan muy fijado en la mente de los vallenatos en la década de los años 80 del pasado siglo XX, fue “Sorpresa Caribe” pues nos distinguía ante las demás ciudades de la región Caribe y de Colombia como una ciudad limpia, ordenada, arborizada, excelentes servicios públicos, que respondía a un ejercicio de planificación adecuado  y lo más importante: llena de gente amable. Este cúmulo de factores positivos nos posicionó, aún con carencia de industrias, entre las ciudades más bellas y promisorias del país.
Este prototipo de ciudad permitió junto a nuestro máximo evento cultural, el Festival de la Leyenda Vallenata, crear –implícitamente-  todo un marketing ciudad que nos permitió incrementar intercambios de todo tipo: educativos, culturales, políticos, económicos, religiosos,  financieros y tecnológicos con las distintas redes sociales del país. Ganamos en las demandas que anhelamos para la construcción de una ciudad importante. Lástima que todo el entorno cambió con la violencia de los extremos políticos, el narcotráfico, los vicios políticos, la corrupción, el desplazamiento forzado y con el paso de años, fuimos perdiendo esa reconocida dirección estratégica en la gestión de ciudad.
Después de aquellos años, quedamos con rotativos apellidos, según el nombre del programa de gobierno de los distintos alcaldes. Para el año 2007 se lanzó un plan sobre ciudad educadora, que compaginaba en exclusiva con la estrategia de avanzar en la cobertura educativa, más no en la construcción de una oferta de ciudad. Se ha perdido mucho tiempo en la adopción de un plan estratégico, operativo de branding o construcción de marca para la ciudad. Hay resultados fenomenales de incremento de intercambios múltiples entre la oferta de ciudad y la demanda de los distintos colectivos de la ciudad, como lo ha sido el branding de Bogotá “2.600 metros más cerca de las estrellas” que ayudó a reconvertir a la antigua Atenas de América del Sur en una moderna ciudad: cultural, industrial, financiera, con movilidad, amigable con el medio ambiente,  educada, desde la cual se irrigan servicios para todo el país. Cambió la concepción del centro administrativo del país hacia una ciudad global, universal.
Hoy se tiene claro, que la inversión extranjera y nacional que recibió Bogotá, que le permitió llegar a niveles de ingreso per-cápita cercano a los US$ 15.000 se debe a este marketing. También el sentido de pertenencia de los bogotanos hacia su ciudad cambio trascendentalmente hacia la búsqueda de cosas positivas. Lástima aparecieron los primos Nule y otras cosas malas, pero van a salir de estos problemas.
Valledupar lleva dando un giro interesante hacia el redescubrimiento del potencial turístico que la naturaleza divina nos colocó por sostén, además cuenta con una inquieta red de universidades que requieren realizar investigación, un consolidado sector de derivados lácteos, cultivos de agrocombustibles, diversidad de medios de comunicación locales; expresiones culturales, religiosas y folklóricas definidas, niveles de cobertura en servicios públicos considerados muy buenos y hasta colegios de bachillerato entre los mejores del país, y una población joven pero formada. Tiene toda una demanda ávida de incrementar relaciones desde aquí con otras redes de ciudades, un patrimonio de por si valioso para generar economía creativa.
La entrante administración tiene retos inmensos, y una buena estrategia para brindar soluciones puede ser este camino, pues para diseñar la oferta de ciudad ya tiene el insumo de la percepción ciudadana en el Índice de Calidad de Vida ICV que le resumen la identidad de ciudad y la imagen percibida, le queda plasmar la imagen que lo que se quiere sea la ciudad, el resto debe ser un proceso operativo de marketing que seguro nos debe traer jugosos dividendos en la necesidad de transformación de valores que requerimos y de transacciones de toda dimensión.
@valleduparcomov