Magola Moreno, Turri Molina y Nelson Álvarez, protagonistas de ‘Tres Acordes’ en Valledupar
La exposición “Tres Acordes” en la Fundación Casa de Encuentro estará abierta hasta el 16 de mayo. Los visitantes pueden disfrutar de una selección especial de café mientras aprecian las obras de artistas locales.
La Fundación Casa de Encuentro, en el callejón de la Purrututú, presenta una innovadora exposición de arte que busca acercar a la comunidad con la riqueza cultural y artística de la región. Según Carolina Ethel, curadora de la exposición, esta muestra surgió como “un experimento que quisimos hacer”, impulsados por la colaboración con Magola Moreno, una artista reconocida nacional e internacionalmente, quien ha sido “el gran motor de todo esto”.
La exposición reúne obras de artistas locales con propuestas que reflejan la ancestralidad y la exuberancia natural del territorio. La Fundación Casa de Encuentro, bajo la dirección de Ceci Villazón, abre sus puertas con la intención de convertirse en un espacio para que la gente pueda crear y encontrarse. Ethel destacó que “los precios que tienen estos cuadros no son precios de galería, porque esto no es una galería… es una gran oportunidad para la gente que quiere hacerse con piezas importantes de pintores importantes aquí”.
Entre las piezas expuestas hay bocetos y ejercicios artísticos de Magola Moreno, que representan una oportunidad única para adquirir obras a precios entre 300.000 y 500.000 pesos, muy por debajo del valor habitual de sus cuadros, que pueden alcanzar los 20 o 25 millones de pesos. También se exhiben obras de Turri Molina y Néstor Álvarez.
La muestra, titulada “Tres Acordes”, busca crear una melodía artística integrando la música con las artes plásticas para ofrecer a los visitantes una experiencia cultural completa. La exposición estará abierta al público hasta el 16 de mayo, invitando a residentes y turistas a disfrutar y adquirir arte local en un ambiente de encuentro y creación.
Las mujeres de Magola
Magola Moreno, artista plástica vallenata oriunda de San Diego, confiesa que en la exposición actual quedan pocos bocetos suyos, ya que muchas de las obras fueron adquiridas por personas fuera de Valledupar durante el Festival Vallenato. Y explica que sus bocetos son dibujos sencillos hechos con Sharpie sobre plástico, una técnica que le gusta porque permite que “la gente joven y los niños vean eso y lo disfruten”, mostrando que el arte puede nacer de materiales poco convencionales y accesibles. Estos bocetos son el punto de partida para obras más elaboradas, algunas de las cuales están expuestas en una galería en Bogotá, donde se pueden ver las piezas terminadas que nacieron de esos primeros dibujos.
La artista destaca la importancia de abrir el proceso creativo al público para que puedan entender cómo se construye una obra. “La gente lo que le interesa es la plástica y el trabajo artístico porque uno puede hacer cosas interesantes con materiales que no son necesariamente tan formales”, comenta, también para referirse al trabajo de su colega y vecino Nelson Álvarez sobre madera reciclada. Sus bocetos no solo son ejercicios preliminares, sino que forman parte de un diálogo visual que invita a descubrir la esencia y la evolución de su obra.
Los cañaguates
Los cañaguates de José Luis “Turri” Molina se han convertido en una de las series más emblemáticas de su carrera artística y el vallenato, una exploración que comenzó en 2019 y que, según el propio artista, “ha sido como una serie que va y viene, que ha permanecido durante este tiempo”. La pandemia marcó un punto de inflexión en su proceso creativo, dándole continuidad a una obra que inició con alrededor de 30 trabajos, en su mayoría de pequeño formato, y que rápidamente encontraron acogida entre el público.
La elección de los cañaguates como motivo central no es casualidad, sino una conexión profunda con la belleza y el simbolismo de esta flor. Turri confiesa: “¿Por qué cañaguates? ¿No te parecen hermosos? Sí, son hermosos”. El color amarillo vibrante de los cañaguates le recuerda al sol, como le expresó su amigo, el poeta William Jiménez: “Los cañaguates es una forma de tener el sol aquí a nuestras manos… un homenaje a esa flor que nos permite ver el sol más cerca “. Actualmente, la muestra se compone de pinturas en acrílico sobre lienzo, aunque el artista se siente especialmente identificado con las técnicas mixtas.
Arte arhuaco
Nelson José Álvarez Durán se define como un artista plástico con más de 30 años de experiencia, residente en Pueblo Alto y orgullosamente descendiente de indígenas arhuacos. “Por siempre, desde que tengo uso de razón, me ha gustado el arte”, relata, y recuerda que tras finalizar unos contratos laborales en 1993, decidió dedicarse completamente a la pintura: “Después de eso más nunca he hecho otra cosa, siempre he estado pintando”.
Su obra destaca por integrar diversas técnicas y soportes poco convencionales, lo que le otorga un valor único. Explica que trabaja no solo sobre lienzos habituales, sino también sobre materiales como el yute y telas con patrones especiales, como las usadas para tapizar muebles, que aportan “una fuerza emocional y un contenido muy fuerte y un tema cultural para mostrar muy diferente a lo del común”.
Por: Katlin Navarro Luna / EL PILÓN