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Crónica - 11 mayo, 2019

‘Los Vengadores’ del rebusque están en Valledupar

Bajo el disfraz del famoso Iron Man creado por Marvel, venezolanos se ganan la vida en Colombia lejos de su familia y con la mente en si sus hijos y sus esposas consiguieron comer en un país donde abunda la escasez.

Foto: Joaquín Ramírez.
Foto: Joaquín Ramírez.

Con la diferencia de que la realidad es a otro precio, imitaron al millonario científico Tony Stark y lograron crear un uniforme para convertirse en artistas de la calle.

Jairo y Yancarlos Colina recorren los semáforos estratégicos de Valledupar disfrazados del famoso Iron Man de Marvel, uno de los protagonistas de la famosa saga Avengers.

De eso viven: de conquistar sonrisas en los niños y entretener a los adultos mientras los semáforos y el sol se lo permiten. Sus coreografías no pueden superar los treinta segundos. Los uniformes creados a base de cuero y materiales que facilitan la movilidad, tiene integrado un parlante de sonido que ayuda a simular los movimientos de robot.

La rutina empieza en la mañana, cuando el sol es condescendiente. En tres horas pueden alcanzar a repetir 100 veces los mismos pasos mientras que se hacen las once de la mañana y el sol es insoportable.

“Un domingo intenté trabajar después de mediodía y casi me da un ‘yeyo”. Estaba sudando como loco. Me tocó quitarme el uniforme, apoyarme y empezar a tomar agua”, relata entre sonrisas Jairo Colina. Por eso antes de mediodía hacen una pausa hasta las cuatro de la tarde cuando el sol va de regreso y la noche da fuerza a sus colores.

En su mayoría se encuentran en la avenida Sierra Nevada, a la altura del edificio Palmetto. Foto: Joaquín Ramírez.

La idea surgió en la crisis. Ambos están en Colombia, resultado de la crisis. Primero aterrizó en Valledupar Yancarlos para dedicarse a arreglar espejos mientras fue rentable; luego arribó Jairo en medio de la burbuja de la construcción que explotó y los contratos dejaron de salir cada dos meses. A Colombia llegaron huyendo de la crisis venezolana.

En esa rutina necesitan corazones de hierro. Ambos están lejos de su familia. Su rostro cambia cuando los recuerdan. “Cuando un niño nos sonríe o está alegre veo a mi hija. Es algo grande y doloroso”, narra Yancarlos Colina. No puede ocultar las lágrimas mientras habla de su hija y esposa. “Me duele en el alma perderme su crecimiento. Cuando me vine para Colombia tenía cinco años”.

En total son tres, todos familiares y cada uno tiene un uniforme diferente. Jairo el uniforme negro. Robinson el rojo y Yancarlos el hulkbuster, el más grande de todos que fue inspirado en la secuela de Los Vengadores: la era de Ultrón, cuando Iron Man se enfrenta a Hulk.

El más fanático de todos es Jairo Colina. “Me gusta la parte robótica, soy un fanático del cómic de Marvel, te digo que me he visto todas las películas y pude ir a cine a ver la última película”, aseguró. Gracias a esa pasión encontró un trabajo estable. “Ya no vuelvo a la construcción. ¿Por qué? Porque es un trabajo fijo, además es portable, me puedo ir para cualquier estado (departamento) y puedo trabajar en cualquier semáforo o por contrato”, concluye.

Foto: Joaquín Ramírez.

Y es que más de una vez mientras recorren las calles esperando la colaboración, les han pedido sus números para que sean los encargados de animar fiestas. “En los semáforos me llaman, me piden el número, que si puedo ir a fiestas. En los jardines infantiles reúnen a todos los niños y dicen que viene un superhéroe. Cuando salimos nosotros ellos empiezan a gritar. Es increíble”, cuenta el menor de los Colina.

“Hay un pago extra y es la alegría de los niños. Es gratificante verlos a ellos y a los adultos felices por el trabajo que hacemos”, aporta Yancarlos Colina.

Más allá de la amabilidad y la oportunidad que encontraron en Colombia, confiesan que esperan la llamada de sus familiares con la notificación de “Ya cayó” (Nicolás Maduro) para recuperar sus vidas, sus negocios y retornar a la unidad familiar. Mientras, esperarán ganándose el diario al paso de las luces de los semáforos.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
[email protected]

Crónica
11 mayo, 2019

‘Los Vengadores’ del rebusque están en Valledupar

Bajo el disfraz del famoso Iron Man creado por Marvel, venezolanos se ganan la vida en Colombia lejos de su familia y con la mente en si sus hijos y sus esposas consiguieron comer en un país donde abunda la escasez.


Foto: Joaquín Ramírez.
Foto: Joaquín Ramírez.

Con la diferencia de que la realidad es a otro precio, imitaron al millonario científico Tony Stark y lograron crear un uniforme para convertirse en artistas de la calle.

Jairo y Yancarlos Colina recorren los semáforos estratégicos de Valledupar disfrazados del famoso Iron Man de Marvel, uno de los protagonistas de la famosa saga Avengers.

De eso viven: de conquistar sonrisas en los niños y entretener a los adultos mientras los semáforos y el sol se lo permiten. Sus coreografías no pueden superar los treinta segundos. Los uniformes creados a base de cuero y materiales que facilitan la movilidad, tiene integrado un parlante de sonido que ayuda a simular los movimientos de robot.

La rutina empieza en la mañana, cuando el sol es condescendiente. En tres horas pueden alcanzar a repetir 100 veces los mismos pasos mientras que se hacen las once de la mañana y el sol es insoportable.

“Un domingo intenté trabajar después de mediodía y casi me da un ‘yeyo”. Estaba sudando como loco. Me tocó quitarme el uniforme, apoyarme y empezar a tomar agua”, relata entre sonrisas Jairo Colina. Por eso antes de mediodía hacen una pausa hasta las cuatro de la tarde cuando el sol va de regreso y la noche da fuerza a sus colores.

En su mayoría se encuentran en la avenida Sierra Nevada, a la altura del edificio Palmetto. Foto: Joaquín Ramírez.

La idea surgió en la crisis. Ambos están en Colombia, resultado de la crisis. Primero aterrizó en Valledupar Yancarlos para dedicarse a arreglar espejos mientras fue rentable; luego arribó Jairo en medio de la burbuja de la construcción que explotó y los contratos dejaron de salir cada dos meses. A Colombia llegaron huyendo de la crisis venezolana.

En esa rutina necesitan corazones de hierro. Ambos están lejos de su familia. Su rostro cambia cuando los recuerdan. “Cuando un niño nos sonríe o está alegre veo a mi hija. Es algo grande y doloroso”, narra Yancarlos Colina. No puede ocultar las lágrimas mientras habla de su hija y esposa. “Me duele en el alma perderme su crecimiento. Cuando me vine para Colombia tenía cinco años”.

En total son tres, todos familiares y cada uno tiene un uniforme diferente. Jairo el uniforme negro. Robinson el rojo y Yancarlos el hulkbuster, el más grande de todos que fue inspirado en la secuela de Los Vengadores: la era de Ultrón, cuando Iron Man se enfrenta a Hulk.

El más fanático de todos es Jairo Colina. “Me gusta la parte robótica, soy un fanático del cómic de Marvel, te digo que me he visto todas las películas y pude ir a cine a ver la última película”, aseguró. Gracias a esa pasión encontró un trabajo estable. “Ya no vuelvo a la construcción. ¿Por qué? Porque es un trabajo fijo, además es portable, me puedo ir para cualquier estado (departamento) y puedo trabajar en cualquier semáforo o por contrato”, concluye.

Foto: Joaquín Ramírez.

Y es que más de una vez mientras recorren las calles esperando la colaboración, les han pedido sus números para que sean los encargados de animar fiestas. “En los semáforos me llaman, me piden el número, que si puedo ir a fiestas. En los jardines infantiles reúnen a todos los niños y dicen que viene un superhéroe. Cuando salimos nosotros ellos empiezan a gritar. Es increíble”, cuenta el menor de los Colina.

“Hay un pago extra y es la alegría de los niños. Es gratificante verlos a ellos y a los adultos felices por el trabajo que hacemos”, aporta Yancarlos Colina.

Más allá de la amabilidad y la oportunidad que encontraron en Colombia, confiesan que esperan la llamada de sus familiares con la notificación de “Ya cayó” (Nicolás Maduro) para recuperar sus vidas, sus negocios y retornar a la unidad familiar. Mientras, esperarán ganándose el diario al paso de las luces de los semáforos.

Por: DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN
[email protected]