El Cesar tiene una oportunidad histórica para impulsar una verdadera transformación en las zonas rurales del departamento, al tener 8 de los 15 municipios priorizados en el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) Sierra Nevada, Perijá y Zona Bananera, subregión que también abarca a 4 municipios del Magdalena y 3 de La Guajira. Sierra […]
El Cesar tiene una oportunidad histórica para impulsar una verdadera transformación en las zonas rurales del departamento, al tener 8 de los 15 municipios priorizados en el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) Sierra Nevada, Perijá y Zona Bananera, subregión que también abarca a 4 municipios del Magdalena y 3 de La Guajira.
Sierra Nevada, Perijá y Zona Bananera es la segunda subregión con más recursos de las 16 que hay en el resto del país, pues tiene asignados 8.64 billones de pesos para ejecutarlos entre 2019 y 2029, solo superada por la de Alto Patía y Norte del Cauca con 12.41 billones de pesos.
Hay que seguirle la pista a la inversión de estos recursos, pues la plata que llega de cooperación internacional, la Nación y entes territoriales y empresas privadas no puede seguir perdiéndose con la corrupción que históricamente ha azotado a esta zona del país.
Los recursos tienen que efectivamente ayudar al desarrollo de los pilares de los PDET, como lo son: ordenamiento social de la propiedad rural y uso del suelo, reactivación económica y producción agropecuaria, educación rural, adquisición de vivienda, agua potable y saneamiento, salud rural, derecho a la alimentación, infraestructura, adecuación de tierras, reconciliación, convivencia y paz.
Los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial deben fortalecer las inversiones de los entes territoriales, que en otrora no han cumplido con los planes de desarrollo por la falta de recursos, que escasean aún más en el área rural, pues se puede decir que le llegan las migajas porque los recursos gruesos se quedan en los proyectos de los cascos urbanos.
Hay esperanza en las ejecución de este programa, coordinado por la Agencia de Renovación del Territorio, que tiene sus bases estructuradas desde los territorios con los pactos municipales que nacieron en los encuentros de aliados estratégicos (instituciones, autoridades del nivel nacional y regional, sector privado, academia, entre otros), donde a través del diálogo social se articularon las estrategias planteadas por los actores claves del territorio en la promoción y ejecución del Plan de Acción para la Transformación Regional.
Para la Sierra Nevada, Serranía del Perijá y Zona Bananera, se trata de tres ejes estratégicos: productividad y desarrollo rural, nuevos enfoques para fortalecer los medios de vida y el desarrollo, con gobernabilidad política – gobiernos propios (gobiernos indígenas) y por último los ecosistemas en la Sierra Nevada y Perijá: impactos ambientales, efectos del cambio climático y acciones estratégicas para la sostenibilidad.
El departamento del Cesar ya hizo esa tarea con La Jagua de Ibirico, Becerril, Codazzi, Pueblo Bello, Manaure, Valledupar, La Paz y San Diego, poblaciones duramente golpeadas por el conflicto armado y que hoy tienen puestas las esperanzas en esta estrategia de transformación rural. Con pena debemos decir que lo más difícil apenas viene en el 2019, garantizar la inversión transparente de los recursos de la paz.
El Cesar tiene una oportunidad histórica para impulsar una verdadera transformación en las zonas rurales del departamento, al tener 8 de los 15 municipios priorizados en el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) Sierra Nevada, Perijá y Zona Bananera, subregión que también abarca a 4 municipios del Magdalena y 3 de La Guajira. Sierra […]
El Cesar tiene una oportunidad histórica para impulsar una verdadera transformación en las zonas rurales del departamento, al tener 8 de los 15 municipios priorizados en el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) Sierra Nevada, Perijá y Zona Bananera, subregión que también abarca a 4 municipios del Magdalena y 3 de La Guajira.
Sierra Nevada, Perijá y Zona Bananera es la segunda subregión con más recursos de las 16 que hay en el resto del país, pues tiene asignados 8.64 billones de pesos para ejecutarlos entre 2019 y 2029, solo superada por la de Alto Patía y Norte del Cauca con 12.41 billones de pesos.
Hay que seguirle la pista a la inversión de estos recursos, pues la plata que llega de cooperación internacional, la Nación y entes territoriales y empresas privadas no puede seguir perdiéndose con la corrupción que históricamente ha azotado a esta zona del país.
Los recursos tienen que efectivamente ayudar al desarrollo de los pilares de los PDET, como lo son: ordenamiento social de la propiedad rural y uso del suelo, reactivación económica y producción agropecuaria, educación rural, adquisición de vivienda, agua potable y saneamiento, salud rural, derecho a la alimentación, infraestructura, adecuación de tierras, reconciliación, convivencia y paz.
Los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial deben fortalecer las inversiones de los entes territoriales, que en otrora no han cumplido con los planes de desarrollo por la falta de recursos, que escasean aún más en el área rural, pues se puede decir que le llegan las migajas porque los recursos gruesos se quedan en los proyectos de los cascos urbanos.
Hay esperanza en las ejecución de este programa, coordinado por la Agencia de Renovación del Territorio, que tiene sus bases estructuradas desde los territorios con los pactos municipales que nacieron en los encuentros de aliados estratégicos (instituciones, autoridades del nivel nacional y regional, sector privado, academia, entre otros), donde a través del diálogo social se articularon las estrategias planteadas por los actores claves del territorio en la promoción y ejecución del Plan de Acción para la Transformación Regional.
Para la Sierra Nevada, Serranía del Perijá y Zona Bananera, se trata de tres ejes estratégicos: productividad y desarrollo rural, nuevos enfoques para fortalecer los medios de vida y el desarrollo, con gobernabilidad política – gobiernos propios (gobiernos indígenas) y por último los ecosistemas en la Sierra Nevada y Perijá: impactos ambientales, efectos del cambio climático y acciones estratégicas para la sostenibilidad.
El departamento del Cesar ya hizo esa tarea con La Jagua de Ibirico, Becerril, Codazzi, Pueblo Bello, Manaure, Valledupar, La Paz y San Diego, poblaciones duramente golpeadas por el conflicto armado y que hoy tienen puestas las esperanzas en esta estrategia de transformación rural. Con pena debemos decir que lo más difícil apenas viene en el 2019, garantizar la inversión transparente de los recursos de la paz.