La violencia y la guerra en Colombia están en la periferia. Sus raíces también. Entonces tal y como dice James Robinson, costurera del bestseller: “Porqué fracasan las naciones”, hay que trasladar el poder a la periferia, cambiar la forma como se usa el poder y se asignan los recursos para ir así contrarrestando las causas de la violencia.
La violencia y la guerra en Colombia están en la periferia. Sus raíces también. Entonces tal y como dice James Robinson, costurera del bestseller: “Porqué fracasan las naciones”, hay que trasladar el poder a la periferia, cambiar la forma como se usa el poder y se asignan los recursos para ir así contrarrestando las causas de la violencia.
Eso lo hacen los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, los PDET. Buscan cerrar la brecha entre lo rural y lo urbano y frenar la violencia para que la misma no sea una diáspora que salga de esos aposentos y llegue a las ciudades. Eso podría pasar si no se invierte en las zonas PDET: que la violencia regrese de nuevo.
El PDET fue el mayor ejercicio de planeación del mundo dado que participaron más de 200 mil personas que formularon 32.808 iniciativas que pueden costar 79,6 billones y que surgieron de la misma comunidad. También está pensado en el mediano y largo plazo porque sus miras están a 15 años y ello hace que sea una política pública de estado que garantiza su continuidad.
Ayer se realizó el conversatorio “El PDET en el Cesar” con el director general de la Agencia de Renovación del Territorio, ART, en un ejercicio de articulación cuyo fue objeto fue generar espacios de conversación con el fin de describir, contextualizar y explicar el PDET en el departamento y a partir de ahí abordar la temática de la reactivación y la dinámica económica y social en los municipios PDET y su articulación con los planes de desarrollo territoriales 2020-2023 y conversar, también, sobre sus desafíos y oportunidades.
Las cifras alientan el porvenir si los 8 municipios PDET del departamento: Valledupar, La Paz, Manaure, San Diego, Codazzi, Becerril, Pueblo Bello y La Jagua de Ibirico conjuntamente con el sector productivo, academia, gremios, asociaciones, Gobernación y cooperación internacional, es decir, si el PDET se vuelve de todos y si cada quien desde su orilla se compromete a implementar, gestionar e incluir dichas zonas olvidadas, atrasadas y con debilidad institucional en los circuitos productivos del Cesar, que será menos desigual, menos pobre y con mejor distribución de los ingresos y de la riqueza.
En el PDET Sierra Nevada-Perijá que comprende los departamentos del Cesar, La Guajira y Magdalena hay 2.135 iniciativas y el Cesar tiene 13 proyectos aprobados ya por 102 mil millones de pesos para los 8 municipios.
El reto está, para las entidades territoriales, en tener la capacidad para la formulación de los proyectos, en implementarlos cabalmente y por parte de la comunidad en su empoderamiento para que se apropien de los proyectos y sean veedores de los mismos.
La condición de tener esos municipios, con vecindad geográfica, objeto de recursos que se pueden gestionar con el apoyo de La ART, con el entusiasmo de funcionarios como Juan Carlos Zambrano, su director, Elvia Mejia, y el cesarense Carlos Eduardo Campo, quienes nos acompañaron ayer en EL PILÓN, con el también paisano consultor Enrique Herrera- nos dan confianza en que hay aquí un compromiso histórico de la región.
La violencia y la guerra en Colombia están en la periferia. Sus raíces también. Entonces tal y como dice James Robinson, costurera del bestseller: “Porqué fracasan las naciones”, hay que trasladar el poder a la periferia, cambiar la forma como se usa el poder y se asignan los recursos para ir así contrarrestando las causas de la violencia.
La violencia y la guerra en Colombia están en la periferia. Sus raíces también. Entonces tal y como dice James Robinson, costurera del bestseller: “Porqué fracasan las naciones”, hay que trasladar el poder a la periferia, cambiar la forma como se usa el poder y se asignan los recursos para ir así contrarrestando las causas de la violencia.
Eso lo hacen los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, los PDET. Buscan cerrar la brecha entre lo rural y lo urbano y frenar la violencia para que la misma no sea una diáspora que salga de esos aposentos y llegue a las ciudades. Eso podría pasar si no se invierte en las zonas PDET: que la violencia regrese de nuevo.
El PDET fue el mayor ejercicio de planeación del mundo dado que participaron más de 200 mil personas que formularon 32.808 iniciativas que pueden costar 79,6 billones y que surgieron de la misma comunidad. También está pensado en el mediano y largo plazo porque sus miras están a 15 años y ello hace que sea una política pública de estado que garantiza su continuidad.
Ayer se realizó el conversatorio “El PDET en el Cesar” con el director general de la Agencia de Renovación del Territorio, ART, en un ejercicio de articulación cuyo fue objeto fue generar espacios de conversación con el fin de describir, contextualizar y explicar el PDET en el departamento y a partir de ahí abordar la temática de la reactivación y la dinámica económica y social en los municipios PDET y su articulación con los planes de desarrollo territoriales 2020-2023 y conversar, también, sobre sus desafíos y oportunidades.
Las cifras alientan el porvenir si los 8 municipios PDET del departamento: Valledupar, La Paz, Manaure, San Diego, Codazzi, Becerril, Pueblo Bello y La Jagua de Ibirico conjuntamente con el sector productivo, academia, gremios, asociaciones, Gobernación y cooperación internacional, es decir, si el PDET se vuelve de todos y si cada quien desde su orilla se compromete a implementar, gestionar e incluir dichas zonas olvidadas, atrasadas y con debilidad institucional en los circuitos productivos del Cesar, que será menos desigual, menos pobre y con mejor distribución de los ingresos y de la riqueza.
En el PDET Sierra Nevada-Perijá que comprende los departamentos del Cesar, La Guajira y Magdalena hay 2.135 iniciativas y el Cesar tiene 13 proyectos aprobados ya por 102 mil millones de pesos para los 8 municipios.
El reto está, para las entidades territoriales, en tener la capacidad para la formulación de los proyectos, en implementarlos cabalmente y por parte de la comunidad en su empoderamiento para que se apropien de los proyectos y sean veedores de los mismos.
La condición de tener esos municipios, con vecindad geográfica, objeto de recursos que se pueden gestionar con el apoyo de La ART, con el entusiasmo de funcionarios como Juan Carlos Zambrano, su director, Elvia Mejia, y el cesarense Carlos Eduardo Campo, quienes nos acompañaron ayer en EL PILÓN, con el también paisano consultor Enrique Herrera- nos dan confianza en que hay aquí un compromiso histórico de la región.