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Crónica - 2 octubre, 2019

Los patronímicos

El patronímico o apellido nació de un antepasado común que pasó de generación en generación a su descendencia.

Rodolfo Ortega Montero
Rodolfo Ortega Montero

Rodolfo Ortega Montero

El patronímico o apellido nació de un antepasado común que pasó de generación en generación a su descendencia.

En Grecia al remoto padre de la estirpe le añadían la terminación ida. Así la progenie de Atreo, un rey mítico, fueron los reyes atridas (Agamenón y Menelao en la Ilíada), y Aquiles el semidiós, que por ser hijo de Pelao le llamaban el Pélida. También se tomaba el lugar de nacimiento como distintivo de alguien, como fue el caso de los filósofos y matemáticos. Así, Anaxágoras de Clazámenes, Teofrasto de Lemos, Pitágoras de Samos, Aristóteles de Estagira. Actualmente se incluye el oficio y el “hijo de”, como Papadopaulos (hijo de sacerdote).

Los patricios en Roma utilizaban tres nombres: Por ejemplo, Marco Cornelio Crasso se explica porque el primero (Marco) era el nombre de pila, Cornelio era el clan o gens a la que pertenecía su familia y Crasso (gordo), era una singularidad del individuo con un defecto o cualidad que lo distinguían de otro miembro de la misma familia.

En los idiomas germanos se añadió la partícula sen al nombre del progenitor para formar apellidos. En alemán y danés tenemos a Jurgesen, Petersen para designar que tuvieron un antepasado Jurgen y Peter de donde deviene su patronímico. También se añade una s como Peters, Jurgens.

En algunas lenguas anglosajonas abunda el prefijo fritz (del latín filius, hijo). Tenemos así a Fritzgerald, Fritzpatrick como descendientes de Gerald y de Patrick.

Los ingleses le añaden son (hijo) al nombre de un progenitor de donde deviene el apellido como Jhonson, Peterson, Anderson respecto de Jhon, Peter y Ander. Los holandeses utilizan van como “hijo de” para crear patronímicos como Van Gogh, Van Voors. Los alemanes utilizan von con el mismo propósito como Alexander von Humbold, Karl von Gutemberg.

En las lenguas gaélicas se designó como patronímico el de un progenitor remoto que fundó el clan, anteponiendo la partícula Mac, (hijo de) como Macdonald, Macarthur, Macmillan, que devienen de Donald, Arthur y Millan respectivamente.

Los irlandeses con la letra O’ apostrofada como O’Higgins, O’Hara incluían su ascendiente en Higgins y Hara.

Los franceses anteponen De al nombre de un genitor como Desimone, Dejean relativo a Simone y Jean. Los italianos añaden al nombre el ascendiente el sufijo ini como Paolini, Giacomini, Agustini. Los varones rusos utilizan la partícula vich al final del nombre de quien fundó el linaje como Petrovich, Nikilaevich, Valentinvich respecto de Petro, Nikolái y Valentín. Las rusas utilizan la terminación ovna, como Petrovna, Nikilaeovna, Valentiovna.

Los árabes y hebreos usan Ben. Ben Hur, Ben Laden, Ben Gurion que denotan que el origen del apellido estuvo en alguien llamado Hur, Laden y Gurion.

En España los nombres visigodos de Bermudo, Rodrigo, Martín, Pere, Muño, les añadieron el sufijo ez, oz e iz quedando Bermudez, Rodríguez, Martínez, Muñoz, Muñiz, Pérez. En 1505, el cardenal Francisco Jiménez de Cisnero, Arzobispo de Toledo y confesor de la reina Isabel Trastámara, la Católica, impuso la ordenanza que el patronímico del padre pasaría a los hijos, pues hasta ese entonces, éstos podían adoptar cualquiera de sus primeros cuatro apellidos.

También allá se adoptaron apellidos con características físicas del individuo como Calvo, Manco, Bermejo, Blanco, Moreno. Por la dominación musulmana de ochocientos años en la península ibérica, son de origen árabe son algunos apellidos castellanos como Almagro (rojizo), Alfaro (faro), Alcázar (castillo), Barrio (en las afueras), Medinacelli (ciudad de la colina), Henares (río), Manzur (el victorioso), Dalí (el que guía), Zarco (de ojos azules). También en España, tomaban los oficios como apellidos como Zapatero, Botero, Pastor, Cantero, Cabrera, Sacristán, Labrador, Cardenal. En otras partes de Europa ocurrió lo mismo así tenemos Petit (pequeño), Klein (aseado), Schwarzkopf (moreno), Schneider, Taylor (sastre), Bover, Boher, Bouvier (vaquero), Fisher, Schiffer (pescador).

Cuando los Reyes Católicos expulsan a los judíos no convertidos a la fe cristiana, algunos hebreos se bautizan con apellidos religiosos para evitar el destierro y las torturas del Tribunal de la Santa Inquisición, compuesta por frailes dominicos. Tenemos entonces algunos como Santangel, Santos, Ángel, Santamaria, Paternóster, Iglesias, Santacoloma, Misas, Santodomingo, Cristo.

En la Edad Media la nobleza adoptaba el apellido de su casa de origen como de Borbón, de Lancaster, de Alba, de Tudor, de Windsor.

En lo que hace relación con los vascos, generalmente los apellidos están tomados de accidentes geográficos y de singularidades de paisajes y parajes. Así tenemos: Galindo que significa “camino de la cima”; García, “llama de incendio”; Garrido, “llama grande”; Lorenzana, “colina florida”; Armendáriz, “robledal”; Lozano, “colina de lodazal”; Santander, “comadreja”; Avendaño, “alquería”; Anzoátegui, “paisaje, paraje”; Viana, “camino”; Lizcano, “arroyo grande”.

En Turquía no había apellidos. En 1934 una ley obliga a adoptar alguno, pero muchos quisieron sabotear tal ley tomando apellidos como Temizel (manos limpias) de un pastelero, Topal (cojo), Manyak (loco), Dursin (lo que tú digas), Ozsut (pura leche) de un criador de vacas. Otro se inscribe como Uzunkavakaltundatarayurogla (hijo del hombre que duerme echado bajo el árbol alto).

Los negros en América tomaban el patronímico de los amos (que muchas veces eran sus verdaderos padres que pasaban como padrinos de bautizo) como Mosquera, Trespalacios, Ribón, Arboleda, Valencia, o de las tribus africanas de su procedencia como Carabalí, Mina, Balanta, Angola, Popó, Lucumí.

En América los indígenas optaban por el apellido castellano del padrino o el que el cura le atribuyera en el acto bautismal, pero otros adoptaban vocablos de sus dialectos. Por ejemplo, son de origen quechua o aimara: Huaman (cóndor), Chipana (brazalete), Yupanqui (guía), Tupac (brillante), Amaru (serpiente). Los muiscas nos legaron a Guecha (guerrero), Pacavita (cazador), Chía (luna). Los wayuu de la guajira colombiana toman el apellido de un animal, presunto fundador del linaje. Es el sistema de tótem representado por un ser animado como Uriana (tigre), Pushaina (zaino), Girnú (hormiga), Arpushana (gallinazo), Hipuana (gavilán), Urariyú (víbora).

Un amigo me anotaba que el apellido del demonio era Mora, porque la Biblia dice: No entres donde el diablo mora.

Crónica
2 octubre, 2019

Los patronímicos

El patronímico o apellido nació de un antepasado común que pasó de generación en generación a su descendencia.


Rodolfo Ortega Montero
Rodolfo Ortega Montero

Rodolfo Ortega Montero

El patronímico o apellido nació de un antepasado común que pasó de generación en generación a su descendencia.

En Grecia al remoto padre de la estirpe le añadían la terminación ida. Así la progenie de Atreo, un rey mítico, fueron los reyes atridas (Agamenón y Menelao en la Ilíada), y Aquiles el semidiós, que por ser hijo de Pelao le llamaban el Pélida. También se tomaba el lugar de nacimiento como distintivo de alguien, como fue el caso de los filósofos y matemáticos. Así, Anaxágoras de Clazámenes, Teofrasto de Lemos, Pitágoras de Samos, Aristóteles de Estagira. Actualmente se incluye el oficio y el “hijo de”, como Papadopaulos (hijo de sacerdote).

Los patricios en Roma utilizaban tres nombres: Por ejemplo, Marco Cornelio Crasso se explica porque el primero (Marco) era el nombre de pila, Cornelio era el clan o gens a la que pertenecía su familia y Crasso (gordo), era una singularidad del individuo con un defecto o cualidad que lo distinguían de otro miembro de la misma familia.

En los idiomas germanos se añadió la partícula sen al nombre del progenitor para formar apellidos. En alemán y danés tenemos a Jurgesen, Petersen para designar que tuvieron un antepasado Jurgen y Peter de donde deviene su patronímico. También se añade una s como Peters, Jurgens.

En algunas lenguas anglosajonas abunda el prefijo fritz (del latín filius, hijo). Tenemos así a Fritzgerald, Fritzpatrick como descendientes de Gerald y de Patrick.

Los ingleses le añaden son (hijo) al nombre de un progenitor de donde deviene el apellido como Jhonson, Peterson, Anderson respecto de Jhon, Peter y Ander. Los holandeses utilizan van como “hijo de” para crear patronímicos como Van Gogh, Van Voors. Los alemanes utilizan von con el mismo propósito como Alexander von Humbold, Karl von Gutemberg.

En las lenguas gaélicas se designó como patronímico el de un progenitor remoto que fundó el clan, anteponiendo la partícula Mac, (hijo de) como Macdonald, Macarthur, Macmillan, que devienen de Donald, Arthur y Millan respectivamente.

Los irlandeses con la letra O’ apostrofada como O’Higgins, O’Hara incluían su ascendiente en Higgins y Hara.

Los franceses anteponen De al nombre de un genitor como Desimone, Dejean relativo a Simone y Jean. Los italianos añaden al nombre el ascendiente el sufijo ini como Paolini, Giacomini, Agustini. Los varones rusos utilizan la partícula vich al final del nombre de quien fundó el linaje como Petrovich, Nikilaevich, Valentinvich respecto de Petro, Nikolái y Valentín. Las rusas utilizan la terminación ovna, como Petrovna, Nikilaeovna, Valentiovna.

Los árabes y hebreos usan Ben. Ben Hur, Ben Laden, Ben Gurion que denotan que el origen del apellido estuvo en alguien llamado Hur, Laden y Gurion.

En España los nombres visigodos de Bermudo, Rodrigo, Martín, Pere, Muño, les añadieron el sufijo ez, oz e iz quedando Bermudez, Rodríguez, Martínez, Muñoz, Muñiz, Pérez. En 1505, el cardenal Francisco Jiménez de Cisnero, Arzobispo de Toledo y confesor de la reina Isabel Trastámara, la Católica, impuso la ordenanza que el patronímico del padre pasaría a los hijos, pues hasta ese entonces, éstos podían adoptar cualquiera de sus primeros cuatro apellidos.

También allá se adoptaron apellidos con características físicas del individuo como Calvo, Manco, Bermejo, Blanco, Moreno. Por la dominación musulmana de ochocientos años en la península ibérica, son de origen árabe son algunos apellidos castellanos como Almagro (rojizo), Alfaro (faro), Alcázar (castillo), Barrio (en las afueras), Medinacelli (ciudad de la colina), Henares (río), Manzur (el victorioso), Dalí (el que guía), Zarco (de ojos azules). También en España, tomaban los oficios como apellidos como Zapatero, Botero, Pastor, Cantero, Cabrera, Sacristán, Labrador, Cardenal. En otras partes de Europa ocurrió lo mismo así tenemos Petit (pequeño), Klein (aseado), Schwarzkopf (moreno), Schneider, Taylor (sastre), Bover, Boher, Bouvier (vaquero), Fisher, Schiffer (pescador).

Cuando los Reyes Católicos expulsan a los judíos no convertidos a la fe cristiana, algunos hebreos se bautizan con apellidos religiosos para evitar el destierro y las torturas del Tribunal de la Santa Inquisición, compuesta por frailes dominicos. Tenemos entonces algunos como Santangel, Santos, Ángel, Santamaria, Paternóster, Iglesias, Santacoloma, Misas, Santodomingo, Cristo.

En la Edad Media la nobleza adoptaba el apellido de su casa de origen como de Borbón, de Lancaster, de Alba, de Tudor, de Windsor.

En lo que hace relación con los vascos, generalmente los apellidos están tomados de accidentes geográficos y de singularidades de paisajes y parajes. Así tenemos: Galindo que significa “camino de la cima”; García, “llama de incendio”; Garrido, “llama grande”; Lorenzana, “colina florida”; Armendáriz, “robledal”; Lozano, “colina de lodazal”; Santander, “comadreja”; Avendaño, “alquería”; Anzoátegui, “paisaje, paraje”; Viana, “camino”; Lizcano, “arroyo grande”.

En Turquía no había apellidos. En 1934 una ley obliga a adoptar alguno, pero muchos quisieron sabotear tal ley tomando apellidos como Temizel (manos limpias) de un pastelero, Topal (cojo), Manyak (loco), Dursin (lo que tú digas), Ozsut (pura leche) de un criador de vacas. Otro se inscribe como Uzunkavakaltundatarayurogla (hijo del hombre que duerme echado bajo el árbol alto).

Los negros en América tomaban el patronímico de los amos (que muchas veces eran sus verdaderos padres que pasaban como padrinos de bautizo) como Mosquera, Trespalacios, Ribón, Arboleda, Valencia, o de las tribus africanas de su procedencia como Carabalí, Mina, Balanta, Angola, Popó, Lucumí.

En América los indígenas optaban por el apellido castellano del padrino o el que el cura le atribuyera en el acto bautismal, pero otros adoptaban vocablos de sus dialectos. Por ejemplo, son de origen quechua o aimara: Huaman (cóndor), Chipana (brazalete), Yupanqui (guía), Tupac (brillante), Amaru (serpiente). Los muiscas nos legaron a Guecha (guerrero), Pacavita (cazador), Chía (luna). Los wayuu de la guajira colombiana toman el apellido de un animal, presunto fundador del linaje. Es el sistema de tótem representado por un ser animado como Uriana (tigre), Pushaina (zaino), Girnú (hormiga), Arpushana (gallinazo), Hipuana (gavilán), Urariyú (víbora).

Un amigo me anotaba que el apellido del demonio era Mora, porque la Biblia dice: No entres donde el diablo mora.