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Los ojos puestos en La Guajira

Históricamente el departamento de La Guajira ha sido tierra de nadie. La etnia wayuu se acostumbró a ser libre, a pasar de un país a otro (Colombia-Venezuela) sin que nadie les dijera nada. Su tierra árida siempre da la sensación de pobreza, de escasez, han vivido la bonanza marimbera, la riqueza de las regalías, el contrabando en todas sus manifestaciones, y la tristeza por la muerte de sus niños desnutridos.

Todas esas manifestaciones legales e ilegales han puesto a este departamento en el contexto nacional, pero ninguno impactado tanto como la muerte de los menores de edad por culpa de la desnutrición. Este tema hizo que el mundo mirara a La Guajira y de qué manera.

Las redes sociales han colapsado por los miles de mensajes que piden solidaridad por la Guajira, por los niños, por la sequía que viven. Hoy La Guajira tiene muchos ojos encima, ojalá todos para bien, y no para seguir aprovechándose de esta región que lo tiene todo y no tiene nada.

La reacción de los de afuera ha sido interesante, pero qué pasa adentro, en la tierra guajira, qué dicen sus líderes políticos, sociales, económicos y comunitarios que por años han estado ahí, presenciando el acabose. ¿Por qué sus voces no se escucharon antes? ¿Por qué no alertaron lo que estaba pasando?

Hace una semana la Contraloría General de la República dio a conocer varias presuntas irregularidades en la ejecución de las regalías (miles de millones han llegado y su impacto ha sido deficiente en la vida de los guajiros), por valor de 23 mil millones de pesos. Y el hallazgo principal, por 1.713 millones, se detectó en el municipio de Manaure, por la construcción de acueducto y alcantarillado para el barrio Villa Sara y adecuación de las lagunas de estabilización del municipio.

¿Esa es la suerte qué se merece La Guajira? Toda esta crisis debe servir para enderezar el destino del departamento, pero también para que respondan los culpables del desastre, que no pase en blanco esta etapa de la historia. Ya está bueno de que haya tanta desidia en y por La Guajira.

En ese territorio hay experiencias bonitas, hay ganas de vivir y hay voluntad de hacer las cosas bien, como las cientos de hectáreas cultivadas de maíz en la Alta Guajira con un sistema de riego a goteo por cuenta de un proyecto que lidera el Gobierno Nacional. Si se puede sacar adelante a La Guajira y para eso se necesita a sus líderes de parte del bien común, no del personal, invirtiendo bien las regalías, ejecutando bien los proyectos y capitalizando bien el apoyo nacional e internacional que hoy reciben.

Categories: Editorial
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