Continuación; en cambio, el Chino Mao Tse Tung (1.893-1.976) tomaría un camino diferente, pues según el canon marxista, China no era apta para la práctica de una revolución proletaria.
Mao sustituiría a los proletarios por los campesinos que era la realidad socio-económica de la China. Tomará de Lenin su teoría sobre el imperialismo, y tendrá el acuerdo de unir las fuerzas nacionalistas burguesas y los campesinos contra el imperialismo japonés.
Superada esa cuestión externa, Mao avanzó rápidamente hacia el comunismo con un partido rígidamente organizado, acompañado de un ejército ideologizado, enlace entre el partido y las masas campesinas.
Paralelamente a los liderazgos de Lenin, Stalin y Mao, en Europa se desarrollaba un comunismo teórico e intelectual, de revisión Marxista en razón de las circunstancias socio-económica-políticas allí presentes.
Quizá Antonio Gramsci es uno de los últimos más incisivos estrategas teóricos-intelectuales prorevisionistas marxistas. Se trata de un italiano (1891-1937), quien consideraba la necesidad de una estrategia específica para la Europa occidental, lo que posteriormente se ha copiado en otras naciones, latinoamericanas. Argumentaba así: en la Rusia y en la China no hubo una sociedad civil desarrollada, en cambio sí en las naciones occidentales.
Por tanto, en éstas, no se trata de apropiarse del Estado para dominar la sociedad, sino de conquistar la sociedad para apropiarse del Estado. En términos prácticos, de lo que se trata es de conquistar ideológicamente a los intelectuales, sobre todo a la Escuela, sustituyendo a la religión. La vanguardia entonces viene a estar representada por la universidad, la magistratura, el arte, medios de comunicación, hasta alcanzar el poder político, con el objeto de hacerse portavoces de un cambio de valores. Como se sabe, las prácticas populistas actuales son los agentes de este marxismo.
Gramsci consideraba que su pensamiento marxista renovado constituía una filosofía práctica que presupone el siguiente pasado cultural: el renacimiento, la reforma, la filosofía alemana y la revolución francesa, el calvinismo y la economía clásica inglesa, el liberalismo laico y el historicismo, lo cual se encuentra en la base de toda concepción moderna de la vida, y que su filosofía de la praxis es la culminación de todo ese movimiento de reforma intelectual y moral.
En definitiva, para Gramsci el núcleo esencial del marxismo consiste en ser una religión de la inmanencia.
Por tanto, una desembozada idea del marxismo tiene como enemigo a combatir y vencer cualquier manifestación de una visión trascendente del ser humano.