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Columnista - 5 abril, 2019

Los extremos nunca son buenos

La semana anterior expliqué cómo en el Festival Francisco El Hombre, realizado en Riohacha, habían caído en el error de permitir que los participantes pudieran interpretar aires, que si bien no pertenecen a los cuatro tradicionales, hayan sido adaptados y grabados por alguna otra agrupación vallenata. Esto por tratarse de un concurso en el cual […]

La semana anterior expliqué cómo en el Festival Francisco El Hombre, realizado en Riohacha, habían caído en el error de permitir que los participantes pudieran interpretar aires, que si bien no pertenecen a los cuatro tradicionales, hayan sido adaptados y grabados por alguna otra agrupación vallenata. Esto por tratarse de un concurso en el cual a los conjuntos se les permite presentarse con agrupación completa, es decir, que no se trata del conjunto típico vallenato, sino de agrupaciones comerciales; situación que ratifica una clara violación a la prohibición que expresamente contempla el reglamento del festival.

Esa laxitud del festival de Riohacha hace que el público no pueda distinguir si el conjunto que se encuentra en tarima es una de las agrupaciones invitadas, o está participando. Ni los organizadores, ni el jurado, hicieron respetar las reglas del concurso, y los jóvenes participantes actúan como se les viene en gana, haciendo en la mayoría de los casos una deformación de la clásica música de Francisco El Hombre.

De otra parte, y en uno de los festivales que más quiero y admiro, como lo es El Pedazo de Acordeón de El Paso (Cesar), han establecido unas reglas temporales que a mi manera de ver dificultan la participación, y casi que las hacen imposible para algunos concursantes. Dichas normas, se las voy a explicar a continuación.

La versión XXXI del Festival Pedazo de Acordeón, que se realizará del 21 al 25 de abril en el municipio de El Paso, y por tratarse del año conmemorativo a los cien años del natalicio de Alejo Durán, como lo ordena la Ley 1860 de 2017, ha establecido la siguiente regla: “Que los conjuntos de música vallenata tradicional que participen en las categorías de acordeoneros: completo, aficionado, juvenil e infantil, mínimo la mitad de los temas que interpreten en las rondas eliminatorias y en la gran final de estos concursos, deberán ser canciones grabadas por el juglar Gilberto Alejandro Durán Díaz, ‘Alejo’ Durán, y serán temas escogidos de un listado que la junta directiva del Festival Pedazo de Acordeón publicará”.  

La Fundación Festival Pedazo de Acordeón, sin duda alguna y con la mejor buena fe, ha seleccionado 32 canciones grabadas por Alejo Durán, ocho por cada aire, de aquellas que precisamente no tuvieron la mayor difusión en la vida artística del primer rey vallenato.

Entonces, nos encontraremos con la dificultad que tienen los participantes para preparar y montar un repertorio de temas que jamás habían interpretado, y tal vez ni escuchado antes, eso hace casi imposible para algunos su participación, y seguramente que más de uno declinará su inscripción, o sencillamente realizarán interpretaciones muy regulares de esos temas.

COLOFÓN: Un refrán popular dice: “Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”; y estos dos festivales se fueron a los extremos; el primero por no hacer cumplir las reglas consagradas en su reglamento, y el segundo por establecer unas reglas demasiado restrictivas y difíciles de cumplir.

Columnista
5 abril, 2019

Los extremos nunca son buenos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

La semana anterior expliqué cómo en el Festival Francisco El Hombre, realizado en Riohacha, habían caído en el error de permitir que los participantes pudieran interpretar aires, que si bien no pertenecen a los cuatro tradicionales, hayan sido adaptados y grabados por alguna otra agrupación vallenata. Esto por tratarse de un concurso en el cual […]


La semana anterior expliqué cómo en el Festival Francisco El Hombre, realizado en Riohacha, habían caído en el error de permitir que los participantes pudieran interpretar aires, que si bien no pertenecen a los cuatro tradicionales, hayan sido adaptados y grabados por alguna otra agrupación vallenata. Esto por tratarse de un concurso en el cual a los conjuntos se les permite presentarse con agrupación completa, es decir, que no se trata del conjunto típico vallenato, sino de agrupaciones comerciales; situación que ratifica una clara violación a la prohibición que expresamente contempla el reglamento del festival.

Esa laxitud del festival de Riohacha hace que el público no pueda distinguir si el conjunto que se encuentra en tarima es una de las agrupaciones invitadas, o está participando. Ni los organizadores, ni el jurado, hicieron respetar las reglas del concurso, y los jóvenes participantes actúan como se les viene en gana, haciendo en la mayoría de los casos una deformación de la clásica música de Francisco El Hombre.

De otra parte, y en uno de los festivales que más quiero y admiro, como lo es El Pedazo de Acordeón de El Paso (Cesar), han establecido unas reglas temporales que a mi manera de ver dificultan la participación, y casi que las hacen imposible para algunos concursantes. Dichas normas, se las voy a explicar a continuación.

La versión XXXI del Festival Pedazo de Acordeón, que se realizará del 21 al 25 de abril en el municipio de El Paso, y por tratarse del año conmemorativo a los cien años del natalicio de Alejo Durán, como lo ordena la Ley 1860 de 2017, ha establecido la siguiente regla: “Que los conjuntos de música vallenata tradicional que participen en las categorías de acordeoneros: completo, aficionado, juvenil e infantil, mínimo la mitad de los temas que interpreten en las rondas eliminatorias y en la gran final de estos concursos, deberán ser canciones grabadas por el juglar Gilberto Alejandro Durán Díaz, ‘Alejo’ Durán, y serán temas escogidos de un listado que la junta directiva del Festival Pedazo de Acordeón publicará”.  

La Fundación Festival Pedazo de Acordeón, sin duda alguna y con la mejor buena fe, ha seleccionado 32 canciones grabadas por Alejo Durán, ocho por cada aire, de aquellas que precisamente no tuvieron la mayor difusión en la vida artística del primer rey vallenato.

Entonces, nos encontraremos con la dificultad que tienen los participantes para preparar y montar un repertorio de temas que jamás habían interpretado, y tal vez ni escuchado antes, eso hace casi imposible para algunos su participación, y seguramente que más de uno declinará su inscripción, o sencillamente realizarán interpretaciones muy regulares de esos temas.

COLOFÓN: Un refrán popular dice: “Ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”; y estos dos festivales se fueron a los extremos; el primero por no hacer cumplir las reglas consagradas en su reglamento, y el segundo por establecer unas reglas demasiado restrictivas y difíciles de cumplir.