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Columnista - 2 abril, 2020

Los enemigos del planeta y de las especies

El planeta Tierra tiene 4.500  millones de años y a la vida le calculan 3.500 millones, desde la forma   unicelular hasta los mamíferos, los más recientes de la evolución; la especie humana está datada en millones de años que, en el reloj cosmológico del tiempo, es una fracción. Desde entonces, nuestro planeta ha sufrido muchos […]

El planeta Tierra tiene 4.500  millones de años y a la vida le calculan 3.500 millones, desde la forma   unicelular hasta los mamíferos, los más recientes de la evolución; la especie humana está datada en millones de años que, en el reloj cosmológico del tiempo, es una fracción.

Desde entonces, nuestro planeta ha sufrido muchos cambios de acomodación y equilibrio: erupciones profundas buscando la orografía e hidrografía planetaria, volcanes y heladas. Se dice que en el último millón de años la Tierra ha sufrido una helada cada 100 mil años; ahora estamos en la era del calentamiento global destruyendo la capa de ozono, ubicando al individuo por encima de la vida y de la sociedad.

En estos procesos, muchas especies han desaparecido y otras han surgido, la vida no se hizo el mismo día.La guerra del sapiens contra otras especies ha sido letal, este es el mayor depredador. Investigaciones han determinado que con la llegada del sapiens a Australia, de las 24 especies animales con 50Kg o más, 23 se extinguieron, amén de un gran número de especies menores. Igual, en Norteamérica perecieron 34 de sus 47 especies de mamíferos grandes; Sudamérica perdió 50 de un total de 60.

Parece genético, pero el hombre siempre necesita con quien pelear, a veces por trivialidades; por un secuestro como en Troya, por un tratado mal hecho como el de Versalles, por un yacimiento de petróleo como en Irak, por una religión. Hoy las guerras son más sofisticadas, aunque la justificación sea la misma: expansión económica y territorial. Fundar imperios parece una consigna; desde Sargón I, fundador del primer imperio, el acadio, luego el babilónico de Hammurabi, el egipcio faraónico y la Roma imperial, hasta hoy, esa ha sido la moda.

En los imperios ni la democracia ni las simetrías sociales son posibles. Terminada la 2ª guerra mundial, EEUU se erige en potencia económica, militar y tecnológica, el nuevo imperio con capacidad de dirigir los destinos del mundo. Desde entonces, muchas son las guerras que ha inventado en todo el planeta, ese es un negocio; muchos regímenes han sido defenestrados por ellos por no ajustarse a sus intereses. Se reservan el derecho de definir los tipos de regímenes y relaciones que deben adoptar los países de su órbita geopolítica.

Es vergonzoso cómo la Comunidad Europea se volvió una colonia global de los EE.UU. Cruenta ha sido la dominación sobre muchos pueblos del orbe cuando estos no han querido doblar la cerviz: Vietnam, Laos, Camboya, Corea, Irak, Irán y Siria son algunos ejemplos. Pero, no hay mal que dure cien años, sus fórmulas imperiales no son infalibles, ya existen otras formas de crecer en términos de PIB; hace tres años que la China supera a la economía gringa (FMI), amén de contar con tecnología de punta; la creación del Banco Asiático, el más grande del mundo, sin USA ni Japón, y el tranzar con monedas diferentes al dólar, tienen nerviosos a los EE.UU; aplicarle sanciones a China es una respuesta pero no es lo mismo hacerlo con Cuba o Venezuela porque, además es una potencia militar aliada de Rusia. Por la información disponible, el COVID-19 tiene patente gringa, esgrimido ante el fracaso de los ataques aduaneros a la productividad y producción china.

Columnista
2 abril, 2020

Los enemigos del planeta y de las especies

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

El planeta Tierra tiene 4.500  millones de años y a la vida le calculan 3.500 millones, desde la forma   unicelular hasta los mamíferos, los más recientes de la evolución; la especie humana está datada en millones de años que, en el reloj cosmológico del tiempo, es una fracción. Desde entonces, nuestro planeta ha sufrido muchos […]


El planeta Tierra tiene 4.500  millones de años y a la vida le calculan 3.500 millones, desde la forma   unicelular hasta los mamíferos, los más recientes de la evolución; la especie humana está datada en millones de años que, en el reloj cosmológico del tiempo, es una fracción.

Desde entonces, nuestro planeta ha sufrido muchos cambios de acomodación y equilibrio: erupciones profundas buscando la orografía e hidrografía planetaria, volcanes y heladas. Se dice que en el último millón de años la Tierra ha sufrido una helada cada 100 mil años; ahora estamos en la era del calentamiento global destruyendo la capa de ozono, ubicando al individuo por encima de la vida y de la sociedad.

En estos procesos, muchas especies han desaparecido y otras han surgido, la vida no se hizo el mismo día.La guerra del sapiens contra otras especies ha sido letal, este es el mayor depredador. Investigaciones han determinado que con la llegada del sapiens a Australia, de las 24 especies animales con 50Kg o más, 23 se extinguieron, amén de un gran número de especies menores. Igual, en Norteamérica perecieron 34 de sus 47 especies de mamíferos grandes; Sudamérica perdió 50 de un total de 60.

Parece genético, pero el hombre siempre necesita con quien pelear, a veces por trivialidades; por un secuestro como en Troya, por un tratado mal hecho como el de Versalles, por un yacimiento de petróleo como en Irak, por una religión. Hoy las guerras son más sofisticadas, aunque la justificación sea la misma: expansión económica y territorial. Fundar imperios parece una consigna; desde Sargón I, fundador del primer imperio, el acadio, luego el babilónico de Hammurabi, el egipcio faraónico y la Roma imperial, hasta hoy, esa ha sido la moda.

En los imperios ni la democracia ni las simetrías sociales son posibles. Terminada la 2ª guerra mundial, EEUU se erige en potencia económica, militar y tecnológica, el nuevo imperio con capacidad de dirigir los destinos del mundo. Desde entonces, muchas son las guerras que ha inventado en todo el planeta, ese es un negocio; muchos regímenes han sido defenestrados por ellos por no ajustarse a sus intereses. Se reservan el derecho de definir los tipos de regímenes y relaciones que deben adoptar los países de su órbita geopolítica.

Es vergonzoso cómo la Comunidad Europea se volvió una colonia global de los EE.UU. Cruenta ha sido la dominación sobre muchos pueblos del orbe cuando estos no han querido doblar la cerviz: Vietnam, Laos, Camboya, Corea, Irak, Irán y Siria son algunos ejemplos. Pero, no hay mal que dure cien años, sus fórmulas imperiales no son infalibles, ya existen otras formas de crecer en términos de PIB; hace tres años que la China supera a la economía gringa (FMI), amén de contar con tecnología de punta; la creación del Banco Asiático, el más grande del mundo, sin USA ni Japón, y el tranzar con monedas diferentes al dólar, tienen nerviosos a los EE.UU; aplicarle sanciones a China es una respuesta pero no es lo mismo hacerlo con Cuba o Venezuela porque, además es una potencia militar aliada de Rusia. Por la información disponible, el COVID-19 tiene patente gringa, esgrimido ante el fracaso de los ataques aduaneros a la productividad y producción china.