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Columnista - 23 abril, 2020

Lecciones y canciones

Hay mil temas en un solo tema. Hay muchos temas para el mismo tema. Todos los temas llegan al tema, entonces somos monotemáticos obligatorios. En eso estamos. A eso nos pusieron. O nos puso el destino. O el tiempo o  todavía no sabemos quién, tal vez todas las causas revueltas al tiempo. El intelectual  Yuval […]

Hay mil temas en un solo tema. Hay muchos temas para el mismo tema. Todos los temas llegan al tema, entonces somos monotemáticos obligatorios. En eso estamos. A eso nos pusieron. O nos puso el destino. O el tiempo o  todavía no sabemos quién, tal vez todas las causas revueltas al tiempo. El intelectual  Yuval Noah Harari, en sus 21 lecciones para el siglo 21, entrega  conceptos amplios y documentados sobre nuestra actualidad, intentaremos adaptando sus títulos en Valledupar, pues sus realidades pueden coincidir.

Decepción: sin duda causan los acontecimientos locales y nacionales que mandatarios o comerciantes impongan sobrecostos al mercado de los más vulnerables, hasta el mismo presidente sacó la frase del cancionero “ratas de alcantarillas” y con ella posiblemente pasará a la historia.

Trabajo: el momento actual y la herencia del gobierno anterior, la ciudad con altos índices de desempleo, desocupación e informalidad, causa ira, impotencia, asco, los que ayer saquearon el erario hoy lucen en hogares majestuosos y dineros en bancos con familiares económicamente pudientes sin explicación.

Libertad. Para el caso de la prensa, limitada, controlada, miedosa, arrinconada, no solo en la ciudad, cada quien tiene derecho a sus propios miedos. Opinar es morirse lentamente, y ellos lo saben. Esta está grave y ahora con la boca tapada, peor.

Igualdad: derecho constitucional, pero inaplicable, es utópico, siempre el mundo ha tenido escalas de poderes, así está desde siglos, lo que se pide es algo de equidad, para todos, solo eso.

Comunidad: hoy es virtual, estamos llenos de amigos que no conocemos, la globalización nos llenó de imágenes, nadie ríe, nadie llora, como canta Blades en su salsa.

Civilización: puede llamarse alguien civilizado cuando hace años tiene pájaros  enjaulados – para poner un simple ejemplo-  cuando ellos heredaron el cielo sin fronteras, pobres animalitos que cantan- según sus carceleros- cuando en realidad lloran una tristeza eterna condenados, sin cometer la mínima infracción al mundo que les pertenece. Y a esos les seguimos llamando civilizados. ¡Barbaros!

Nacionalidad: con tantas peleas internas, ideológicas, ilógicas, hasta perdemos la nación de patria, somos menos humanistas, menos humanos.

Religión. Difícil como el momento, pero asoman falsos pastores, ricos, engreídos, salvadores de vientos, que pescaron y siguen pescando en el río que ellos mismos resuelven ante ilusa fe de parraquianos débiles de acción y decisión. Lo que debería ser una opción personal, incluso familiar se volvió el gran negocio. Hasta alcaldes se bañaron de esa lluvia oportunista y grosera.

Inmigración: ayer fue el día internacional de la tierra, los analistas y expertos muestran realidades casi catastróficos. Nos queda la esperanza. Regresar a versos, esta vez de Joaquín Sabina, y corear…

Que no se ocupe de ti el desamparo, /Que cada cena sea tu última cena, /Que ser valiente no salga tan caro, /Que ser cobarde no valga la pena. /Que no te compren por menos de nada, /Que no te vendan amor sin espinas, /Que no te duerman con cuentos de hadas, /Que no te cierren el bar de la esquina.

Tal vez seremos mejores, o peores, todo indica que seremos diferentes, y pensar que si somos solidarios y equitativos, todos vivimos como ricos, e intentamos ser iguales, incluso felices. El encierro no es destierro, ni la cuarentena es cuarentona. Ojo con eso.

Columnista
23 abril, 2020

Lecciones y canciones

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Edgardo Mendoza Guerra

Hay mil temas en un solo tema. Hay muchos temas para el mismo tema. Todos los temas llegan al tema, entonces somos monotemáticos obligatorios. En eso estamos. A eso nos pusieron. O nos puso el destino. O el tiempo o  todavía no sabemos quién, tal vez todas las causas revueltas al tiempo. El intelectual  Yuval […]


Hay mil temas en un solo tema. Hay muchos temas para el mismo tema. Todos los temas llegan al tema, entonces somos monotemáticos obligatorios. En eso estamos. A eso nos pusieron. O nos puso el destino. O el tiempo o  todavía no sabemos quién, tal vez todas las causas revueltas al tiempo. El intelectual  Yuval Noah Harari, en sus 21 lecciones para el siglo 21, entrega  conceptos amplios y documentados sobre nuestra actualidad, intentaremos adaptando sus títulos en Valledupar, pues sus realidades pueden coincidir.

Decepción: sin duda causan los acontecimientos locales y nacionales que mandatarios o comerciantes impongan sobrecostos al mercado de los más vulnerables, hasta el mismo presidente sacó la frase del cancionero “ratas de alcantarillas” y con ella posiblemente pasará a la historia.

Trabajo: el momento actual y la herencia del gobierno anterior, la ciudad con altos índices de desempleo, desocupación e informalidad, causa ira, impotencia, asco, los que ayer saquearon el erario hoy lucen en hogares majestuosos y dineros en bancos con familiares económicamente pudientes sin explicación.

Libertad. Para el caso de la prensa, limitada, controlada, miedosa, arrinconada, no solo en la ciudad, cada quien tiene derecho a sus propios miedos. Opinar es morirse lentamente, y ellos lo saben. Esta está grave y ahora con la boca tapada, peor.

Igualdad: derecho constitucional, pero inaplicable, es utópico, siempre el mundo ha tenido escalas de poderes, así está desde siglos, lo que se pide es algo de equidad, para todos, solo eso.

Comunidad: hoy es virtual, estamos llenos de amigos que no conocemos, la globalización nos llenó de imágenes, nadie ríe, nadie llora, como canta Blades en su salsa.

Civilización: puede llamarse alguien civilizado cuando hace años tiene pájaros  enjaulados – para poner un simple ejemplo-  cuando ellos heredaron el cielo sin fronteras, pobres animalitos que cantan- según sus carceleros- cuando en realidad lloran una tristeza eterna condenados, sin cometer la mínima infracción al mundo que les pertenece. Y a esos les seguimos llamando civilizados. ¡Barbaros!

Nacionalidad: con tantas peleas internas, ideológicas, ilógicas, hasta perdemos la nación de patria, somos menos humanistas, menos humanos.

Religión. Difícil como el momento, pero asoman falsos pastores, ricos, engreídos, salvadores de vientos, que pescaron y siguen pescando en el río que ellos mismos resuelven ante ilusa fe de parraquianos débiles de acción y decisión. Lo que debería ser una opción personal, incluso familiar se volvió el gran negocio. Hasta alcaldes se bañaron de esa lluvia oportunista y grosera.

Inmigración: ayer fue el día internacional de la tierra, los analistas y expertos muestran realidades casi catastróficos. Nos queda la esperanza. Regresar a versos, esta vez de Joaquín Sabina, y corear…

Que no se ocupe de ti el desamparo, /Que cada cena sea tu última cena, /Que ser valiente no salga tan caro, /Que ser cobarde no valga la pena. /Que no te compren por menos de nada, /Que no te vendan amor sin espinas, /Que no te duerman con cuentos de hadas, /Que no te cierren el bar de la esquina.

Tal vez seremos mejores, o peores, todo indica que seremos diferentes, y pensar que si somos solidarios y equitativos, todos vivimos como ricos, e intentamos ser iguales, incluso felices. El encierro no es destierro, ni la cuarentena es cuarentona. Ojo con eso.