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Columnista - 4 agosto, 2010

Las rutas del olvido

Por: Carlos Eduardo Muñoz Pérez Cuando alguien me dice en la calle que el transporte en la ciudad es un verdadero caos, no está mintiendo en lo absoluto; me atrevería a decir que es así. La ciudad de Valledupar vive un verdadero viacrucis en su transporte y lo digo porque me he tomado la tarea […]

Por: Carlos Eduardo Muñoz Pérez
Cuando alguien me dice en la calle que el transporte en la ciudad es un verdadero caos, no está mintiendo en lo absoluto; me atrevería a decir que es así. La ciudad de Valledupar vive un verdadero viacrucis en su transporte y lo digo porque me he tomado la tarea de investigar acerca de ello.
El resultado arroja que en la ciudad de Valledupar existen hoy tres empresas de buses urbanos: Transcacique, Cootraupar y Cootranscolcer, éstas han sido las dueñas de las calles, han vivido momentos de gloria, de angustia y de desespero total.
Aparecen los primeros signos desalentadores que hacen que el transporte deje de ser ese gran negocio:  un bus produce diario, en promedio, entre $150.000 y $170.000 -si es doble llantas-  de los cuales hay que restarle el valor de la planilla, combustible, sueldo y mantenimiento,  es decir, el hombre trabaja pero no bebe. Los  costos están por las nubes, una balinera  está costando entre $50.000 y $140.000; una llanta  alcanza  los  280.000 pesos, lo que significa que el chofer, antes de meter la llave al carro, debe saber a qué se somete, dado a que del producido debe descontar  los anteriores ítems.
Si le damos una mirada a las rutas del transporte, notamos que están en un completo olvido, no hay turnadores, desaparecieron los jefes de patio, y peor aún, los controladores de rutas, y vemos como a cada uno de los choferes se les asignan aquellas funciones. Imagínense ustedes un jugador de fútbol cobrando el tiro de esquina y a la vez cabeceando, eso es imposible hacerlo, pues los choferes se están auto-controlando,  en velocidad, en  el cumplimento de las rutas y  en la  prestación del servicio. Yo los trato de entender, para mí  el transporte vallenato entró en su peor crisis y su estocada final ha sido la aparición del mototaxismo. Muchos ciudadanos empezaron a sumar y  a restar, dejando a un lado a los viejos buses, desencadenando un  destartale total de cada uno de ellos y los vemos desaparecer al mejor estilo de los aviones en el Triángulo,  pues les digo una cifra: en la empresa  Cootranscolcer, de 270 buses hoy sólo operan 42, es decir,  228 choferes dejaron de llevar la ‘papita’ a la casa y se trasladaron de manera obligada al mototaxismo.
El problema va  creciendo a grandes velocidades, sin que ninguna autoridad lo intervenga. Pareciera que fuera mejor dejarlo crecer  para precipitar quiebras. El asunto no para ahí; los choferes, en su afán por ganar ‘platica’, comenzaron a ejercer su propia autoridad cometiendo infracciones como, la invasión a otras rutas, encontrándose con sus propios compañeros,  y a la final perdiendo los dos. Claro que  los dueños de buses y choferes encuentran una recompensa los días miércoles y sábados, en donde ven crecer sus ingresos por la ausencia de las motos, pero de eso no se trata, estoy convencido que uno en la vida no debe festejar con el dolor del otro.
Por todas las anteriores razones, les hago un llamado  para que los mandatarios de turno agilicen los procesos que en buena ruta van; sabemos todos que el sistema estratégico de transporte es una realidad, pero sigo desesperado por saber cuándo inician las labores. ¿Cuándo van a romper la primera baldosa y hacer las avenidas por donde transitarán las primeras llantas nuevas?

Columnista
4 agosto, 2010

Las rutas del olvido

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Eduardo Muñoz Perez

Por: Carlos Eduardo Muñoz Pérez Cuando alguien me dice en la calle que el transporte en la ciudad es un verdadero caos, no está mintiendo en lo absoluto; me atrevería a decir que es así. La ciudad de Valledupar vive un verdadero viacrucis en su transporte y lo digo porque me he tomado la tarea […]


Por: Carlos Eduardo Muñoz Pérez
Cuando alguien me dice en la calle que el transporte en la ciudad es un verdadero caos, no está mintiendo en lo absoluto; me atrevería a decir que es así. La ciudad de Valledupar vive un verdadero viacrucis en su transporte y lo digo porque me he tomado la tarea de investigar acerca de ello.
El resultado arroja que en la ciudad de Valledupar existen hoy tres empresas de buses urbanos: Transcacique, Cootraupar y Cootranscolcer, éstas han sido las dueñas de las calles, han vivido momentos de gloria, de angustia y de desespero total.
Aparecen los primeros signos desalentadores que hacen que el transporte deje de ser ese gran negocio:  un bus produce diario, en promedio, entre $150.000 y $170.000 -si es doble llantas-  de los cuales hay que restarle el valor de la planilla, combustible, sueldo y mantenimiento,  es decir, el hombre trabaja pero no bebe. Los  costos están por las nubes, una balinera  está costando entre $50.000 y $140.000; una llanta  alcanza  los  280.000 pesos, lo que significa que el chofer, antes de meter la llave al carro, debe saber a qué se somete, dado a que del producido debe descontar  los anteriores ítems.
Si le damos una mirada a las rutas del transporte, notamos que están en un completo olvido, no hay turnadores, desaparecieron los jefes de patio, y peor aún, los controladores de rutas, y vemos como a cada uno de los choferes se les asignan aquellas funciones. Imagínense ustedes un jugador de fútbol cobrando el tiro de esquina y a la vez cabeceando, eso es imposible hacerlo, pues los choferes se están auto-controlando,  en velocidad, en  el cumplimento de las rutas y  en la  prestación del servicio. Yo los trato de entender, para mí  el transporte vallenato entró en su peor crisis y su estocada final ha sido la aparición del mototaxismo. Muchos ciudadanos empezaron a sumar y  a restar, dejando a un lado a los viejos buses, desencadenando un  destartale total de cada uno de ellos y los vemos desaparecer al mejor estilo de los aviones en el Triángulo,  pues les digo una cifra: en la empresa  Cootranscolcer, de 270 buses hoy sólo operan 42, es decir,  228 choferes dejaron de llevar la ‘papita’ a la casa y se trasladaron de manera obligada al mototaxismo.
El problema va  creciendo a grandes velocidades, sin que ninguna autoridad lo intervenga. Pareciera que fuera mejor dejarlo crecer  para precipitar quiebras. El asunto no para ahí; los choferes, en su afán por ganar ‘platica’, comenzaron a ejercer su propia autoridad cometiendo infracciones como, la invasión a otras rutas, encontrándose con sus propios compañeros,  y a la final perdiendo los dos. Claro que  los dueños de buses y choferes encuentran una recompensa los días miércoles y sábados, en donde ven crecer sus ingresos por la ausencia de las motos, pero de eso no se trata, estoy convencido que uno en la vida no debe festejar con el dolor del otro.
Por todas las anteriores razones, les hago un llamado  para que los mandatarios de turno agilicen los procesos que en buena ruta van; sabemos todos que el sistema estratégico de transporte es una realidad, pero sigo desesperado por saber cuándo inician las labores. ¿Cuándo van a romper la primera baldosa y hacer las avenidas por donde transitarán las primeras llantas nuevas?