El sector comercio irá abriendo sus puertas poco a poco, lo que será una buena oportunidad de reactivar la economía local. Mientras eso sucede, son miles las madres cabeza de familia que aún siguen viviendo en la incertidumbre de cómo alimentarán a sus hijos.

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Un ejemplo es Teresa Tizo, quien dese hace tres meses está desempleada y no ha contado con las ayudas del Gobierno departamental y municipal, situación que la tiene sumida en la desesperación y la tristeza.

“No cuento con ninguna clase de ayuda, no puedo abrir mi local comercial y tampoco tengo otra fuente de empleo o forma de conseguir ingreso, esto me ha llevado a vivir prácticamente de la caridad”, dijo la mujer.

Con tres hijos que dependen únicamente de lo poco que ella pueda llevar a su casa, la trabajadora en la sección de miscelánea de la Galería Popular extraña esos momentos donde podía llevar dinero de manera constante a su conglomerado para satisfacer las necesidades básicas de su familia. Viviendo un panorama muy diferente al acostumbrado, esta madre pide ayuda a los entes gubernamentales para tratar de solventar esta difícil situación.

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“El llamado es a la Alcaldía de Valledupar y Gobernación del Cesar para que miren en qué condiciones vivimos las madres cabezas de hogar, dependemos del día a día y si no vendemos no comemos, literalmente, y para mí es muy duro ver cómo mis hijos me piden comida y en ocasiones es complicado conseguirla”, agregó la comerciante.