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Editorial - 31 julio, 2019

Las invasiones y la época electoral

Aunque aplazado el desalojo para los habitantes de El Edén no desaparece de la atmósfera el temor de las cerca de 80 familias que ya están avisadas y que han elevado la queja por esta realidad ante los medios de comunicación.

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Aunque aplazado el desalojo para los habitantes de El Edén no desaparece de la atmósfera el temor de las cerca de 80 familias que ya están avisadas y que han elevado la queja por esta realidad ante los medios de comunicación.

Este es un episodio complejo porque reconocemos que allí hay una especie de choque de derechos tanto de los que han invadido el proyecto fallido de 320 viviendas como de esos 320 beneficiarios que no han podido acceder a ellas.

Esperamos que la Alcaldía Municipal, encargada de la penosa diligencia, pueda resolver con sabiduría y sin errores o contratiempos el asunto.

En Valledupar se hablaba de 11 invasiones y no sabemos si entre estas se cuente un asentamiento humano ubicado en donde se pretendió hace algunos años establecer la invasión ‘Los Ciruelos’, Comuna 2 del municipio. Allí hay una cantidad de viviendas de cartón y madera, entre otros. Es necesario darles solución a estas familias como a las otras invasiones, así como a los propietarios privados, otro choque de derechos.

Sin embargo debemos señalar la coyuntura, que es electoral, y que se aparta de las acciones propias del Gobierno local en este sentido.

Las campañas iniciaron puerta a puerta hace meses. Y a partir de estos momentos se intensifican hasta octubre, y surge una pregunta para los candidatos: ¿Saben cómo se promueve una invasión? ¿Están preparados para hablar con la más descarnada verdad a los invasores de predios públicos y privados? ¿O solo darán abrazos mil?

Cuando los discursos son escuetos, del tipo: “Dignificaremos a estas personas y su digna lucha por la vivienda…”, pero no se le agrega un: “…Pero no permitiremos que invadan predios privados en nuestro gobierno…”, ahí surge un problema que hoy, posiblemente, tiene a Valledupar llena de invasiones. Sin olvidar, por supuesto, que en principio de todo muchas de estas personas no tienen vivienda porque fueron desplazadas de las suyas y llegaron sin nada a esta ciudad.

Miles de familias que aún viven en ranchos, en sectores periféricos de la ciudad, recibirán la visita de los cientos de candidatos a cargos de elección popular. Los primeros esperando soluciones, los segundos buscando el voto, es su derecho. Observaremos esos procesos. No es problema la búsqueda de los primeros y de los segundos, el problema radica en si los candidatos les cumplen a los esperanzados de los techos de cartón, anteponiendo la verdad y propuestas aterrizadas.

Sobre las circunstancias negativas y positivas que se tejen alrededor de un asentamiento ilegal hemos informado desde diferentes secciones con el objetivo de ilustrar sobre una situación socioeconómica muy visible en la ciudad, que demuestra e incide en los índices de desarrollo.

Las propuestas de los candidatos serán escuchadas en esos lugares vulnerables. Instamos a todos los que busca el voto para servirle al municipio que le sirvan desde la campaña con realidades, con honestidad. Esto no solo aplica para los invasores sino para todo aquel que acude a la informalidad como medio de subsistencia: vendedores ambulantes y estacionarios, mototaxistas, carromuleros, mangueros, entre otros, que esperan con ansias una solución y más que eso una guía que los lleve a mejorar su calidad de vida a través de sus propios esfuerzos.

Editorial
31 julio, 2019

Las invasiones y la época electoral

Aunque aplazado el desalojo para los habitantes de El Edén no desaparece de la atmósfera el temor de las cerca de 80 familias que ya están avisadas y que han elevado la queja por esta realidad ante los medios de comunicación.


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Aunque aplazado el desalojo para los habitantes de El Edén no desaparece de la atmósfera el temor de las cerca de 80 familias que ya están avisadas y que han elevado la queja por esta realidad ante los medios de comunicación.

Este es un episodio complejo porque reconocemos que allí hay una especie de choque de derechos tanto de los que han invadido el proyecto fallido de 320 viviendas como de esos 320 beneficiarios que no han podido acceder a ellas.

Esperamos que la Alcaldía Municipal, encargada de la penosa diligencia, pueda resolver con sabiduría y sin errores o contratiempos el asunto.

En Valledupar se hablaba de 11 invasiones y no sabemos si entre estas se cuente un asentamiento humano ubicado en donde se pretendió hace algunos años establecer la invasión ‘Los Ciruelos’, Comuna 2 del municipio. Allí hay una cantidad de viviendas de cartón y madera, entre otros. Es necesario darles solución a estas familias como a las otras invasiones, así como a los propietarios privados, otro choque de derechos.

Sin embargo debemos señalar la coyuntura, que es electoral, y que se aparta de las acciones propias del Gobierno local en este sentido.

Las campañas iniciaron puerta a puerta hace meses. Y a partir de estos momentos se intensifican hasta octubre, y surge una pregunta para los candidatos: ¿Saben cómo se promueve una invasión? ¿Están preparados para hablar con la más descarnada verdad a los invasores de predios públicos y privados? ¿O solo darán abrazos mil?

Cuando los discursos son escuetos, del tipo: “Dignificaremos a estas personas y su digna lucha por la vivienda…”, pero no se le agrega un: “…Pero no permitiremos que invadan predios privados en nuestro gobierno…”, ahí surge un problema que hoy, posiblemente, tiene a Valledupar llena de invasiones. Sin olvidar, por supuesto, que en principio de todo muchas de estas personas no tienen vivienda porque fueron desplazadas de las suyas y llegaron sin nada a esta ciudad.

Miles de familias que aún viven en ranchos, en sectores periféricos de la ciudad, recibirán la visita de los cientos de candidatos a cargos de elección popular. Los primeros esperando soluciones, los segundos buscando el voto, es su derecho. Observaremos esos procesos. No es problema la búsqueda de los primeros y de los segundos, el problema radica en si los candidatos les cumplen a los esperanzados de los techos de cartón, anteponiendo la verdad y propuestas aterrizadas.

Sobre las circunstancias negativas y positivas que se tejen alrededor de un asentamiento ilegal hemos informado desde diferentes secciones con el objetivo de ilustrar sobre una situación socioeconómica muy visible en la ciudad, que demuestra e incide en los índices de desarrollo.

Las propuestas de los candidatos serán escuchadas en esos lugares vulnerables. Instamos a todos los que busca el voto para servirle al municipio que le sirvan desde la campaña con realidades, con honestidad. Esto no solo aplica para los invasores sino para todo aquel que acude a la informalidad como medio de subsistencia: vendedores ambulantes y estacionarios, mototaxistas, carromuleros, mangueros, entre otros, que esperan con ansias una solución y más que eso una guía que los lleve a mejorar su calidad de vida a través de sus propios esfuerzos.