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Editorial - 4 diciembre, 2018

Las conflictivas carreras navideñas

Son alrededor de 2.500 taxis los que circulan diariamente por Valledupar, a cuyos conductores destacamos por el gran aporte que hacen a la dinámica de la ciudad con la prestación de ese servicio público. Sin embargo, no podemos dejar pasar por alto las malas prácticas de un considerable número de conductores que no respetan las […]

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Son alrededor de 2.500 taxis los que circulan diariamente por Valledupar, a cuyos conductores destacamos por el gran aporte que hacen a la dinámica de la ciudad con la prestación de ese servicio público. Sin embargo, no podemos dejar pasar por alto las malas prácticas de un considerable número de conductores que no respetan las tarifas establecidas por la administración municipal y en algunas ocasiones maltratan a los usuarios, violando esa y otras disposiciones de las autoridades de tránsito. En ese comportamiento también hay culpa de los usuarios y de las autoridades.

Con el argumento de que los usuarios no denuncian formalmente, la Secretaría de Tránsito Municipal se lava las manos, pero no se justifica que no haya operativos de control en las vías para verificar si los taxistas cumplen con la ubicación de la tabla de tarifas en sitios visibles y corroborar que se estén haciendo los cobros de acuerdo a la normatividad vigente.

Si se hicieran estrictos controles, de seguro que habría sancionados y los abusos a los usuarios disminuirían. En ciudades como Bogotá, con más de 52 mil taxis, hay un promedio diario de 15 taxistas sancionados por abusos en el cobro de las tarifas, principalmente por tener taxímetros adulterados.

Pero en Valledupar ni los taxímetros y ni las mediciones con aplicaciones digitales, a través de tabletas, han sido implementadas pese a que sí han sido analizadas por la autoridad de tránsito en el municipio. Al parecer, hay una fuerte injerencia de la ‘mancha amarilla’ frente a las decisiones de la administración que en campaña les ofreció garantías para trabajar en esta ciudad, donde el transporte informal tiene mayor acogida que las empresas legalmente establecidas.

Diciembre es un mes bueno para los taxistas y para la mayoría de sectores de la economía, porque hay más movimiento en el comercio y eventos sociales, lo cual debe ser aprovechado por las empresas y conductores, tanto de taxis como de busetas, para demostrar que el transporte informal no debe ser una opción y que ellos con el respaldo ciudadano pueden garantizar el flujo de caja para prestar un servicio de calidad.

Respaldamos el transporte formal y todas las disposiciones que les brinden mejores garantías a los conductores de servicio público. El pago de la prima de Navidad para taxistas no es obligatorio, pero de seguro que quienes presten un buen servicio, cobrando lo justo y mostrando respeto hacia el usuario pueden esperar un pago adicional de agradecimiento. Ya no más carreras navideñas conflictivas, usuarios y taxistas deben ajustarse a las tarifas establecidas por las autoridades de tránsito.

Editorial
4 diciembre, 2018

Las conflictivas carreras navideñas

Son alrededor de 2.500 taxis los que circulan diariamente por Valledupar, a cuyos conductores destacamos por el gran aporte que hacen a la dinámica de la ciudad con la prestación de ese servicio público. Sin embargo, no podemos dejar pasar por alto las malas prácticas de un considerable número de conductores que no respetan las […]


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Son alrededor de 2.500 taxis los que circulan diariamente por Valledupar, a cuyos conductores destacamos por el gran aporte que hacen a la dinámica de la ciudad con la prestación de ese servicio público. Sin embargo, no podemos dejar pasar por alto las malas prácticas de un considerable número de conductores que no respetan las tarifas establecidas por la administración municipal y en algunas ocasiones maltratan a los usuarios, violando esa y otras disposiciones de las autoridades de tránsito. En ese comportamiento también hay culpa de los usuarios y de las autoridades.

Con el argumento de que los usuarios no denuncian formalmente, la Secretaría de Tránsito Municipal se lava las manos, pero no se justifica que no haya operativos de control en las vías para verificar si los taxistas cumplen con la ubicación de la tabla de tarifas en sitios visibles y corroborar que se estén haciendo los cobros de acuerdo a la normatividad vigente.

Si se hicieran estrictos controles, de seguro que habría sancionados y los abusos a los usuarios disminuirían. En ciudades como Bogotá, con más de 52 mil taxis, hay un promedio diario de 15 taxistas sancionados por abusos en el cobro de las tarifas, principalmente por tener taxímetros adulterados.

Pero en Valledupar ni los taxímetros y ni las mediciones con aplicaciones digitales, a través de tabletas, han sido implementadas pese a que sí han sido analizadas por la autoridad de tránsito en el municipio. Al parecer, hay una fuerte injerencia de la ‘mancha amarilla’ frente a las decisiones de la administración que en campaña les ofreció garantías para trabajar en esta ciudad, donde el transporte informal tiene mayor acogida que las empresas legalmente establecidas.

Diciembre es un mes bueno para los taxistas y para la mayoría de sectores de la economía, porque hay más movimiento en el comercio y eventos sociales, lo cual debe ser aprovechado por las empresas y conductores, tanto de taxis como de busetas, para demostrar que el transporte informal no debe ser una opción y que ellos con el respaldo ciudadano pueden garantizar el flujo de caja para prestar un servicio de calidad.

Respaldamos el transporte formal y todas las disposiciones que les brinden mejores garantías a los conductores de servicio público. El pago de la prima de Navidad para taxistas no es obligatorio, pero de seguro que quienes presten un buen servicio, cobrando lo justo y mostrando respeto hacia el usuario pueden esperar un pago adicional de agradecimiento. Ya no más carreras navideñas conflictivas, usuarios y taxistas deben ajustarse a las tarifas establecidas por las autoridades de tránsito.