(A propósito del Informe de la ANH)
-primera parte-
Todos los años la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), encargada de “la administración integral de las reservas de hidrocarburos de propiedad de la Nación”, emite anualmente su “Informe de reservas y recursos contingentes”. El pasado 24 de mayo se dio a conocer su reporte con corte a diciembre de 2022. Huelga decir que dicho informe es el consolidado de las cifras suministradas por las empresas petroleras que operan en el país.
El contexto en el que se dio a conocer este informe es muy singular, dada la circunstancia de que según habían acordado el 15 de marzo los titulares de los ministerios de Minas y Energía, Hacienda y Crédito público y el de Comercio, el mismo serviría de base para zanjar diferencias en el seno del gabinete del presidente Gustavo Petro en torno a la firma de nuevos contratos de exploración y explotación petrolera.
Este informe, además, estuvo precedido de otro muy controvertido, por su falta de rigor técnico, en el cual se sobreestimaron las reservas de hidrocarburos sumando peras con manzanas (reservas probadas + probables + posibles + contingentes, + prospectivas), lo que llevó a la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, a asegurar que “es posible que los recursos contingentes pueden abastecer la demanda nacional e incluso producir un excedente en su producción hasta el año 2037”.
Las cifras del Informe de la ANH no mienten, muestran una tendencia preocupante de las reservas probadas de petróleo y gas, en uno y otro caso la relación reservas/producción cae, en el primer caso de 7.6 a 7.5 años y en el segundo de 8 a 7.2 años. De no cambiar dicha tendencia, a partir del año 2030 Colombia se convertiría en un importador neto de petróleo y gas natural, 7 años antes de las optimistas previsiones de la ministra Irene Vélez (¡!).
Se suele decir que optimista es quien ve el vaso medio lleno, mientras el pesimista es aquel que lo ve medio vacío, pero para nosotros los economistas más importante que porfiar si el vaso está medio lleno o medio vacío es establecer si el vaso se está llenando o se está vaciando, esto es la tendencia y a todas luces lo que muestra el más reciente informe de la ANH es que las reservas probadas de hidrocarburos vienen en franca declinación. Y mientras menos contratos firme la ANH con las empresas petroleras tendremos menos exploración y en consecuencia menos probabilidad de éxito exploratorio.
Aduce la ministra Vélez que “entre 2021 y 2022, el factor de recobro mejorado aumentó de 21% a 23%. Este aumento nos indica que comienza a ser efectiva la política del Gobierno de mejorar las reservas vía eficiencia en la explotación a través del recobro”. Pero, aunque el recobro mejorado es necesario no es suficiente para espantar el fantasma de la importación de crudo y gas natural al país. No se puede caer en la trampa del espejismo del recobro mejorado, pues nos puede conducir con los ojos abiertos camino al precipicio.