Como están las cosas, sin más titubeos hay que enfrentar desde ya la actuación sobre un cambio para la salvación de nuestra presencia en nuestro planeta Tierra. Para ello, requerimos la edificación de un futuro sostenible que debe depender de la reestructuración de la economía global, esto implica cambios fundamentales en el comportamiento reproductivo del ser humano y otros no menos transcendentes en sus valores y estilos de vida.
Si todo esto se hace con rapidez, será una revolución que estará definida por la necesidad de restablecer y preservar los sistemas ecológicos de la Tierra. Si esta revolución ecológica tiene éxito estará al mismo nivel de la revolución agrícola y la revolución industrial. Claro que existe un impasse, que es importante relacionar aquí, y es que las dos revoluciones mencionadas fueron promovidas por los avances tecnológicos (la primera por el descubrimiento de la agricultura, la segunda por la invención de la máquina de vapor, que convirtió la energía contenida en el carbón en potencia mecánica).
Esta revolución ecológica de que estamos hablando, si bien empleará nuevas tecnologías, debe estar promovida principalmente por la reestructuración de la economía global, para que no destruya como se está haciendo con los sistemas naturales de apoyo y obviamente se deberá realizar en tiempos cortos, teniendo en cuenta las ratas de erosión de los recursos naturales y la interrupción severa de los tiempos biológicos por las actividades antrópicas (el hombre). Para este caso debemos tocar el tema de la sostenibilidad ambiental que considera:
*El desarrollo ambiental está intrínsecamente ligado a la capacidad de consolidar los vínculos sociales en el interior de las colectividades que tiene una base territorial definida.
*El desarrollo debe fortalecer la capacidad de las poblaciones para gestionar su ambiente natural de una manera viable, mediante la construcción de un marco institucional apropiado y de una identidad cultural que tiene su base material dentro de la construcción misma del territorio dado.
*La satisfacción de las necesidades y la definición del modo de vida son dos elementos que suponen que los ciudadanos pueden intervenir en la definición de los criterios de la utilización de los recursos.
*El desarrollo rural sería viable dando prioridad a un modelo campesino basado en:
– Combinación de las experiencias campesinas y las técnicas apropiadas.
– Aumento de la producción y mejora del ecosistema local.
– Organización social de la producción.
– Redefinición de las relaciones entre pueblos y campo, asegurando a los productores buenos ingresos que no lo obliguen a sacrificar los equilibrios naturales.
NOTA: En buena hora el señor Contralor Municipal, doctor Omar Contreras, viene promocionando la realización de un evento que tendrá la presencia de Procurador General y varios magistrados de las cortes, con el propósito de lograr que tanto al río Guatapuri como al Cesar se los eleve a la condición de sujetos de derechos, tal como ha sucedido con los ríos Atrato y Sinú. Apoyémoslo por este gran aporte.
Especializado en Gestión Ambiental.
Por Hernán Maestre Martínez