Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 23 abril, 2025

La UPC, un feudo político

La autonomía universitaria concedida por la Ley 30/1992 no ha permitido avanzar académicamente a los entes universitarios territoriales, acorde con la misión de la educación superior.

Boton Wpp

La autonomía universitaria concedida por la Ley 30/1992 no ha permitido avanzar académicamente a los entes universitarios territoriales, acorde con la misión de la educación superior. El artículo 64 de dicha ley los amarró a los designios de los gobernadores, excepto la Universidad Nacional de Colombia cuya legislación es exclusiva. En los consejos superiores de las universidades distritales y municipales participan los alcaldes, en las departamentales el gobernador, ¿pero por qué en las nacionales participan los gobernadores? La cooptación resultó automática. 

En el caso de la UPC, todos sus rectores han sido cuotas del gobernador. A mí me la ofreció Mauricio Pimiento, rehusé la oferta, pero yo quería llegar de otra manera; de haber aceptado, tal vez estaría rico, o preso, o muerto, porque el paramilitarismo imponía las condiciones en esta institución. Ya sabemos lo que allí pasó. 

El gobernador siempre dispone de, al menos de cinco de los nueve votos, porque los sistemas de escogencia de egresados y estudiantes, que los define cada institución en sus reglamentos, son espurios: una vez elegidos usurpan la decisión de sus electores, se convierten en sujetos de negociación con el gobernador, su voto no es consultado con las bases. Los representantes de los gremios y de los exrectores también son negociables. Las extorsiones laborales hacen parte de este poder igual que las amenazas de muerte. Incluso, los representantes del presidente de la república y ministro de educación, que poco interés tienen en lo que pase en estas universidades de provincia, también son susceptibles de manejo, el abanico de ofertas es variado. 

La elección del rector en la UPC es toda una parafernalia, es más mecánico que académico y de poca enjundia; aquí se replica el sistema electoral de alcaldes y gobernadores: manillas, lapiceros, relojes, camisetas y compra de votos, todos los mecanismos utilizados en las campañas electorales. 

En el Consejo Superior de la UPC casi siempre ha existido un contubernio entre el gobernador y algunos de sus representantes. En una ocasión, un rector fue elegido con tres de los nueve votos, nadie se atrevió a demandar porque, decían, es el candidato de alias “39”. 

Este proceso es un mercado, yo lo conozco bien, fui candidato a rector y lo viví 25 años. Aquí, la moral pública no ha sido el referente; una vez, por estas páginas, denuncié el tráfico de notas que algunos docentes hacían con sus alumnas y el resultado fue que me abrieron un proceso disciplinario, me tocaba callar. Vi destituidos y en la cárcel a varios rectores y compinches, también vi asesinados varios docentes y estudiantes. Supe de aspirantes a rector incluyendo en sus propuestas el cambio de misión de la Universidad siendo que esta es única en todo el mundo, producir conocimiento o divulgarlo. Cualquiera se imagina que por ofrecer 20 o más programas y tener alrededor de veinte mil estudiantes, esta institución es un portento académico, pueden sí, elegir un diputado y varios concejales. 

La UPC no ha trascendido ni crecido verticalmente en producción y divulgación de conocimientos ni ha fortalecido sus actividades de extensión, su fortaleza ha estado en la contratación de obras de infraestructura física, en crecer horizontalmente. 

En un ranking que conocí, la UPC para 2025 figura en el puesto de 79 entre 110 universidades públicas y privadas, muy por debajo de la UDES, puesto 23, y del Área Andina, puesto 58, mucho más jóvenes que la UPC. 

Hace algunos días, la periodista Kattia Ospino hizo unas denuncias fuertes sobre la UPC; después vino el ministro de educación, Daniel Rojas Medellín y miró por encima, no venció. Parece que el ministro está más interesado en chicas y música vallenatas que en la suerte de la UPC; la Fiscalía y la Procuraduría han debido pronunciarse de oficio y adelantar las investigaciones pertinentes. Lo que la periodista Kattia denunció no es cualquier cosa. Si esa investigación se hace bien podríamos saber quiénes determinaron la muerte de nuestros muertos en la UPC. La fiscal general también está informada, pero parece que esta anda a media marcha.

Por: Luis Napoleón de Armas P.

Columnista
23 abril, 2025

La UPC, un feudo político

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

La autonomía universitaria concedida por la Ley 30/1992 no ha permitido avanzar académicamente a los entes universitarios territoriales, acorde con la misión de la educación superior.


La autonomía universitaria concedida por la Ley 30/1992 no ha permitido avanzar académicamente a los entes universitarios territoriales, acorde con la misión de la educación superior. El artículo 64 de dicha ley los amarró a los designios de los gobernadores, excepto la Universidad Nacional de Colombia cuya legislación es exclusiva. En los consejos superiores de las universidades distritales y municipales participan los alcaldes, en las departamentales el gobernador, ¿pero por qué en las nacionales participan los gobernadores? La cooptación resultó automática. 

En el caso de la UPC, todos sus rectores han sido cuotas del gobernador. A mí me la ofreció Mauricio Pimiento, rehusé la oferta, pero yo quería llegar de otra manera; de haber aceptado, tal vez estaría rico, o preso, o muerto, porque el paramilitarismo imponía las condiciones en esta institución. Ya sabemos lo que allí pasó. 

El gobernador siempre dispone de, al menos de cinco de los nueve votos, porque los sistemas de escogencia de egresados y estudiantes, que los define cada institución en sus reglamentos, son espurios: una vez elegidos usurpan la decisión de sus electores, se convierten en sujetos de negociación con el gobernador, su voto no es consultado con las bases. Los representantes de los gremios y de los exrectores también son negociables. Las extorsiones laborales hacen parte de este poder igual que las amenazas de muerte. Incluso, los representantes del presidente de la república y ministro de educación, que poco interés tienen en lo que pase en estas universidades de provincia, también son susceptibles de manejo, el abanico de ofertas es variado. 

La elección del rector en la UPC es toda una parafernalia, es más mecánico que académico y de poca enjundia; aquí se replica el sistema electoral de alcaldes y gobernadores: manillas, lapiceros, relojes, camisetas y compra de votos, todos los mecanismos utilizados en las campañas electorales. 

En el Consejo Superior de la UPC casi siempre ha existido un contubernio entre el gobernador y algunos de sus representantes. En una ocasión, un rector fue elegido con tres de los nueve votos, nadie se atrevió a demandar porque, decían, es el candidato de alias “39”. 

Este proceso es un mercado, yo lo conozco bien, fui candidato a rector y lo viví 25 años. Aquí, la moral pública no ha sido el referente; una vez, por estas páginas, denuncié el tráfico de notas que algunos docentes hacían con sus alumnas y el resultado fue que me abrieron un proceso disciplinario, me tocaba callar. Vi destituidos y en la cárcel a varios rectores y compinches, también vi asesinados varios docentes y estudiantes. Supe de aspirantes a rector incluyendo en sus propuestas el cambio de misión de la Universidad siendo que esta es única en todo el mundo, producir conocimiento o divulgarlo. Cualquiera se imagina que por ofrecer 20 o más programas y tener alrededor de veinte mil estudiantes, esta institución es un portento académico, pueden sí, elegir un diputado y varios concejales. 

La UPC no ha trascendido ni crecido verticalmente en producción y divulgación de conocimientos ni ha fortalecido sus actividades de extensión, su fortaleza ha estado en la contratación de obras de infraestructura física, en crecer horizontalmente. 

En un ranking que conocí, la UPC para 2025 figura en el puesto de 79 entre 110 universidades públicas y privadas, muy por debajo de la UDES, puesto 23, y del Área Andina, puesto 58, mucho más jóvenes que la UPC. 

Hace algunos días, la periodista Kattia Ospino hizo unas denuncias fuertes sobre la UPC; después vino el ministro de educación, Daniel Rojas Medellín y miró por encima, no venció. Parece que el ministro está más interesado en chicas y música vallenatas que en la suerte de la UPC; la Fiscalía y la Procuraduría han debido pronunciarse de oficio y adelantar las investigaciones pertinentes. Lo que la periodista Kattia denunció no es cualquier cosa. Si esa investigación se hace bien podríamos saber quiénes determinaron la muerte de nuestros muertos en la UPC. La fiscal general también está informada, pero parece que esta anda a media marcha.

Por: Luis Napoleón de Armas P.