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Columnista - 19 enero, 2018

La Universidad Nacional, una realidad (I)

Para esclarecer ciertas inquietudes o dudas sobre la realidad de la construcción de la Universidad Nacional sede La Paz y su posible funcionamiento, me quise cerciorar personalmente haciéndome acompañar de un conocedor de la obra, al llegar allí, un ingeniero que trabaja en esta construcción me acompañó por toda la sede. Al hablar del tema, […]

Para esclarecer ciertas inquietudes o dudas sobre la realidad de la construcción de la Universidad Nacional sede La Paz y su posible funcionamiento, me quise cerciorar personalmente haciéndome acompañar de un conocedor de la obra, al llegar allí, un ingeniero que trabaja en esta construcción me acompañó por toda la sede.

Al hablar del tema, es necesario decir que para esta portentosa obra se asignó una inversión inicial por 39 mil millones, recursos del departamento del Cesar. Para el concurso de diseños fue ganadora la Universidad Nacional de Manizales, quien tuvo en cuenta condiciones ambientales y ecológicas y materiales importados para su construcción, que, entre otras, han hecho que la obra se retrase por el tiempo de espera de los materiales importados.

Es bueno conocer que para la interventoría se toma el 5 % de la inversión, pero los 39 mil millones iniciales se agotaron y hubo que adicionar 17 mil millones para cumplir con las exigencias o demanda que hacia la Universidad Nacional en Bogotá, con estos dineros adicionados se considera queda concluida la primera etapa, para lo cual la Nacional estima se pueden comenzar las clases para el segundo semestre de este 2018. Según el cronograma de trabajo se ha avanzado en total en un 95 %, considerando que para el mes de marzo esté concluida la primera etapa, aunque son tres etapas las otras se irán construyendo posteriormente según las necesidades, se aspira que para cuando estén construidas todas las etapas que deben ser financiadas por el departamento, esta será un sitio de atracción y vista por sus condiciones paisajísticas y ambientales.

Es relevante repetir que ya el gobierno nacional asignó en su presupuesto 26 mil millones, seis mil para cerramiento y 20 mil para su funcionamiento, lo que equivale decir, que está asegurado su funcionamiento para el segundo semestre de este año, con actividades académicas que incluyen la medicina, teniendo al Hospital Rosario Pumarejo de López como referencia para elevarlo a la categoría de hospital universitario.

Hay que manifestar que para la construcción no se tumbó un sólo árbol y hasta el árbol de puy que bajo sus sombras cobijó al rector de entonces, Moisés Wasserman, cuando visitó por primera vez el lote asignado, está allí en la entrada incólume, ¿será que vale la pena asignarle un nombre?

A propósito de asignación de nombres o bautizos, lanzamos la idea aunque pueda ser descabellada para muchos; y es que las diferentes edificaciones así como las aulas deben llevar nombres muy suigneris como de indígenas, vale decir, kankuamos, wiwa, arhuaco, wayuu, yukpa, ika, entre otros, pero también, de afrodescendientes como por ejemplo, el negro Blas García Rangel, quien era de El Paso –Cesar- y estudió en la Universidad Nacional la carrera de derecho y su presidente de tesis fue Enrique Olaya Herrera sin aún pensar ser presidente de Colombia, otros candidatos pueden ser el primer negro parlamentario de Colombia que fue Nelson Robles, conocido como ‘El Negro’ Robles, que era oriundo de Camarones –La Guajira-, fue egresado del Rosario, de la cual fue su profesor también, además, con ello hacemos alusión al reemplazado nombre del municipio de Robles hoy La Paz. En la próxima continuamos.

Columnista
19 enero, 2018

La Universidad Nacional, una realidad (I)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

Para esclarecer ciertas inquietudes o dudas sobre la realidad de la construcción de la Universidad Nacional sede La Paz y su posible funcionamiento, me quise cerciorar personalmente haciéndome acompañar de un conocedor de la obra, al llegar allí, un ingeniero que trabaja en esta construcción me acompañó por toda la sede. Al hablar del tema, […]


Para esclarecer ciertas inquietudes o dudas sobre la realidad de la construcción de la Universidad Nacional sede La Paz y su posible funcionamiento, me quise cerciorar personalmente haciéndome acompañar de un conocedor de la obra, al llegar allí, un ingeniero que trabaja en esta construcción me acompañó por toda la sede.

Al hablar del tema, es necesario decir que para esta portentosa obra se asignó una inversión inicial por 39 mil millones, recursos del departamento del Cesar. Para el concurso de diseños fue ganadora la Universidad Nacional de Manizales, quien tuvo en cuenta condiciones ambientales y ecológicas y materiales importados para su construcción, que, entre otras, han hecho que la obra se retrase por el tiempo de espera de los materiales importados.

Es bueno conocer que para la interventoría se toma el 5 % de la inversión, pero los 39 mil millones iniciales se agotaron y hubo que adicionar 17 mil millones para cumplir con las exigencias o demanda que hacia la Universidad Nacional en Bogotá, con estos dineros adicionados se considera queda concluida la primera etapa, para lo cual la Nacional estima se pueden comenzar las clases para el segundo semestre de este 2018. Según el cronograma de trabajo se ha avanzado en total en un 95 %, considerando que para el mes de marzo esté concluida la primera etapa, aunque son tres etapas las otras se irán construyendo posteriormente según las necesidades, se aspira que para cuando estén construidas todas las etapas que deben ser financiadas por el departamento, esta será un sitio de atracción y vista por sus condiciones paisajísticas y ambientales.

Es relevante repetir que ya el gobierno nacional asignó en su presupuesto 26 mil millones, seis mil para cerramiento y 20 mil para su funcionamiento, lo que equivale decir, que está asegurado su funcionamiento para el segundo semestre de este año, con actividades académicas que incluyen la medicina, teniendo al Hospital Rosario Pumarejo de López como referencia para elevarlo a la categoría de hospital universitario.

Hay que manifestar que para la construcción no se tumbó un sólo árbol y hasta el árbol de puy que bajo sus sombras cobijó al rector de entonces, Moisés Wasserman, cuando visitó por primera vez el lote asignado, está allí en la entrada incólume, ¿será que vale la pena asignarle un nombre?

A propósito de asignación de nombres o bautizos, lanzamos la idea aunque pueda ser descabellada para muchos; y es que las diferentes edificaciones así como las aulas deben llevar nombres muy suigneris como de indígenas, vale decir, kankuamos, wiwa, arhuaco, wayuu, yukpa, ika, entre otros, pero también, de afrodescendientes como por ejemplo, el negro Blas García Rangel, quien era de El Paso –Cesar- y estudió en la Universidad Nacional la carrera de derecho y su presidente de tesis fue Enrique Olaya Herrera sin aún pensar ser presidente de Colombia, otros candidatos pueden ser el primer negro parlamentario de Colombia que fue Nelson Robles, conocido como ‘El Negro’ Robles, que era oriundo de Camarones –La Guajira-, fue egresado del Rosario, de la cual fue su profesor también, además, con ello hacemos alusión al reemplazado nombre del municipio de Robles hoy La Paz. En la próxima continuamos.