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Leer es nuestro cuento - 8 agosto, 2019

La rosa azul

Érase una vez un niño llamado Nill de siete años de edad, el cual caminaba rumbo a su casa y en el camino vio una hermosa mariposa y la siguió.

Jennifer García

Érase una vez un niño llamado Nill de siete años de edad, el cual caminaba rumbo a su casa y en el camino vio una hermosa mariposa y la siguió. La mariposa llegó a un hermoso jardín que se encontraba en la parte de atrás de una enorme casa.

En el centro del jardín había una hermosa rosa azul que en sus pétalos mostraba una radiante luz; el niño entró a la casa para tomar la rosa, pero cuando arrancó la rosa del jardín esta empezó a marchitarse y Nill asustado salió corriendo del jardín.

Mientras corría se tropezó con una joven de nombre Sofía que vivía en una pequeña casa en las afueras del pueblo. La niña llevaba una canasta llena de rosas azules, Nill al tropezarse con Sofía dejo caer la rosa junto a las de ella y tomó una de las rosas y siguió su camino hasta llegar a casa. Al llegar le regaló la rosa a su madre que se encontraba un poco enferma y esta la colocó en un florero.

Al día siguiente Nill fue a lavar su cara como todas las mañanas y cuando miró el tazón con agua vio la imagen de una bruja que le dijo: “si no devuelves la rosa que robaste de mi jardín te mataré y a toda tu familia”. El niño asustado tomó la rosa, fue al jardín de la bruja, colocó la rosa en su lugar y se fue tranquilamente, siguió su día como siempre. Al otro día volvió a ver el reflejo de la bruja en el tazón que decía: “si la rosa no está mañana en mi jardín iré a buscarte y te mataré”.

El niño no entendía que pasaba y recordó que ese día había chocado con aquella joven, que tenía las mismas flores que él. Corrió al pueblo a preguntar por ella y nadie sabía dónde encontrarla; el niño vio una floristería con las flores que llevaba Sofía y ahí pregunto por ella. La dueña del lugar le dio la dirección de su casa, Nill fue corriendo hasta allá, miró por la ventana y vio la rosa puesta como decoración en la mesa de su sala. Nill entró a la casa.

Tomó la rosa y se fue, sin darse cuenta que el jardín tan hermoso de Sofía se había marchitado. Nill devolvió la rosa al jardín de la bruja y se fue, pero cuando iba caminando a su casa escuchó a las personas del pueblo hablando sobre el jardín de Sofía, que se había marchitado sin razón alguna y recordó lo que le pasó al jardín de la bruja cuando arranco la rosa azul. Nill volvió corriendo a la casa de Sofía, le explicó lo sucedido, pidiéndole perdón de corazón a Sofía, ella lo perdonó con una gran sonrisa y juntos empezaron a darle el brillo perdido al jardín.

Autor: Jennifer Alejandra García – I.E. La Esperanza

Leer es nuestro cuento
8 agosto, 2019

La rosa azul

Érase una vez un niño llamado Nill de siete años de edad, el cual caminaba rumbo a su casa y en el camino vio una hermosa mariposa y la siguió.


Jennifer García

Érase una vez un niño llamado Nill de siete años de edad, el cual caminaba rumbo a su casa y en el camino vio una hermosa mariposa y la siguió. La mariposa llegó a un hermoso jardín que se encontraba en la parte de atrás de una enorme casa.

En el centro del jardín había una hermosa rosa azul que en sus pétalos mostraba una radiante luz; el niño entró a la casa para tomar la rosa, pero cuando arrancó la rosa del jardín esta empezó a marchitarse y Nill asustado salió corriendo del jardín.

Mientras corría se tropezó con una joven de nombre Sofía que vivía en una pequeña casa en las afueras del pueblo. La niña llevaba una canasta llena de rosas azules, Nill al tropezarse con Sofía dejo caer la rosa junto a las de ella y tomó una de las rosas y siguió su camino hasta llegar a casa. Al llegar le regaló la rosa a su madre que se encontraba un poco enferma y esta la colocó en un florero.

Al día siguiente Nill fue a lavar su cara como todas las mañanas y cuando miró el tazón con agua vio la imagen de una bruja que le dijo: “si no devuelves la rosa que robaste de mi jardín te mataré y a toda tu familia”. El niño asustado tomó la rosa, fue al jardín de la bruja, colocó la rosa en su lugar y se fue tranquilamente, siguió su día como siempre. Al otro día volvió a ver el reflejo de la bruja en el tazón que decía: “si la rosa no está mañana en mi jardín iré a buscarte y te mataré”.

El niño no entendía que pasaba y recordó que ese día había chocado con aquella joven, que tenía las mismas flores que él. Corrió al pueblo a preguntar por ella y nadie sabía dónde encontrarla; el niño vio una floristería con las flores que llevaba Sofía y ahí pregunto por ella. La dueña del lugar le dio la dirección de su casa, Nill fue corriendo hasta allá, miró por la ventana y vio la rosa puesta como decoración en la mesa de su sala. Nill entró a la casa.

Tomó la rosa y se fue, sin darse cuenta que el jardín tan hermoso de Sofía se había marchitado. Nill devolvió la rosa al jardín de la bruja y se fue, pero cuando iba caminando a su casa escuchó a las personas del pueblo hablando sobre el jardín de Sofía, que se había marchitado sin razón alguna y recordó lo que le pasó al jardín de la bruja cuando arranco la rosa azul. Nill volvió corriendo a la casa de Sofía, le explicó lo sucedido, pidiéndole perdón de corazón a Sofía, ella lo perdonó con una gran sonrisa y juntos empezaron a darle el brillo perdido al jardín.

Autor: Jennifer Alejandra García – I.E. La Esperanza