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La palabra encantada de Aurelio Núñez.

“La Palabra Encantada”, es un escenario cultural fundado por Alberto Muñoz Peñaloza, director de la Casa de la Cultura de Valledupar. El 13 de febrero del 2013 se puso en escena el primer acto encantado para resaltar el Bicentenario de la Independencia de Valledupar y ofrendarle un homenaje a la vida y obra del sociólogo Álvaro Castro Socarrás. Desde entonces los miércoles, cada quince días, a este escenario son invitados reconocidos personajes de la música, la literatura, la pintura y la historia.

El miércoles 12 de marzo, le correspondió el turno al compositor Aurelio Núñez Bermúdez, quien cautivó a todos, por la fluidez de su lenguaje y por la fuerza de su canto que nos transportó a los proverbiales amaneceres de parranda. Su talento para componer ya lo conocíamos, porque muchos de sus versos y melodías son espejos en las ventanas del alma: “Y ese vallenato vive en mí / cuanto más viejo mejor está / como vive tu presencia así / como vive tu cariño ya”.

Aurelio Núñez nació en el pueblo de Zambrano, y cuando aún era un niño emigró con su familia para San Juan del Cesar; allí estudia en el colegio El Carmelo y empieza a sobresalir con los versos y su canto. En 1973, al ganar un concurso de canciones en honor a la Virgen María, empieza a imaginar que puede ser un gran compositor. En 1978 recibe el título de bachiller, y poco después se matricula en la Universidad Popular del Cesar en el programa de Matemáticas y Física. Hubo circunstancias que lo obligaron regresar a San Juan, donde por corto tiempo labora como profesor en un colegio privado.

Deja la docencia, porque descubre que su vida estaba cifrada en el comercio y la música. La inclinación por el canto la hereda de su tío Beto Núñez; pero el maestro que más lo motivó por este arte fue Máximo Movil. Siendo muy joven, le graban algunas canciones; pero los conjuntos ni las canciones trascendieron. Esto lo obliga a una prologada tregua. Un largo silencio musical. La entrada triunfal al vallenato fue con “El más fuerte”, una de sus más famosas canciones, grabada por Jorge Oñate. Según lo narra el escritor Fredys González Zubiría, en el libro Crónicas del cancionero vallenato (2011), “…en esta canción Aurelio Núñez le canta a Lucina, su fallecida esposa; es un acto de contrición, donde le confiesa al espíritu de su amada que era imposible enamorase de otra mujer, como lo estuvo de ella”.

Son muchos los éxitos, grabados por los mejores intérpretes de la música vallenata. Diomedes Díaz: Hasta el final de la vida, Listo pa´ la foto y El Pajuate. Silvestre Dangond: Mi propia historia, El Original. Poncho Zuleta: El nobel el amor, Parao en la raya. Pero la que, sin duda, inmortaliza a Aurelio Núñez es “Te regalo mis triunfos”, grabada por Jorge Oñate. Para muchos es la mejor composición: por su poética narrativa, la riqueza melódica, el sentido universal de grandeza humana, y la sencillez de los versos, que la hacen asequible a toda clase de público.

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