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Columnista - 22 agosto, 2018

La Nacional en el Cesar: el cuento del gallo capón

Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan le están exigiendo al Gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, y a los miembros de la veeduría ciudadana que aclaren sobre el funcionamiento de la sede regional de la Universidad Nacional en la vía al Municipio de La Paz. “Nos están metiendo gato por liebre”, afirman mis consejeros y […]

Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan le están exigiendo al Gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, y a los miembros de la veeduría ciudadana que aclaren sobre el funcionamiento de la sede regional de la Universidad Nacional en la vía al Municipio de La Paz.

“Nos están metiendo gato por liebre”, afirman mis consejeros y añaden: “han hecho un palacio de las mentiras, con más de $60 mil millones y aunque han entregado la obra, la construcción está inconclusa, no hay agua ni luz. Se está formando un gran “elefante blanco”. Incluso, no hay un peso de presupuesto para recibir a estudiantes y no existe planta de docentes y administrativos”.

“Aquí se está faltando a la verdad” asegura Tíochiro y precisa que hace una semana se reunieron el director de la sede, Iván Jaramillo, con funcionarios de Valledupar y varios de los presentes quedaron sin palabras, porque al fin no entendieron cuándo empieza a funcionar.

Incluso, hace unos meses el anterior rector, Ignacio Mantilla, anunció el inicio de admisiones con pregrado en salud. Mario Alberto Pérez, director nacional de admisiones, en declaraciones a EL PILÓN también dijo: “Es la única sede en toda Colombia que va a contar con alrededor de 70 programas exclusivos para los estudiantes del Cesar, a través del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica, PEAMA” (¿?).

El mismo Mantilla, en El Espectador, 13 Oct 2017, afirmó: “Los jóvenes que inician su proceso de ingreso a la UN mediante el PEAMA presentan el mismo examen de admisión que el resto de los aspirantes, pero sus posibilidades de ingreso son distintas, ya que compiten por los cupos únicamente con los demás aspirantes del PEAMA provenientes de esa región. Desde antes de la admisión, cada aspirante selecciona la carrera y una sede principal donde quiere cursar y culminar sus estudios, es decir, elige entre las sedes que tienen sus campus ubicados en Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira”. Aquí no menciona al Cesar.

Según Tíonan, el PEAME no es programa de pregrado como muchos creen, no. Se trata de una admisión que tendrá unos costos y si el estudiante pasa tendrá que ir a estudiar a Medellín o Bogotá.

Mientras la apertura de la UN está en veremos, nuestros congresistas están idos y desvalidos, pensando a quién pondrán de gobernador y alcaldes del Cesar, en las próximas elecciones.

Seguramente, la UN empezará ofertando especializaciones y maestrías en la obra de mármol y pasadizos de oro, pero queda la impronta que aquí en Valledupar, desde hace más de 20 años, la UN en convenio con la Universidad Popular del Cesar graduaron a cientos de especialistas. Entonces, ¿para qué construir esa mole tan ostentosa, para ofertar solo posgrados? ¿Por qué no se invirtieron en la UPC?

Lo más triste es que la UN en sus 150 años de fundada alberga menos de 50 mil estudiantes en pregrado y posgrados, pero recibe más de un billón de pesos de presupuesto, mientras que la UPC (también de carácter nacional) solo recibe $70 mil millones de presupuesto y tiene ya 20 mil estudiantes, aproximadamente, en solo 40 años de existencia. Hasta la próxima semana.

Aquilino Cotes Zuleta [email protected] @tiochiro.

 

Columnista
22 agosto, 2018

La Nacional en el Cesar: el cuento del gallo capón

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan le están exigiendo al Gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, y a los miembros de la veeduría ciudadana que aclaren sobre el funcionamiento de la sede regional de la Universidad Nacional en la vía al Municipio de La Paz. “Nos están metiendo gato por liebre”, afirman mis consejeros y […]


Mis consejeros periodísticos Tíochiro y Tíonan le están exigiendo al Gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita, y a los miembros de la veeduría ciudadana que aclaren sobre el funcionamiento de la sede regional de la Universidad Nacional en la vía al Municipio de La Paz.

“Nos están metiendo gato por liebre”, afirman mis consejeros y añaden: “han hecho un palacio de las mentiras, con más de $60 mil millones y aunque han entregado la obra, la construcción está inconclusa, no hay agua ni luz. Se está formando un gran “elefante blanco”. Incluso, no hay un peso de presupuesto para recibir a estudiantes y no existe planta de docentes y administrativos”.

“Aquí se está faltando a la verdad” asegura Tíochiro y precisa que hace una semana se reunieron el director de la sede, Iván Jaramillo, con funcionarios de Valledupar y varios de los presentes quedaron sin palabras, porque al fin no entendieron cuándo empieza a funcionar.

Incluso, hace unos meses el anterior rector, Ignacio Mantilla, anunció el inicio de admisiones con pregrado en salud. Mario Alberto Pérez, director nacional de admisiones, en declaraciones a EL PILÓN también dijo: “Es la única sede en toda Colombia que va a contar con alrededor de 70 programas exclusivos para los estudiantes del Cesar, a través del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica, PEAMA” (¿?).

El mismo Mantilla, en El Espectador, 13 Oct 2017, afirmó: “Los jóvenes que inician su proceso de ingreso a la UN mediante el PEAMA presentan el mismo examen de admisión que el resto de los aspirantes, pero sus posibilidades de ingreso son distintas, ya que compiten por los cupos únicamente con los demás aspirantes del PEAMA provenientes de esa región. Desde antes de la admisión, cada aspirante selecciona la carrera y una sede principal donde quiere cursar y culminar sus estudios, es decir, elige entre las sedes que tienen sus campus ubicados en Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira”. Aquí no menciona al Cesar.

Según Tíonan, el PEAME no es programa de pregrado como muchos creen, no. Se trata de una admisión que tendrá unos costos y si el estudiante pasa tendrá que ir a estudiar a Medellín o Bogotá.

Mientras la apertura de la UN está en veremos, nuestros congresistas están idos y desvalidos, pensando a quién pondrán de gobernador y alcaldes del Cesar, en las próximas elecciones.

Seguramente, la UN empezará ofertando especializaciones y maestrías en la obra de mármol y pasadizos de oro, pero queda la impronta que aquí en Valledupar, desde hace más de 20 años, la UN en convenio con la Universidad Popular del Cesar graduaron a cientos de especialistas. Entonces, ¿para qué construir esa mole tan ostentosa, para ofertar solo posgrados? ¿Por qué no se invirtieron en la UPC?

Lo más triste es que la UN en sus 150 años de fundada alberga menos de 50 mil estudiantes en pregrado y posgrados, pero recibe más de un billón de pesos de presupuesto, mientras que la UPC (también de carácter nacional) solo recibe $70 mil millones de presupuesto y tiene ya 20 mil estudiantes, aproximadamente, en solo 40 años de existencia. Hasta la próxima semana.

Aquilino Cotes Zuleta [email protected] @tiochiro.