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Las huellas de los 'falsos positivos' - 30 agosto, 2022

La masacre de 18 muertos que camuflaron como el ‘mayor éxito’ operacional en el Cesar

Se trató de varios paramilitares que, al parecer, por un engaño o error fueron asesinados por el Ejército para ser presentados como miembros del ELN. 

Los muertos fueron exhibidos como resultados ante los medios de comunicación.
Los muertos fueron exhibidos como resultados ante los medios de comunicación.

Todos tenían conocimiento del punto exacto donde los encontrarían. De ahí que el pelotón Zarpazo mediante la misión táctica ‘Tormenta Dos’ llegara disparando en contra de los paramilitares que se encontraban en la finca El Socorro ubicada en área rural del municipio de Bosconia, Cesar. 

Los disparos de fusiles impactaron de manera sorpresiva en algunos de ellos, pero estos también estaban provistos de armas con las que alcanzaron en un corto tiempo a responder el ataque. 

En el enfrentamiento, los soldados alcanzaron un mayor número de ‘bajas’ ese 27 de octubre del año 2002, mientras estaban dirigidos por el oficial de inteligencia y operaciones del Batallón La Popa, el mayor José Pastor Ruiz Mahecha. Como resultado inmediato habrían logrado la muerte de por lo menos la mitad de las 18 personas que se encontraban en el lugar. 

Capturamos nosotros nueve paracos, los capturamos, se entregaron. Cuando él recibió, ya que se acabó el combate; él recibió una llamada [se refiere a Ruiz Mahecha], pero no sé quién lo llamó ni nada. Pero cuando él nos dio la orden, al soldado Chinchilla, al soldado Jurado, a mi persona y al soldado Cano que asesináramos a las nueve personas y las matamos (sic)”, recordó el exsoldado Yeris Andrés Gómez Coronel, en una versión libre entregada el 22 de noviembre de 2018.

Pero antes de matarlos los dividieron en grupos de tres dirigidos por distintos soldados con el objetivo de cumplir la orden presuntamente dada por el superior Ruiz Mahecha. 

EL PILÓN el 28 de octubre de 2002 dedicó su portada al resultado del operativo.  

EL RESULTADO Y LA PRENSA 

Después el sargento primero Efraín Andrade recomendó en aquella oportunidad al comandante del Batallón La Popa, teniente coronel Publio Hernán Mejía, de presentar el resultado como bajas del grupo guerrillero del ELN, tal como lo hicieron. 

El resultado se mostró ante la sociedad y los medios de comunicación como el mayor éxito operacional en la zona por el número de bajas logradas en un solo combate.

No obstante, pese a que la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, determinó que fueron 18 los muertos en referencia a que encontró el mismo número de actas de levantamiento de cadáver, el Ejército mostró el resultado de 19 bajas en combate. 

El 28 de octubre del año 2002 EL PILÓN registró la noticia. En esta el resultado lo entregó el entonces comandante general del Ejército, Carlos Alberto Ospina, quien catalogó el operativo como un ‘golpe’ contundente a la cuadrilla 6 del ELN.

El alto oficial explicó que el grupo eliminado fue el responsable de atacar a dos patrullas del DAS (el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad) que iban hacia Santa Marta a reforzar la seguridad del presidente Álvaro Uribe.

Meses después los destacados oficiales, suboficiales y soldados participantes en el operativo se postularon para ser trasladados a la península del Sinaí, consiguiendo la mayoría una respuesta favorable por parte de Mejía Gutiérrez. 

LA OTRA CARA DE LA MONEDA

Sin embargo, años después aquel gigantesco operativo comenzó a venirse abajo con la declaración de los exparamilitares que revelaron la aparente verdad sobre lo sucedido. 

Jhon Jairo Hernández Sánchez, alias Daniel Centella, en declaración rendida ante la Fiscalía 14 Especializada de Bogotá señaló que las víctimas eran miembros de las AUC que fueron emboscados y asesinados por el batallón tras ser entregados por los mismos paramilitares.  

Afirmó que entre los fallecidos estaban alias 90, una muchacha que recién había alumbrado un bebé, alias el Muñeco y otras que conocía solo de cara. 

(…) eran personas que yo ya había conocido y que fueron personas sacadas de diferentes grupos y se agregaron a eso para el positivo ese, inclusive yo estuve presente cuando llegaron a buscar los brazaletes identificados con las letras del ELN… fueron los brazaletes que se les pusieron a los muchachos donde aparecieron dados de baja como miembros del ELN… esas personas fueron seleccionadas porque había unos que eran viciosos y otros que hacían cosas indebidas… fueron acribilladas…(sic)”, aseveró alias Daniel Centella. 

Agregó que el armamento incautado fue devuelto por el que era comandante del Batallón La Popa, Publio Hernán Mejía a los paramilitares. 

El Ejército al entregar el resultado dio las identidades de la mayoría de los muertos que fueron registrados por EL PILÓN. 

OTRA VERSIÓN: ‘SE TRATÓ DE UN ERROR’

El antiguo líder paramilitar Luis Francisco Robles, alias Amaury, quien dirigió aquel grupo antes de morir, aclaró que cuatro de las víctimas sí hacían parte del ELN y que fueron asesinados por ellos antes de que llegara el Ejército.

Teníamos información que la guerrilla había hecho un retén la parte de abajo y había golpeado a un personal del DAS, el grupo urbano de Bosconia tenía la comunicación con la parte del Estado ya sea Policía y todas las tropas que estaban en el área, ellos me dieron el aval para sacar un grupo, saqué un grupo de 20 hombres, los que andaban conmigo, mi seguridad, porque me dijeron que en esa hacienda habían aproximadamente unos 4 ó 5 guerrilleros que estaban en el sector, precisamente en esa hacienda, la información era que le habían dejado para una fecha específica lo que era unas ollas, dinero y víveres en ese sector (sic)”, aseguró ‘Amaury’ en una audiencia del 27 de octubre de 2010, documentada en la sentencia del Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Bogotá. 

Explicó que con su hombre de confianza alias 90 se había acordado que los cuatro elenos muertos, entre esos una mujer y tres hombres, serían entregados al Ejército como ‘positivo’, pero que hubo un error de coordinación entre ambas partes y los miembros del Batallón La Popa entraron disparando, acabando con la vida de sus hombres. 

Señaló que incluso llegaron por radio a informar al Ejército que cesara el fuego para que supiera que había paramilitares, pero la persona que contestó por parte de las Fuerzas Militares dijo que ya no podía hacer nada porque tenía a tres soldados heridos. 

EL DUEÑO DE LA FINCA 

El propietario de la hacienda El Socorro, José Muñiz, también declaró el 19 de mayo del año 2010 en el marco de la investigación. 

Muñiz aseguró que para esa época estaba en Estados Unidos y el hijo mayor lo llamó para decirle que a la hacienda habían llegado cuatro hombres armados exigiendo vacuna. Agregó que los hombres duraron de 10 a 12 días matando un carnero diario, motivo por el que dio la orden a su hijo de buscar prestado más de tres millones para que se los entregara a los sujetos y se fueran. 

Yo corté mis vacaciones y me vine para atender la situación, entonces me dirigí al comando de la brigada en ese entonces el comandante Gabriel Díaz Ortiz, me presenté le mostré la carta que me habían dejado y puse en conocimiento la situación que estaba pasando. Entonces él en presencia mía llamó el Coronel HERNÁN MEJÍA comandante del Batallón La Popa y le dio información y le pidió que me colaborara (sic)”, reza la declaración. 

El ganadero precisó también que a los ocho días regresaron los hombres por el resto de la vacuna y que tres días después aparecieron otros con el brazalete del ELN que intimidaron a un empleado. Sin embargo, al llegar a un sitio de la finca se encontraron con el Ejército y los empleados escucharon disparos. 

El excoronel Publio Hernán Mejía se declaró inocente de los hechos. 

LAS VÍCTIMAS 

A los muertos los identificaron como Juan Manuel Velilla, José Gregorio Vargas, Arlex Andrés Tijano, Mader Rubio, Armando Rafael Morales Pérez, Carlos Arturo Montes, Orlando Enrique Insignares, Aldemar José García, Adalberto Fuentes, Walber Nell Domínguez, Antonio Carrillo, Corpus Carlos Carrero, Sergio Antonio Brugués, Carlos Jaime Amarís, tres hombres no identificados y una mujer no identificada. 

De acuerdo a lo documentado por la justicia ordinaria y la JEP el resultado sería producto de una información que había obtenido con antelación el dirigente del batallón. 

“(…) en alianza con agentes al margen de la ley se simuló un enfrentamiento con miembros del ELN, cuando ocurrió cosa distinta, pues lo que en verdad aconteció no fue más que el aprovechamiento de la situación desprevenida a unos cuantos miembros de las AUC, ello, en una colaboración armónica con la comandancia del Batallón La popa (…) No se presenta otra cosa que el uso innecesario, irresponsable y desmedido de las armas, bajo un actuar abyecto y con la finalidad fútil de sumar bajas en combate (…)”, concluyó una sentencia de la justicia ordinaria recogida por la JEP. 

Asimismo, la Jurisdicción Especial para la Paz concluyó que los militares solamente buscaban mejorar la percepción de seguridad. 

Es importante aclarar que la Sala no encontró razones para entender que estos asesinatos fuera de combate supusieran un impacto en la lucha contra la guerrilla, o que las víctimas fueran efectivamente miembros o colaboradores de las guerrillas. Sí pudo determinar que los falsos resultados operacionales contribuyeron a mejorar la percepción local de seguridad”, indicó en un auto. 

LOS INVOLUCRADOS 

Las irregularidades del operativo las reconocieron ante la JEP los exmilitares Manuel Valentín Padilla y Yeris Andrés Gómez. El excoronel Publio Hernán Mejía se ha declarado inocente de los hechos. 

Por Marllelys Salinas / EL PILÓN 

[email protected] 

Las huellas de los 'falsos positivos'
30 agosto, 2022

La masacre de 18 muertos que camuflaron como el ‘mayor éxito’ operacional en el Cesar

Se trató de varios paramilitares que, al parecer, por un engaño o error fueron asesinados por el Ejército para ser presentados como miembros del ELN. 


Los muertos fueron exhibidos como resultados ante los medios de comunicación.
Los muertos fueron exhibidos como resultados ante los medios de comunicación.

Todos tenían conocimiento del punto exacto donde los encontrarían. De ahí que el pelotón Zarpazo mediante la misión táctica ‘Tormenta Dos’ llegara disparando en contra de los paramilitares que se encontraban en la finca El Socorro ubicada en área rural del municipio de Bosconia, Cesar. 

Los disparos de fusiles impactaron de manera sorpresiva en algunos de ellos, pero estos también estaban provistos de armas con las que alcanzaron en un corto tiempo a responder el ataque. 

En el enfrentamiento, los soldados alcanzaron un mayor número de ‘bajas’ ese 27 de octubre del año 2002, mientras estaban dirigidos por el oficial de inteligencia y operaciones del Batallón La Popa, el mayor José Pastor Ruiz Mahecha. Como resultado inmediato habrían logrado la muerte de por lo menos la mitad de las 18 personas que se encontraban en el lugar. 

Capturamos nosotros nueve paracos, los capturamos, se entregaron. Cuando él recibió, ya que se acabó el combate; él recibió una llamada [se refiere a Ruiz Mahecha], pero no sé quién lo llamó ni nada. Pero cuando él nos dio la orden, al soldado Chinchilla, al soldado Jurado, a mi persona y al soldado Cano que asesináramos a las nueve personas y las matamos (sic)”, recordó el exsoldado Yeris Andrés Gómez Coronel, en una versión libre entregada el 22 de noviembre de 2018.

Pero antes de matarlos los dividieron en grupos de tres dirigidos por distintos soldados con el objetivo de cumplir la orden presuntamente dada por el superior Ruiz Mahecha. 

EL PILÓN el 28 de octubre de 2002 dedicó su portada al resultado del operativo.  

EL RESULTADO Y LA PRENSA 

Después el sargento primero Efraín Andrade recomendó en aquella oportunidad al comandante del Batallón La Popa, teniente coronel Publio Hernán Mejía, de presentar el resultado como bajas del grupo guerrillero del ELN, tal como lo hicieron. 

El resultado se mostró ante la sociedad y los medios de comunicación como el mayor éxito operacional en la zona por el número de bajas logradas en un solo combate.

No obstante, pese a que la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, determinó que fueron 18 los muertos en referencia a que encontró el mismo número de actas de levantamiento de cadáver, el Ejército mostró el resultado de 19 bajas en combate. 

El 28 de octubre del año 2002 EL PILÓN registró la noticia. En esta el resultado lo entregó el entonces comandante general del Ejército, Carlos Alberto Ospina, quien catalogó el operativo como un ‘golpe’ contundente a la cuadrilla 6 del ELN.

El alto oficial explicó que el grupo eliminado fue el responsable de atacar a dos patrullas del DAS (el desaparecido Departamento Administrativo de Seguridad) que iban hacia Santa Marta a reforzar la seguridad del presidente Álvaro Uribe.

Meses después los destacados oficiales, suboficiales y soldados participantes en el operativo se postularon para ser trasladados a la península del Sinaí, consiguiendo la mayoría una respuesta favorable por parte de Mejía Gutiérrez. 

LA OTRA CARA DE LA MONEDA

Sin embargo, años después aquel gigantesco operativo comenzó a venirse abajo con la declaración de los exparamilitares que revelaron la aparente verdad sobre lo sucedido. 

Jhon Jairo Hernández Sánchez, alias Daniel Centella, en declaración rendida ante la Fiscalía 14 Especializada de Bogotá señaló que las víctimas eran miembros de las AUC que fueron emboscados y asesinados por el batallón tras ser entregados por los mismos paramilitares.  

Afirmó que entre los fallecidos estaban alias 90, una muchacha que recién había alumbrado un bebé, alias el Muñeco y otras que conocía solo de cara. 

(…) eran personas que yo ya había conocido y que fueron personas sacadas de diferentes grupos y se agregaron a eso para el positivo ese, inclusive yo estuve presente cuando llegaron a buscar los brazaletes identificados con las letras del ELN… fueron los brazaletes que se les pusieron a los muchachos donde aparecieron dados de baja como miembros del ELN… esas personas fueron seleccionadas porque había unos que eran viciosos y otros que hacían cosas indebidas… fueron acribilladas…(sic)”, aseveró alias Daniel Centella. 

Agregó que el armamento incautado fue devuelto por el que era comandante del Batallón La Popa, Publio Hernán Mejía a los paramilitares. 

El Ejército al entregar el resultado dio las identidades de la mayoría de los muertos que fueron registrados por EL PILÓN. 

OTRA VERSIÓN: ‘SE TRATÓ DE UN ERROR’

El antiguo líder paramilitar Luis Francisco Robles, alias Amaury, quien dirigió aquel grupo antes de morir, aclaró que cuatro de las víctimas sí hacían parte del ELN y que fueron asesinados por ellos antes de que llegara el Ejército.

Teníamos información que la guerrilla había hecho un retén la parte de abajo y había golpeado a un personal del DAS, el grupo urbano de Bosconia tenía la comunicación con la parte del Estado ya sea Policía y todas las tropas que estaban en el área, ellos me dieron el aval para sacar un grupo, saqué un grupo de 20 hombres, los que andaban conmigo, mi seguridad, porque me dijeron que en esa hacienda habían aproximadamente unos 4 ó 5 guerrilleros que estaban en el sector, precisamente en esa hacienda, la información era que le habían dejado para una fecha específica lo que era unas ollas, dinero y víveres en ese sector (sic)”, aseguró ‘Amaury’ en una audiencia del 27 de octubre de 2010, documentada en la sentencia del Juzgado Cuarto Penal del Circuito de Bogotá. 

Explicó que con su hombre de confianza alias 90 se había acordado que los cuatro elenos muertos, entre esos una mujer y tres hombres, serían entregados al Ejército como ‘positivo’, pero que hubo un error de coordinación entre ambas partes y los miembros del Batallón La Popa entraron disparando, acabando con la vida de sus hombres. 

Señaló que incluso llegaron por radio a informar al Ejército que cesara el fuego para que supiera que había paramilitares, pero la persona que contestó por parte de las Fuerzas Militares dijo que ya no podía hacer nada porque tenía a tres soldados heridos. 

EL DUEÑO DE LA FINCA 

El propietario de la hacienda El Socorro, José Muñiz, también declaró el 19 de mayo del año 2010 en el marco de la investigación. 

Muñiz aseguró que para esa época estaba en Estados Unidos y el hijo mayor lo llamó para decirle que a la hacienda habían llegado cuatro hombres armados exigiendo vacuna. Agregó que los hombres duraron de 10 a 12 días matando un carnero diario, motivo por el que dio la orden a su hijo de buscar prestado más de tres millones para que se los entregara a los sujetos y se fueran. 

Yo corté mis vacaciones y me vine para atender la situación, entonces me dirigí al comando de la brigada en ese entonces el comandante Gabriel Díaz Ortiz, me presenté le mostré la carta que me habían dejado y puse en conocimiento la situación que estaba pasando. Entonces él en presencia mía llamó el Coronel HERNÁN MEJÍA comandante del Batallón La Popa y le dio información y le pidió que me colaborara (sic)”, reza la declaración. 

El ganadero precisó también que a los ocho días regresaron los hombres por el resto de la vacuna y que tres días después aparecieron otros con el brazalete del ELN que intimidaron a un empleado. Sin embargo, al llegar a un sitio de la finca se encontraron con el Ejército y los empleados escucharon disparos. 

El excoronel Publio Hernán Mejía se declaró inocente de los hechos. 

LAS VÍCTIMAS 

A los muertos los identificaron como Juan Manuel Velilla, José Gregorio Vargas, Arlex Andrés Tijano, Mader Rubio, Armando Rafael Morales Pérez, Carlos Arturo Montes, Orlando Enrique Insignares, Aldemar José García, Adalberto Fuentes, Walber Nell Domínguez, Antonio Carrillo, Corpus Carlos Carrero, Sergio Antonio Brugués, Carlos Jaime Amarís, tres hombres no identificados y una mujer no identificada. 

De acuerdo a lo documentado por la justicia ordinaria y la JEP el resultado sería producto de una información que había obtenido con antelación el dirigente del batallón. 

“(…) en alianza con agentes al margen de la ley se simuló un enfrentamiento con miembros del ELN, cuando ocurrió cosa distinta, pues lo que en verdad aconteció no fue más que el aprovechamiento de la situación desprevenida a unos cuantos miembros de las AUC, ello, en una colaboración armónica con la comandancia del Batallón La popa (…) No se presenta otra cosa que el uso innecesario, irresponsable y desmedido de las armas, bajo un actuar abyecto y con la finalidad fútil de sumar bajas en combate (…)”, concluyó una sentencia de la justicia ordinaria recogida por la JEP. 

Asimismo, la Jurisdicción Especial para la Paz concluyó que los militares solamente buscaban mejorar la percepción de seguridad. 

Es importante aclarar que la Sala no encontró razones para entender que estos asesinatos fuera de combate supusieran un impacto en la lucha contra la guerrilla, o que las víctimas fueran efectivamente miembros o colaboradores de las guerrillas. Sí pudo determinar que los falsos resultados operacionales contribuyeron a mejorar la percepción local de seguridad”, indicó en un auto. 

LOS INVOLUCRADOS 

Las irregularidades del operativo las reconocieron ante la JEP los exmilitares Manuel Valentín Padilla y Yeris Andrés Gómez. El excoronel Publio Hernán Mejía se ha declarado inocente de los hechos. 

Por Marllelys Salinas / EL PILÓN 

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