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Columnista - 18 septiembre, 2017

La hora de la economía naranja

La economía Naranja es un conjunto de políticas que promueven la cultura y el arte como aporte al desarrollo, debido al impacto económico que generan sus expresiones y derivan en turismo, como valor agregado que mueve economías en el mundo, España y México son modelos exitosos. Un ejemplo claro de economía Naranja es el Festival […]

La economía Naranja es un conjunto de políticas que promueven la cultura y el arte como aporte al desarrollo, debido al impacto económico que generan sus expresiones y derivan en turismo, como valor agregado que mueve economías en el mundo, España y México son modelos exitosos.

Un ejemplo claro de economía Naranja es el Festival de la Leyenda Vallenata, generador de muchos dividendos a la economía de Valledupar, con base en el folclor; Consuelo Araujo logró, con sus influencias, inversión para un coliseo y cambiarle la cara al evento, para ser sinceros, le dio otra dimensión, un carácter intencional y lo disparó para volverse mucho más atractivo, La Cacica lo hizo porque quería impulsar el vallenato y porque estaba su fundación de por medio. Pero a pesar de que este patrón de economía naranja funcionó, los mandatarios locales no replicaron nada y, peor, abandonaron el tema, como si la cultura fuera relleno, no entienden que las cosas no se hacen solas y que se requiere gestión, planeación e inversión en infraestructura; además de una agenda de eventos, creada escuchando a los sectores.

Otros aliados que no se pueden hacer los desentendidos son los amigos de la empresa privada, Comfacesar, Drummond, DPA, Cámara de Comercio y muchas más empresas, deben ajustar sus presupuestos para lograr un equilibrio en la inversión de recursos y ser dinamizadores de la economía naranja, nos conviene a todos. Valledupar no puede seguir improvisando en temas de cultura, si por la Alcaldía llueve, en la Gobernación no escampa, ya está bueno de que hagamos algo por encender ese motor que, junto al turismo, es el futuro de la región; increíble que los dirigentes de la ciudad piensen primero en un coliseo para vacas que en un teatro para las artes, desde esa perspectiva política es muy difícil y demuestra que no saben, ni sienten la cultura, y desconocen lo que genera una industria cultural bien organizada para mostrarle al mundo nuestra mejor cara; turismo y cultura, es la fórmula a la que le apuestan hoy los turistas y nosotros, somos afortunados pero no lo aprovechamos.

La Fundación AVIVA debió cancelar el evento de poesía cantada porque llovió, si se contara con un escenario acorde, no pasa esto, todo el mundo disfruta y se mueve la economía, se requiere impulsar un instituto como Idarte, que existe en Bogotá y lidera las políticas públicas del sector con mucho éxito, con gente competente, alejada de la corrupción y la politiquería.

Hoy está en Valledupar el candidato presidencial Iván Duque, uno de los abanderados de la economía naranja, hay que exigirle que manifieste puntalmente a qué se compromete como presidente, ¿Qué hará con el minúsculo presupuesto del Ministerio de Cultura? En cuanto a Valledupar se refiere, se necesita un teatro, un museo, un Centro de Convenciones, eventos como la feria del libro, festivales de artes, ojalá la nueva camada de candidatos interprete el valor cultural que deben promover y se dediquen a lo que toca, porque de lo contrario, estamos condenados a promocionarnos solo con fotos en las redes sociales.

@JACOBOSOLANOC

Por Jacobo Solano C.

 

Columnista
18 septiembre, 2017

La hora de la economía naranja

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
El Pilón

La economía Naranja es un conjunto de políticas que promueven la cultura y el arte como aporte al desarrollo, debido al impacto económico que generan sus expresiones y derivan en turismo, como valor agregado que mueve economías en el mundo, España y México son modelos exitosos. Un ejemplo claro de economía Naranja es el Festival […]


La economía Naranja es un conjunto de políticas que promueven la cultura y el arte como aporte al desarrollo, debido al impacto económico que generan sus expresiones y derivan en turismo, como valor agregado que mueve economías en el mundo, España y México son modelos exitosos.

Un ejemplo claro de economía Naranja es el Festival de la Leyenda Vallenata, generador de muchos dividendos a la economía de Valledupar, con base en el folclor; Consuelo Araujo logró, con sus influencias, inversión para un coliseo y cambiarle la cara al evento, para ser sinceros, le dio otra dimensión, un carácter intencional y lo disparó para volverse mucho más atractivo, La Cacica lo hizo porque quería impulsar el vallenato y porque estaba su fundación de por medio. Pero a pesar de que este patrón de economía naranja funcionó, los mandatarios locales no replicaron nada y, peor, abandonaron el tema, como si la cultura fuera relleno, no entienden que las cosas no se hacen solas y que se requiere gestión, planeación e inversión en infraestructura; además de una agenda de eventos, creada escuchando a los sectores.

Otros aliados que no se pueden hacer los desentendidos son los amigos de la empresa privada, Comfacesar, Drummond, DPA, Cámara de Comercio y muchas más empresas, deben ajustar sus presupuestos para lograr un equilibrio en la inversión de recursos y ser dinamizadores de la economía naranja, nos conviene a todos. Valledupar no puede seguir improvisando en temas de cultura, si por la Alcaldía llueve, en la Gobernación no escampa, ya está bueno de que hagamos algo por encender ese motor que, junto al turismo, es el futuro de la región; increíble que los dirigentes de la ciudad piensen primero en un coliseo para vacas que en un teatro para las artes, desde esa perspectiva política es muy difícil y demuestra que no saben, ni sienten la cultura, y desconocen lo que genera una industria cultural bien organizada para mostrarle al mundo nuestra mejor cara; turismo y cultura, es la fórmula a la que le apuestan hoy los turistas y nosotros, somos afortunados pero no lo aprovechamos.

La Fundación AVIVA debió cancelar el evento de poesía cantada porque llovió, si se contara con un escenario acorde, no pasa esto, todo el mundo disfruta y se mueve la economía, se requiere impulsar un instituto como Idarte, que existe en Bogotá y lidera las políticas públicas del sector con mucho éxito, con gente competente, alejada de la corrupción y la politiquería.

Hoy está en Valledupar el candidato presidencial Iván Duque, uno de los abanderados de la economía naranja, hay que exigirle que manifieste puntalmente a qué se compromete como presidente, ¿Qué hará con el minúsculo presupuesto del Ministerio de Cultura? En cuanto a Valledupar se refiere, se necesita un teatro, un museo, un Centro de Convenciones, eventos como la feria del libro, festivales de artes, ojalá la nueva camada de candidatos interprete el valor cultural que deben promover y se dediquen a lo que toca, porque de lo contrario, estamos condenados a promocionarnos solo con fotos en las redes sociales.

@JACOBOSOLANOC

Por Jacobo Solano C.