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Columnista - 26 enero, 2025

La heroína Loperena, símbolo de la vallenatía

La historia de los pueblos se conoce cuando aparecen personajes que superan la tradición oral y se encargan de registrar los hechos memorables a través de la escritura.

Columnistas José Atuesta Mindiola.
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La guitarra en manos de la trova juglaresca española acompañaba al conquistador en el tiempo de descanso, porque la música era la mejor manera para iluminar el silencio de la noche y celebrar la victoria por las tierras conquistadas. Pero en aquel glorioso día, 4 de febrero de 1813, cuando María Concepción Loperena Ustáriz de Fernández de Castro redacta y lee el acta de la independencia del Valle de Upar en el Cabildo de Justicia y Regimiento de esta ciudad, el júbilo por el magnífico acontecimiento se prolonga hasta altas horas de la noche y las guitarras sonaron acompañando las coplas libertarias.

Esa noche, las melodías de cuerdas tenían la frescura de las brisas del río que pasaba muy cerca del Cabildo, y en las flores de los cañaguates de la plaza quedaron impregnados los primeros versos de cantores del Valle de Upar. Nadie le cantó un verso al guerrero invasor ni a los reyes de España. El espíritu independentista era el motivo del canto y en la memoria del viento siguen sonando aquellos versos que despertaron la magia musical de esta tierra. Ese acontecimiento histórico que va a cumplir 212 años, permanece casi olvidado. En una calle de Valledupar se observa un gigante monumento en honor al conquistador, pero a la heroína pocos la recuerdan.

La historia de los pueblos se conoce cuando aparecen personajes que superan la tradición oral y se encargan de registrar los hechos memorables a través de la escritura. Los historiadores del Cesar surgidos a mitad del siglo XX han resucitado a nuestra heroína, y a través de su figura emblemática se ha cimentado parte de la identidad vallenata. El doctor Pedro Castro Trespalacios, uno de los precursores del estudio de la historia regional, en su libro ‘Aborígenes cesarenses e Independencia de Valle de Upar’, rescata a la heroína vallenata Maria Concepción Loperena (1775-1835) y sus aportes a la causa independentista.

El libro mencionado registra algunos referentes que resaltan la trascendencia de La Loperena, entre ellos: la Ley 3 de 1883 de la Asamblea Legislativa del Estado Soberano del Magdalena, que en su artículo primero honra la memoria y reconoce los eminentes servicios que La Loperena rindió a la causa de la independencia americana.

El Congreso de Colombia, mediante la Ley 43 de 1963, se asocia a la celebración del sesquicentenario de la Independencia de Valledupar. Antes, a través de la Ley 95 de 1940, en homenaje a la heroína había creado el colegio Nacional Loperena, y dice en su artículo 1°. La Nación se asocia a la celebración del cuarto centenario de la fundación de la ciudad del Valle de Upar, en el departamento del Magdalena, que tendrá lugar el primero de octubre de 1944. (Es decir, que todavía en esta fecha se exaltaba la primera fundación realizada por Francisco Salguero (1 de octubre de 1544).

El Concejo Municipal aprobó el Acuerdo 002 del 14 de febrero de 2004, que reconoce esta fecha, y en sus cuatro primeros artículos determina: Institucionalizar el 4 de febrero como fecha histórica para el municipio de Valledupar. Izar la bandera del municipio en todos los establecimientos públicos, especialmente en los colegios. Ordenar a la Secretaría de Educación Municipal realizar la investigación y la compilación de todos los datos históricos de la ciudad de Valledupar y la zona corregimental. Incluir en los programas de historia en los colegios del Municipio, la enseñanza de la Cátedra de la Historia Regional Local.

Lo cierto es que el nombre de María Concepción Loperena es un símbolo de la vallenatía; pero aún no se le ha dado cumplimiento cabal al Acuerdo. La Secretaría de Educación Municipal, la Oficina de Cultura, los rectores y docentes deben liderar los eventos cívicos y académicos de esta fecha memorable, porque celebrar la libertad de un pueblo es honrar la dignidad y fortalecer el sentido de pertenencia.

Por José Atuesta Mindiola

Columnista
26 enero, 2025

La heroína Loperena, símbolo de la vallenatía

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

La historia de los pueblos se conoce cuando aparecen personajes que superan la tradición oral y se encargan de registrar los hechos memorables a través de la escritura.


Columnistas José Atuesta Mindiola.
Columnistas José Atuesta Mindiola.

La guitarra en manos de la trova juglaresca española acompañaba al conquistador en el tiempo de descanso, porque la música era la mejor manera para iluminar el silencio de la noche y celebrar la victoria por las tierras conquistadas. Pero en aquel glorioso día, 4 de febrero de 1813, cuando María Concepción Loperena Ustáriz de Fernández de Castro redacta y lee el acta de la independencia del Valle de Upar en el Cabildo de Justicia y Regimiento de esta ciudad, el júbilo por el magnífico acontecimiento se prolonga hasta altas horas de la noche y las guitarras sonaron acompañando las coplas libertarias.

Esa noche, las melodías de cuerdas tenían la frescura de las brisas del río que pasaba muy cerca del Cabildo, y en las flores de los cañaguates de la plaza quedaron impregnados los primeros versos de cantores del Valle de Upar. Nadie le cantó un verso al guerrero invasor ni a los reyes de España. El espíritu independentista era el motivo del canto y en la memoria del viento siguen sonando aquellos versos que despertaron la magia musical de esta tierra. Ese acontecimiento histórico que va a cumplir 212 años, permanece casi olvidado. En una calle de Valledupar se observa un gigante monumento en honor al conquistador, pero a la heroína pocos la recuerdan.

La historia de los pueblos se conoce cuando aparecen personajes que superan la tradición oral y se encargan de registrar los hechos memorables a través de la escritura. Los historiadores del Cesar surgidos a mitad del siglo XX han resucitado a nuestra heroína, y a través de su figura emblemática se ha cimentado parte de la identidad vallenata. El doctor Pedro Castro Trespalacios, uno de los precursores del estudio de la historia regional, en su libro ‘Aborígenes cesarenses e Independencia de Valle de Upar’, rescata a la heroína vallenata Maria Concepción Loperena (1775-1835) y sus aportes a la causa independentista.

El libro mencionado registra algunos referentes que resaltan la trascendencia de La Loperena, entre ellos: la Ley 3 de 1883 de la Asamblea Legislativa del Estado Soberano del Magdalena, que en su artículo primero honra la memoria y reconoce los eminentes servicios que La Loperena rindió a la causa de la independencia americana.

El Congreso de Colombia, mediante la Ley 43 de 1963, se asocia a la celebración del sesquicentenario de la Independencia de Valledupar. Antes, a través de la Ley 95 de 1940, en homenaje a la heroína había creado el colegio Nacional Loperena, y dice en su artículo 1°. La Nación se asocia a la celebración del cuarto centenario de la fundación de la ciudad del Valle de Upar, en el departamento del Magdalena, que tendrá lugar el primero de octubre de 1944. (Es decir, que todavía en esta fecha se exaltaba la primera fundación realizada por Francisco Salguero (1 de octubre de 1544).

El Concejo Municipal aprobó el Acuerdo 002 del 14 de febrero de 2004, que reconoce esta fecha, y en sus cuatro primeros artículos determina: Institucionalizar el 4 de febrero como fecha histórica para el municipio de Valledupar. Izar la bandera del municipio en todos los establecimientos públicos, especialmente en los colegios. Ordenar a la Secretaría de Educación Municipal realizar la investigación y la compilación de todos los datos históricos de la ciudad de Valledupar y la zona corregimental. Incluir en los programas de historia en los colegios del Municipio, la enseñanza de la Cátedra de la Historia Regional Local.

Lo cierto es que el nombre de María Concepción Loperena es un símbolo de la vallenatía; pero aún no se le ha dado cumplimiento cabal al Acuerdo. La Secretaría de Educación Municipal, la Oficina de Cultura, los rectores y docentes deben liderar los eventos cívicos y académicos de esta fecha memorable, porque celebrar la libertad de un pueblo es honrar la dignidad y fortalecer el sentido de pertenencia.

Por José Atuesta Mindiola