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Editorial - 24 julio, 2020

La esperanza del café en el Cesar es amarilla

Pese a las oposiciones y los cuestionamientos sobre el uso del primer banco de maquinarias contratado por la Gobernación del Cesar, en su segundo mandato el gobernador Luis Alberto Monsalvo renovó su apuesta de maquinaria amarilla con una inversión de $13.000 millones. Monsalvo cree que la maquinaria amarilla es la solución ágil y pronta para que miles de campesinos del Cesar puedan sacar sus cosechas y ser más productivos.

Pese a las oposiciones y los cuestionamientos sobre el uso del primer banco de maquinarias contratado por la Gobernación del Cesar, en su segundo mandato el gobernador Luis Alberto Monsalvo renovó su apuesta de maquinaria amarilla con una inversión de $13.000 millones. Monsalvo cree que la maquinaria amarilla es la solución ágil y pronta para que miles de campesinos del Cesar puedan sacar sus cosechas y ser más productivos.

Los cafeteros comparten su visión. Por eso, desde hace varios días levantaron el clamor para que la Gobernación del Cesar intervenga las rutas necesarias para sacar la cosecha de café que inicia el próximo mes de septiembre y que iría hasta febrero del año próximo, generando recursos por más de $80.000 millones, según líderes del gremio.

El llamado es de urgencia.  Es lamentable el estado de las vías, trochas en realidad, por las que muchos caficultores deben transitar para comercializar su producción. No solo arriesgan el trabajo de meses, sino su vida, enfrentando barrancos y huecos a mula y en carro.

Pero los caficultores no están de manos cruzadas.  Además de pedir la ayuda gubernamental, se organizan, con machete y pala en mano, para habilitar las trochas destruidas por las lluvias y la maleza.  Pero esa no es la fórmula de la productividad.  El Estado, representado en esta ocasión por la Gobernación del Cesar y las alcaldías de los municipios cafeteros, deben brindar las condiciones para que las casi 10.000 familias que viven del café puedan sacar sus cosechas sin pérdidas económicas.

La inversión se hizo.  La Asamblea del Cesar aprobó la renovación del banco de maquinarias amarillas.  La inversión ya dio los primeros resultados en municipios como Astrea.  No obstante, este llamado respetuoso y público, pero enérgico de los abnegados cafeteros podría definir la pertinencia de dicha inversión.

La buena noticia es que ya hay negociaciones con el gremio  para que estos sean los encargados de liderar la operatividad de la maquinaria.  El deseo es que esa negociación llegue a buen término y, sobre todo, sea ágil por las lluvias.  También han estructurado proyectos, a través del comité Cesar- Guajira, para los  PDET de construcción y mejoramiento para fuentes como el OCAD paz o el INVIAS. Acá se pide el mantenimiento de las existentes.  

Gobernador: no hay mejor oportunidad para demostrar que la apuesta por el banco de maquinarias fue la decisión correcta.  Las vías rurales son una deuda social.  Paguemos las primeras cuotas con los caficultores. 

Ellos vienen haciendo un esfuerzo: en sus propios cultivos se acercan a las 22 bultos por hectárea que es el promedio nacional, pero aunque estén por debajo logran un mejor producto por su condición suave y ambiental. Y están desarrollando un importante convenio con la gobernación que lo hará más diferenciado y atractivo con los productos.

Y que sea el Plan Vial Departamental, el inicio de la transformación rural y la reactivación económica que demanda el departamento ante la crisis de los commodities.

Los cafeteros son grandes aliados, hoy desarrollan un importante renglón de la economía.

Editorial
24 julio, 2020

La esperanza del café en el Cesar es amarilla

Pese a las oposiciones y los cuestionamientos sobre el uso del primer banco de maquinarias contratado por la Gobernación del Cesar, en su segundo mandato el gobernador Luis Alberto Monsalvo renovó su apuesta de maquinaria amarilla con una inversión de $13.000 millones. Monsalvo cree que la maquinaria amarilla es la solución ágil y pronta para que miles de campesinos del Cesar puedan sacar sus cosechas y ser más productivos.


Pese a las oposiciones y los cuestionamientos sobre el uso del primer banco de maquinarias contratado por la Gobernación del Cesar, en su segundo mandato el gobernador Luis Alberto Monsalvo renovó su apuesta de maquinaria amarilla con una inversión de $13.000 millones. Monsalvo cree que la maquinaria amarilla es la solución ágil y pronta para que miles de campesinos del Cesar puedan sacar sus cosechas y ser más productivos.

Los cafeteros comparten su visión. Por eso, desde hace varios días levantaron el clamor para que la Gobernación del Cesar intervenga las rutas necesarias para sacar la cosecha de café que inicia el próximo mes de septiembre y que iría hasta febrero del año próximo, generando recursos por más de $80.000 millones, según líderes del gremio.

El llamado es de urgencia.  Es lamentable el estado de las vías, trochas en realidad, por las que muchos caficultores deben transitar para comercializar su producción. No solo arriesgan el trabajo de meses, sino su vida, enfrentando barrancos y huecos a mula y en carro.

Pero los caficultores no están de manos cruzadas.  Además de pedir la ayuda gubernamental, se organizan, con machete y pala en mano, para habilitar las trochas destruidas por las lluvias y la maleza.  Pero esa no es la fórmula de la productividad.  El Estado, representado en esta ocasión por la Gobernación del Cesar y las alcaldías de los municipios cafeteros, deben brindar las condiciones para que las casi 10.000 familias que viven del café puedan sacar sus cosechas sin pérdidas económicas.

La inversión se hizo.  La Asamblea del Cesar aprobó la renovación del banco de maquinarias amarillas.  La inversión ya dio los primeros resultados en municipios como Astrea.  No obstante, este llamado respetuoso y público, pero enérgico de los abnegados cafeteros podría definir la pertinencia de dicha inversión.

La buena noticia es que ya hay negociaciones con el gremio  para que estos sean los encargados de liderar la operatividad de la maquinaria.  El deseo es que esa negociación llegue a buen término y, sobre todo, sea ágil por las lluvias.  También han estructurado proyectos, a través del comité Cesar- Guajira, para los  PDET de construcción y mejoramiento para fuentes como el OCAD paz o el INVIAS. Acá se pide el mantenimiento de las existentes.  

Gobernador: no hay mejor oportunidad para demostrar que la apuesta por el banco de maquinarias fue la decisión correcta.  Las vías rurales son una deuda social.  Paguemos las primeras cuotas con los caficultores. 

Ellos vienen haciendo un esfuerzo: en sus propios cultivos se acercan a las 22 bultos por hectárea que es el promedio nacional, pero aunque estén por debajo logran un mejor producto por su condición suave y ambiental. Y están desarrollando un importante convenio con la gobernación que lo hará más diferenciado y atractivo con los productos.

Y que sea el Plan Vial Departamental, el inicio de la transformación rural y la reactivación económica que demanda el departamento ante la crisis de los commodities.

Los cafeteros son grandes aliados, hoy desarrollan un importante renglón de la economía.