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Editorial - 26 abril, 2022

La dimensión musical de Oñate

Escuchar, por solo unos minutos, el relato de grandes figuras de la composición vallenata sobre el pensamiento que ellos tienen de la vida musical del maestro Jorge Oñate, es adentrarse un poco en ese mundo lleno de talento natural, dones artísticos y de esa magia propia de la cultura nuestra

Escuchar, por solo unos minutos, el relato de grandes figuras de la composición vallenata sobre el pensamiento que ellos tienen de la vida musical del maestro Jorge Oñate, es adentrarse un poco en ese mundo lleno de talento natural, dones artísticos y de esa magia propia de la cultura nuestra.

El ‘Foro Folclor y Economía’, desarrollado ayer por EL PILÓN, mediante una revista musical organizada por el pintor, columnista periodista, Jacobo Solano, permitió ese deleite en las voces de distinguidas personalidades de nuestro folclor como Rosendo Romero Ospino, Julio Oñate Martínez y Félix Carillo Hinojosa, todos amplios conocedores de la obra musical de ‘El jilguero de América’ y que de una u otra manera los tres fueron honrados por la divina providencia, al ponerlos en el camino de este peculiar artista.

Los tres panelistas coincidieron en que Jorge Oñate se fue de este mundo sin alcanzar a comprender la verdadera dimensión de su grandeza musical, y no solo él, también el mundo vallenato después de su muerte es cuando ha entendido el valor inmenso que representaba ‘El ruiseñor del Cesar’ para todo ese proceso de transformación de este género musical.

El concepto generalizado es que la obra musical de Oñate va más allá de lo que a simple vista se ha creído, consideran ellos, los panelistas, que el nivel musical de este emblemático cantante son muy pocos los que podrían alcanzarlo, no solo en Colombia sino a nivel mundial, algo que pareciera exagerado pero que, al analizar las condiciones naturales de su voz, su fuerza, tonalidad, brillo, entre una amplia gama de aspectos que solo ellos, los maestros de la música entienden y asimilan en su verdadera esencia, permite concluir que sí, que se trataba de alguien extraordinario, un fuera de serie.

Esa es una primera conclusión de las muchas que surgirán en torno a todo lo que implicó Jorge Oñate como proceso musical, pero lo importante es que esas conclusiones permitan establecer los cimientos o las bases para formular y desarrollar toda una infraestructura académica que haga posible, no solo preservar ese legado, sino también sacarle el máximo provecho para fines culturales y de procesos de perfilamiento de las nuevas generaciones con vocaciones para el canto vallenato.

El tema también destacable es el proceso paralelo de la vida musical de Jorge Oñate junto al recorrido y crecimiento del Festival Vallenato, ambos se necesitaron en sus debidos momentos y de manera recíproca se fortalecieron hasta alcanzar puntos de consolidación.

Todo ello indica que sigue siendo fundamental el proceso de articulación entre los diferentes actores culturales, sociales, institucionales y sector empresarial para continuar enrumbando esa gran riqueza folclórica de nuestra región por caminos que resulten productivos en todos los ámbitos del quehacer vallenato.

Ya se ha avanzado mucho, pero todavía hay mucho camino por recorrer y que ojalá leyendas como en la que ahora se convirtió Jorge Oñate sigan siendo la inspiración y estímulo para que este folclor cada día sea más grande y acorde con las tendencias del mundo moderno.

Editorial
26 abril, 2022

La dimensión musical de Oñate

Escuchar, por solo unos minutos, el relato de grandes figuras de la composición vallenata sobre el pensamiento que ellos tienen de la vida musical del maestro Jorge Oñate, es adentrarse un poco en ese mundo lleno de talento natural, dones artísticos y de esa magia propia de la cultura nuestra


Escuchar, por solo unos minutos, el relato de grandes figuras de la composición vallenata sobre el pensamiento que ellos tienen de la vida musical del maestro Jorge Oñate, es adentrarse un poco en ese mundo lleno de talento natural, dones artísticos y de esa magia propia de la cultura nuestra.

El ‘Foro Folclor y Economía’, desarrollado ayer por EL PILÓN, mediante una revista musical organizada por el pintor, columnista periodista, Jacobo Solano, permitió ese deleite en las voces de distinguidas personalidades de nuestro folclor como Rosendo Romero Ospino, Julio Oñate Martínez y Félix Carillo Hinojosa, todos amplios conocedores de la obra musical de ‘El jilguero de América’ y que de una u otra manera los tres fueron honrados por la divina providencia, al ponerlos en el camino de este peculiar artista.

Los tres panelistas coincidieron en que Jorge Oñate se fue de este mundo sin alcanzar a comprender la verdadera dimensión de su grandeza musical, y no solo él, también el mundo vallenato después de su muerte es cuando ha entendido el valor inmenso que representaba ‘El ruiseñor del Cesar’ para todo ese proceso de transformación de este género musical.

El concepto generalizado es que la obra musical de Oñate va más allá de lo que a simple vista se ha creído, consideran ellos, los panelistas, que el nivel musical de este emblemático cantante son muy pocos los que podrían alcanzarlo, no solo en Colombia sino a nivel mundial, algo que pareciera exagerado pero que, al analizar las condiciones naturales de su voz, su fuerza, tonalidad, brillo, entre una amplia gama de aspectos que solo ellos, los maestros de la música entienden y asimilan en su verdadera esencia, permite concluir que sí, que se trataba de alguien extraordinario, un fuera de serie.

Esa es una primera conclusión de las muchas que surgirán en torno a todo lo que implicó Jorge Oñate como proceso musical, pero lo importante es que esas conclusiones permitan establecer los cimientos o las bases para formular y desarrollar toda una infraestructura académica que haga posible, no solo preservar ese legado, sino también sacarle el máximo provecho para fines culturales y de procesos de perfilamiento de las nuevas generaciones con vocaciones para el canto vallenato.

El tema también destacable es el proceso paralelo de la vida musical de Jorge Oñate junto al recorrido y crecimiento del Festival Vallenato, ambos se necesitaron en sus debidos momentos y de manera recíproca se fortalecieron hasta alcanzar puntos de consolidación.

Todo ello indica que sigue siendo fundamental el proceso de articulación entre los diferentes actores culturales, sociales, institucionales y sector empresarial para continuar enrumbando esa gran riqueza folclórica de nuestra región por caminos que resulten productivos en todos los ámbitos del quehacer vallenato.

Ya se ha avanzado mucho, pero todavía hay mucho camino por recorrer y que ojalá leyendas como en la que ahora se convirtió Jorge Oñate sigan siendo la inspiración y estímulo para que este folclor cada día sea más grande y acorde con las tendencias del mundo moderno.