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Columnista - 14 marzo, 2023

La anarquía, el anarquismo y la pobreza

¿Para dónde vamos? Se diría que para el abismo si no sacamos a relucir aquello que se ha perdido dentro de los valores nacionalistas sensatos, el patriotismo.

No sé dónde está el sentido social y de pertenencia de este país y sus habitantes cuando el orden se ha perdido por el poder consentido adquirido por el libertinaje, que no respeta normas ni leyes y que cada día hace caso omiso de ellas, tomándose disque la justicia por su cuenta a través de la desobediencia total y negación de su existencia, aplicando su criterio de odio y venganza social en todas sus manifestaciones de inconformidades o caprichos del poder de la fuerza bruta y del poder dominante propio de la voluntad irracional.

Hacemos lo que nos da la gana, y para colmo de males, los sistemas de gobierno que se imponen nos lo acólita como fórmula de pago real por la ayuda en el fomento e imposición de las ideas totalitarias.

¿Para dónde vamos? Se diría que para el abismo si no sacamos a relucir aquello que se ha perdido dentro de los valores nacionalistas sensatos, el patriotismo.

La anarquía es la falta de gobierno en una institución o sistema, que cuando aparece, de inmediato renace el desorden con más formas de pobreza a la mano. El anarquista a través de su gobierno de base, que es el totalitarismo, no es sino un auspiciador de este mal de la pobreza, que tiende cada día en trasladarse y propagarse a lo universal 

El anarquismo, no es sino una oposición y exterminación que como  una filosofía política y social, clama por el deterioro del estado de derecho, de toda autoridad o jerarquía que bien entendida se imponga y haga control social al individuo, y considera las leyes y normas que han regido por tiempos a la sociedad, como indeseables, innecesarias y muy nocivas, y el dictador, su director, se convierte así en el patrocinador de la pobreza, que para él, no es sino un medio necesario para poder implantar su sistema, creando el desconcierto y la incoherencia.

Al fin y al cabo, la ausencia de gobierno y del estado aparece por cada sitio que es lo que ha estado sucediendo con mayor celeridad en estos momentos en donde campesinos, servidores públicos, otros, y en especial la delincuencia organizada, que ha aprovechado para hacer de la suya, sin contemplaciones, convirtiéndose en aplicadora de sus propios sentimientos negativos bases del desorden y de las desgracias usuales formalizadas.

Suelo preguntarme con frecuencia, …. ¿dónde se habrá metido nuestro patriotismo? 

¿Será que los malos gobiernos que se han dado permanentemente nos están llevando a otro peor como el anarquismo y han escondido nuestro deseo de defensa del honor patriótico? No sé, pero antes de llegar al fondo, solo siento que, ¡hay que despertar!

El himno francés comienza diciendo, ….

Vamos hijos de la patria,

! ¡El día de gloria ha llegado!

y el nuestro resalta 

 Oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal, 

en surco de dolores el bien germina ya.

Solamente los corazones plenos de nobleza patriótica componen unos versos catalogados como los más dicientes entre todas las naciones, con letras esperanzadoras y músicas tan sublimes que llaman a la concordia.

!Entonces, qué estamos esperando para que renazca el orden y la libertad, y la vida, para que vuelvan a su estado natural alimentada por La Paz.

Una cosa es ser buenos ciudadanos, otra, que nos maltraten. Hay que revisar los principios de autoridad, economía y moralidad.

Por Fausto Cotes Núñez

Columnista
14 marzo, 2023

La anarquía, el anarquismo y la pobreza

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Fausto Cotes

¿Para dónde vamos? Se diría que para el abismo si no sacamos a relucir aquello que se ha perdido dentro de los valores nacionalistas sensatos, el patriotismo.


No sé dónde está el sentido social y de pertenencia de este país y sus habitantes cuando el orden se ha perdido por el poder consentido adquirido por el libertinaje, que no respeta normas ni leyes y que cada día hace caso omiso de ellas, tomándose disque la justicia por su cuenta a través de la desobediencia total y negación de su existencia, aplicando su criterio de odio y venganza social en todas sus manifestaciones de inconformidades o caprichos del poder de la fuerza bruta y del poder dominante propio de la voluntad irracional.

Hacemos lo que nos da la gana, y para colmo de males, los sistemas de gobierno que se imponen nos lo acólita como fórmula de pago real por la ayuda en el fomento e imposición de las ideas totalitarias.

¿Para dónde vamos? Se diría que para el abismo si no sacamos a relucir aquello que se ha perdido dentro de los valores nacionalistas sensatos, el patriotismo.

La anarquía es la falta de gobierno en una institución o sistema, que cuando aparece, de inmediato renace el desorden con más formas de pobreza a la mano. El anarquista a través de su gobierno de base, que es el totalitarismo, no es sino un auspiciador de este mal de la pobreza, que tiende cada día en trasladarse y propagarse a lo universal 

El anarquismo, no es sino una oposición y exterminación que como  una filosofía política y social, clama por el deterioro del estado de derecho, de toda autoridad o jerarquía que bien entendida se imponga y haga control social al individuo, y considera las leyes y normas que han regido por tiempos a la sociedad, como indeseables, innecesarias y muy nocivas, y el dictador, su director, se convierte así en el patrocinador de la pobreza, que para él, no es sino un medio necesario para poder implantar su sistema, creando el desconcierto y la incoherencia.

Al fin y al cabo, la ausencia de gobierno y del estado aparece por cada sitio que es lo que ha estado sucediendo con mayor celeridad en estos momentos en donde campesinos, servidores públicos, otros, y en especial la delincuencia organizada, que ha aprovechado para hacer de la suya, sin contemplaciones, convirtiéndose en aplicadora de sus propios sentimientos negativos bases del desorden y de las desgracias usuales formalizadas.

Suelo preguntarme con frecuencia, …. ¿dónde se habrá metido nuestro patriotismo? 

¿Será que los malos gobiernos que se han dado permanentemente nos están llevando a otro peor como el anarquismo y han escondido nuestro deseo de defensa del honor patriótico? No sé, pero antes de llegar al fondo, solo siento que, ¡hay que despertar!

El himno francés comienza diciendo, ….

Vamos hijos de la patria,

! ¡El día de gloria ha llegado!

y el nuestro resalta 

 Oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal, 

en surco de dolores el bien germina ya.

Solamente los corazones plenos de nobleza patriótica componen unos versos catalogados como los más dicientes entre todas las naciones, con letras esperanzadoras y músicas tan sublimes que llaman a la concordia.

!Entonces, qué estamos esperando para que renazca el orden y la libertad, y la vida, para que vuelvan a su estado natural alimentada por La Paz.

Una cosa es ser buenos ciudadanos, otra, que nos maltraten. Hay que revisar los principios de autoridad, economía y moralidad.

Por Fausto Cotes Núñez