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General - 25 agosto, 2017

kankuamos, wiwas y wayuu emprenden siembra de hortalizas y legumbres

Más de 355 familias de la baja, media y alta Guajira son beneficiadas con un proyecto de invernaderos, promovido por la Agencia Nacional de Tierras.

La producción de tomate, lechuga, yuca y patilla a jóvenes y adultos kankuamos, wiwas y wayuu, es promovida por la Agencia Nacional de Tierras. Suministrada/EL PILÓN
La producción de tomate, lechuga, yuca y patilla a jóvenes y adultos kankuamos, wiwas y wayuu, es promovida por la Agencia Nacional de Tierras. Suministrada/EL PILÓN

Con una inversión cercana a los 1.060 millones de pesos, la Agencia Nacional de Tierras y tres comunidades indígenas lograron construir tres invernaderos para la producción de legumbres y hortalizas que nutrirán a más de 355 familias de la baja, media y alta Guajira.

La producción de vegetales de clima frio y templado se logró gracias a la implementación de tecnología israelí que permite controlar la temperatura en regiones especialmente secas, lo cual significó también garantizar el suministro permanente de agua sacada de pozos que superan los 90 metros de profundidad y que se ayudan con energía solar y eólica para su correspondiente distribución.

“Estamos produciendo comida en pleno desierto”, sostuvo el director general de la Agencia de Tierras, Miguel Samper Strouss, quien agregó que “es un logro enorme que conseguimos trabajando con ganas y de la mano con las comunidades. Queremos que en La Guajira se acaben el hambre y las malas noticias. Estos invernaderos son una gran oportunidad para la seguridad alimentaria de cientos de familias”.

El mantenimiento de estos invernaderos correrá por cuenta de las mismas comunidades que, de manera simultánea a la construcción y siembra, han recibido capacitación técnica y agrícola. Este proceso se ha adelantado respetando los saberes de cada comunidad y rescatando prácticas y costumbres agrícolas que se estaban perdiendo en las actuales generaciones.

Aunque entre los alumnos y líderes hay personas desde siete hasta 60 años, la apuesta es que sean los jóvenes de los colegios rurales quienes asuman el cuidado y permanente producción de comida. Por eso los invernaderos se construyeron en lotes cercanos a colegios rurales donde los profesores y alumnos puedan ayudar como parte de su proceso de formación.

Algunos de los proyectos

-Con la comunidad Wiwa trabajarán en el sector La Laguna, en el municipio de Distracción, donde además de los estudiantes se ha visto una participación muy activa de los padres de familia y de los y líderes de la comunidad, según aseguró Samper Strouss. En total se han capacitado 288 alumnos del Centro Etnoeducativo y 140 familias más para una población que se nutrirá con productos como cilantro, pepino, zanahoria, espinacas, lechuga, calabacín, maíz y yuca.

Parte de la cofinanciación se sirvió para implementar cultivos tradicionales en parcelas externas al invernadero, y recuperar de ese modo los saberes ancestrales en fique (dos hectáreas) para extraer fibras y tejer sus propias mochilas. Además, se les brindó asesoría y capacitación para cultivar plantas aromáticas y medicinales.

Esta comunidad recibió como dotación una planta de energía solar y dos aulas del saber para hombres y mujeres.

-En el resguardo Wayuu de Anuachón, en Manaure, a raíz de la capacitación para el mantenimiento del invernadero se desarrolló una huerta externa para otros cultivos con sistemas de goteo que garantizan el riego efectivo de las plantas. Esto tras varios intentos con mecanismos en los que el agua corría sin irrigar suficientemente las plantas.
Como parte de su formación, esta comunidad está aprovechando el excremento de los chivos para procesar el abono orgánico con otros productos que hagan del desierto tierra fértil.

 

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25 agosto, 2017

kankuamos, wiwas y wayuu emprenden siembra de hortalizas y legumbres

Más de 355 familias de la baja, media y alta Guajira son beneficiadas con un proyecto de invernaderos, promovido por la Agencia Nacional de Tierras.


La producción de tomate, lechuga, yuca y patilla a jóvenes y adultos kankuamos, wiwas y wayuu, es promovida por la Agencia Nacional de Tierras. Suministrada/EL PILÓN
La producción de tomate, lechuga, yuca y patilla a jóvenes y adultos kankuamos, wiwas y wayuu, es promovida por la Agencia Nacional de Tierras. Suministrada/EL PILÓN

Con una inversión cercana a los 1.060 millones de pesos, la Agencia Nacional de Tierras y tres comunidades indígenas lograron construir tres invernaderos para la producción de legumbres y hortalizas que nutrirán a más de 355 familias de la baja, media y alta Guajira.

La producción de vegetales de clima frio y templado se logró gracias a la implementación de tecnología israelí que permite controlar la temperatura en regiones especialmente secas, lo cual significó también garantizar el suministro permanente de agua sacada de pozos que superan los 90 metros de profundidad y que se ayudan con energía solar y eólica para su correspondiente distribución.

“Estamos produciendo comida en pleno desierto”, sostuvo el director general de la Agencia de Tierras, Miguel Samper Strouss, quien agregó que “es un logro enorme que conseguimos trabajando con ganas y de la mano con las comunidades. Queremos que en La Guajira se acaben el hambre y las malas noticias. Estos invernaderos son una gran oportunidad para la seguridad alimentaria de cientos de familias”.

El mantenimiento de estos invernaderos correrá por cuenta de las mismas comunidades que, de manera simultánea a la construcción y siembra, han recibido capacitación técnica y agrícola. Este proceso se ha adelantado respetando los saberes de cada comunidad y rescatando prácticas y costumbres agrícolas que se estaban perdiendo en las actuales generaciones.

Aunque entre los alumnos y líderes hay personas desde siete hasta 60 años, la apuesta es que sean los jóvenes de los colegios rurales quienes asuman el cuidado y permanente producción de comida. Por eso los invernaderos se construyeron en lotes cercanos a colegios rurales donde los profesores y alumnos puedan ayudar como parte de su proceso de formación.

Algunos de los proyectos

-Con la comunidad Wiwa trabajarán en el sector La Laguna, en el municipio de Distracción, donde además de los estudiantes se ha visto una participación muy activa de los padres de familia y de los y líderes de la comunidad, según aseguró Samper Strouss. En total se han capacitado 288 alumnos del Centro Etnoeducativo y 140 familias más para una población que se nutrirá con productos como cilantro, pepino, zanahoria, espinacas, lechuga, calabacín, maíz y yuca.

Parte de la cofinanciación se sirvió para implementar cultivos tradicionales en parcelas externas al invernadero, y recuperar de ese modo los saberes ancestrales en fique (dos hectáreas) para extraer fibras y tejer sus propias mochilas. Además, se les brindó asesoría y capacitación para cultivar plantas aromáticas y medicinales.

Esta comunidad recibió como dotación una planta de energía solar y dos aulas del saber para hombres y mujeres.

-En el resguardo Wayuu de Anuachón, en Manaure, a raíz de la capacitación para el mantenimiento del invernadero se desarrolló una huerta externa para otros cultivos con sistemas de goteo que garantizan el riego efectivo de las plantas. Esto tras varios intentos con mecanismos en los que el agua corría sin irrigar suficientemente las plantas.
Como parte de su formación, esta comunidad está aprovechando el excremento de los chivos para procesar el abono orgánico con otros productos que hagan del desierto tierra fértil.