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Columnista - 30 noviembre, 2018

Jóvenes influyentes en el mundo

En el gobierno de Iván Duque se destacan dos funcionarios que lideran sectores de inmensa importancia para el Estado, pertenecen a este caribe muchas veces subestimado por la rancia visión centralista que no tiene en cuenta a las regiones y el potencial que puede aportar al desarrollo de Colombia. Jonathan Malagón y Luis Alberto Rodríguez […]

En el gobierno de Iván Duque se destacan dos funcionarios que lideran sectores de inmensa importancia para el Estado, pertenecen a este caribe muchas veces subestimado por la rancia visión centralista que no tiene en cuenta a las regiones y el potencial que puede aportar al desarrollo de Colombia.

Jonathan Malagón y Luis Alberto Rodríguez llegaron al gobierno del presidente Duque rodeados de una gran expectativa, hasta el momento su desempeño no ha sido inferior a lo que se esperaba de ellos, sin desconocer que al viceministro Rodríguez le tocó lidiar con un momento muy difícil para el Ministerio de Hacienda por cuenta del escándalo del ministro Carrasquilla, conllevando a que el joven vallenato enfrentara las afiladas preguntas de fuertes sectores que se oponen a la “ley de financiamiento” mientras que el titular de la cartera de Hacienda se refugiaba evadiendo cualquier pregunta sobre los bonos del agua, situación que debilitó políticamente al Ministerio de Hacienda, pero esta circunstancia no empaña las capacidades ni la trayectoria del viceministro Rodríguez.

Por el otro lado el Ministro de Vivienda Jonathan Malagón le correspondió una labor mucho más generosa, la política de vivienda será siempre una de las más aplaudidas y con acogida a corto plazo porque el ciudadano siempre va agradecer el acceso a un techo propio donde pueda constituir un hogar; pero el reto del Ministerio en cabeza del joven Malagón está en la meta de proveer de agua a lugares que sufren una histórica crisis por no contar con ese servicio como es el caso de La Guajira, donde el presidente Duque anunció un ambicioso propósito de alcanzar una cobertura del 100% para el 2024 desarrollando un programa denominado “Guajira Azul”, si el presidente construyera su gestión sobre programas como estos seguramente mejoraría la popularidad que actualmente tiene en niveles subterráneos.
Estos dos jóvenes son realmente fuente de inspiración en una sociedad que busca liderazgos frescos alejados de la politiquería, esta semana los medios publicaron que ambos hacen parte de los 100 jóvenes más influyentes del mundo en el sector gobierno en la red global de ideas para el ejercicio de gobierno, Apolitical, compartiendo honores con figuras como Malala, para entender la magnitud de semejante reconocimiento.

Aunque tienen mucho camino por recorrer, hasta el momento han demostrado su gran capacidad de trabajo y estudio, siendo verdaderos modelos para imitar sobre todo en ciudades como la nuestra que se deja deslumbrar por el discurso fácil, pueril y carente de contenido donde los líderes se quieren hacer de la noche a la mañana con las mismos hábitos por los cuales estamos estancados.

Columnista
30 noviembre, 2018

Jóvenes influyentes en el mundo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

En el gobierno de Iván Duque se destacan dos funcionarios que lideran sectores de inmensa importancia para el Estado, pertenecen a este caribe muchas veces subestimado por la rancia visión centralista que no tiene en cuenta a las regiones y el potencial que puede aportar al desarrollo de Colombia. Jonathan Malagón y Luis Alberto Rodríguez […]


En el gobierno de Iván Duque se destacan dos funcionarios que lideran sectores de inmensa importancia para el Estado, pertenecen a este caribe muchas veces subestimado por la rancia visión centralista que no tiene en cuenta a las regiones y el potencial que puede aportar al desarrollo de Colombia.

Jonathan Malagón y Luis Alberto Rodríguez llegaron al gobierno del presidente Duque rodeados de una gran expectativa, hasta el momento su desempeño no ha sido inferior a lo que se esperaba de ellos, sin desconocer que al viceministro Rodríguez le tocó lidiar con un momento muy difícil para el Ministerio de Hacienda por cuenta del escándalo del ministro Carrasquilla, conllevando a que el joven vallenato enfrentara las afiladas preguntas de fuertes sectores que se oponen a la “ley de financiamiento” mientras que el titular de la cartera de Hacienda se refugiaba evadiendo cualquier pregunta sobre los bonos del agua, situación que debilitó políticamente al Ministerio de Hacienda, pero esta circunstancia no empaña las capacidades ni la trayectoria del viceministro Rodríguez.

Por el otro lado el Ministro de Vivienda Jonathan Malagón le correspondió una labor mucho más generosa, la política de vivienda será siempre una de las más aplaudidas y con acogida a corto plazo porque el ciudadano siempre va agradecer el acceso a un techo propio donde pueda constituir un hogar; pero el reto del Ministerio en cabeza del joven Malagón está en la meta de proveer de agua a lugares que sufren una histórica crisis por no contar con ese servicio como es el caso de La Guajira, donde el presidente Duque anunció un ambicioso propósito de alcanzar una cobertura del 100% para el 2024 desarrollando un programa denominado “Guajira Azul”, si el presidente construyera su gestión sobre programas como estos seguramente mejoraría la popularidad que actualmente tiene en niveles subterráneos.
Estos dos jóvenes son realmente fuente de inspiración en una sociedad que busca liderazgos frescos alejados de la politiquería, esta semana los medios publicaron que ambos hacen parte de los 100 jóvenes más influyentes del mundo en el sector gobierno en la red global de ideas para el ejercicio de gobierno, Apolitical, compartiendo honores con figuras como Malala, para entender la magnitud de semejante reconocimiento.

Aunque tienen mucho camino por recorrer, hasta el momento han demostrado su gran capacidad de trabajo y estudio, siendo verdaderos modelos para imitar sobre todo en ciudades como la nuestra que se deja deslumbrar por el discurso fácil, pueril y carente de contenido donde los líderes se quieren hacer de la noche a la mañana con las mismos hábitos por los cuales estamos estancados.